gastronomía

“Los clientes se animan más a pedir cócteles tras el premio”

Edu Sánchez, bartender del restaurante japonés Kiki, obtuvo la máxima puntuación en el concurso internacional The Golden Master celebrado en Barcelona
Edu Sánchez, coctelero en el restaurante japonés Kiki, de Santa Cruz de Tenerife. | Fran Pallero

Los aficionados al gin tonic o al ron o whisky con Coca Cola pueden empezar a despedirse de la coctelería tradicional. Ahora ha llegado una nueva remesa de jóvenes bartender, especialmente en los restaurantes japoneses y orientales, que nos quieren demostrar que hay vida, mucha vida, más allá del famoso dry-martini, mezclado no agitado, de James Bond.

Además tenemos en Tenerife muy buenos cocteleros que ocupan las primeras plazas de los concursos nacionales e internacionales. Este es el caso de Edu Sánchez (37 años, Albacete), quien oficia con maestría en el restaurante japonés Kiki, de Santa Cruz, ubicado en el hotel Urban, en la calle Imeldo Serís. Sánchez logró el reconocimiento a Mejor Bartender del Año, en The Golden Master, la primera competición global de coctelería organizada en Barelona, donde se dieron cita bartender de España, Emiratos Árabes Unidos, Alemania, Bélgica, Italia, Lituania, Hungría, Polonia y Grecia.

Un jurado exigente otorgó la máxima puntuación a Edu Sánchez con su mezcla ‘Caminata por la sierra, elaborada con Matusalem Gran Reserva 15 años, frutos rojos, hierbas silvestre, vinagre de vino añejo y vermú de trufa que rinde un homenaje a la madera, eterna protagonista de Ron Matusalem.

Sánchez, en esta ocasión, se inspiró en los montes de su juventud allá en Albacete. Pero otros bosques que han marcado su vida son los de Anaga que también ha pateado y de los que ha salido otro cóctel en el que ha metido una base de madera con un agujero con aromas a sándalo y hielo seco, acompañado de higos chumbos, salvia, caña santa y un licor de leche de cabra ahumada con el ron, que le da un toque láctico y está pensado para un postre.

Edu Sánchez, antes del Kiki, estuvo trabajando en Mallorca y Puerto de la Cruz hasta que entró en este restaurante de la mano de Junior Cóctel, quien emprendió otros proyectos profesionales. Aquí con el ambiente japonés que se respira empezó a introducirse cada vez más en el maridaje cóctel y plato con propuestas más arriesgadas.

Animado por los representantes de Ron Matusalem, con los que ya había trabajado en un acto para el restaurante Poemas by Hermanos Padrón, en el hotel Santa Catalina, de Las Palmas, se presentó al concurso The Golden Master, donde obtuvo la máxima puntuación.

El bartender relata que el hecho de trabajar en un restaurante japonés “marca nuestro día a día y tenemos que representar en nuestros cócteles destilados, hierbas, frutas, etcétera propios de ese mundo oriental con una filosofía fascinante”.

Los premios son un acicate para el propio bartender, pero tambien para los comensales que “al saber que ha ganado una competicion mundial se animan y los piden e incluso se atreven a sugerir como lo quieren o qué ingredientes les apetecen. Da mucha ilusión que personas ya mayores que no han tomado un cóctel en su vida se aventuren a disfrutarlos”, nos cuenta.

Hay cócteles inspirados en el mundo japonés y otros en Canarias

Kiki tiene incluidos en la carta unos 18 cócteles con mucha fusión e inspirados en el mundo japonés. “Pero Tenerife es Carnaval, es gente feliz y muy cercana y esto lo queremos transmitir también no solo en el cóctel sino en el orden y la forma de servirlo”, afirma Edu Sánchez. “En muchos de los cócteles hay un ingrediente canario, por ejemplo la leche de cabra, que la usamos mucho. Kiki no es un restaurante que se ciñe solo a la carta, cada cliente es atendido por el bartender que se acerca a la mesa y te pregunta qué deseas o cómo te gusta para luego, ya en la barra, crear algo único”, afirma.

En Kiki se dispara el consumo de los cócteles los fines de semana. Pero Sánchez considera que su trabajo no es solo ofrecerle una opción de la carta, sino también preparar algo que solo va a encontrar en Kiki. “Si alguien me pide algo sin alcohol, no le doy un refresco, sino un pomelo con cardamomo que es algo que no va a tomar en cualquier sitio. Y como estamos en un japonés le ofrezco pomelo con pandam, que es una hierba asiática”, afirma”.

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