El director de orquesta y compositor Miguel Ángel Gómez Martínez falleció en Málaga este domingo, a los 74 años de edad, tras firmar una prolongada carrera en el ámbito internacional y recibir distinciones como la Medalla de Oro de la Ciudad de Granada, de donde era natural, “por sus extraordinarios méritos artísticos”.
Considerado una de las figuras españolas más internacionales en el ámbito de la música, entre los reconocimientos recibidos pueden citarse la Medalla de Honor de las ciudades de Bonn, Madrid, Múnich, Hamburgo, Berna, Mannheim y Houston y del Estado de Baviera, entre otras, así como la Encomienda de Número de la Orden del Mérito Civil, otorgada por el rey de España.
La Fundación Internacional Gómez-Martínez, creada con su esposa, la doctora Alessandra Ruiz-Zúñiga Macías, asumirá la preservación y difusión de su legado musical.
Nacido en Granada en 1949, en el seno de una familia de músicos, la vocación de Gómez Martínez le hizo empuñar la batuta por primera vez a los siete años y a obtener el título de profesor de piano en el conservatorio de la ciudad de la Alhambra a los 13. Estudió piano, violín y composición en su ciudad, en Madrid y en Estados Unidos, así como dirección de orquesta en Viena, consiguiendo el Premio Extraordinario del Ministerio de Ciencias de Austria y siendo hasta ahora el titulado más joven de la historia de la institución.
Debutó como director en 1973 en Austria y en 1975 en España. A partir de entonces su carrera fue fulgurante. De 1976 a 1982 fue director titular de la Ópera de Viena, de la que fue distinguido después como director invitado permanente. En 1984 fue nombrado director titular de la Orquesta de RTVE, donde permanecería hasta 1987, cuando asumió la dirección musical del Teatro de la Zarzuela. Con posterioridad fue director titular de la Orquesta de Euskadi (1889-1993) y de la de Valencia (1997-2004).
Durante más de cinco décadas, Gómez Martínez desarrolló una intensa actividad internacional que le puso al frente de algunas de las más destacadas formaciones europeas y americanas. Entre sus titularidades internacionales se hallan la dirección general de música de Mannheim (1990-1993) y la dirección artística y musical de la New Finnish Opera Helsinki (1993-1996). También la titularidad de la Sinfónica de Hamburgo (1992-2000), la dirección general de Música del Teatro de Berna (2000-2004) y la dirección musical de la Orquesta del Festival de Pascua de Bayreuth.
Poseedor de una prodigiosa memoria que le permitía dirigir siempre sin partitura, también realizó incursiones en la composición. Entre sus obras se cuentan la Sinfonía del Descubrimiento, la Sinfonía del agua y la ópera Atallah.