El K4 de Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Rodrigo Germade y Carlos Arévalo logra la medalla de bronce en las finales de los Juegos Olímpicos de Paris 2024, disputadas en el Estadio Náutico de Yves-sur-Marne.
Saúl Craviotto ya es (aún más) Leyenda. El palista ilerdense sumó su sexta medalla -dos oros, dos platas y dos bronces- en sus quintos Juegos, y en el complejo náutico parisino desempató del también palista gallego David Cal, con cinco -un oro y cuatro platas-, como el deportista español más laureado en la historia en los Juegos.
Fue ambicioso el K-4 liderado por Craviotto, que pasó el primero por los 250 metros enseñando la proa a sus rivales, incluida Alemania, campeona del mundo y olímpica lastrada en el arranque tras una salida en falso, desde una calle 7 que le hizo perder la referencia de muchos de los finalistas.
El K-4 español siguió en cabeza y llegó a soñar con el oro hasta a falta de 150 metros, pero ahí empezó a ceder. El lactato llegó antes de tiempo a los hercúleos brazos de Craviotto, Cooper, Germade y Arévalo, un equipo para la historia, subcampeón en Tokyo 2020, que, esta vez, cedió en los metros finales para conquistar el bronce tras Alemania y Australia.
“En los últimos cien metros estaba ‘picando pala'”, reconoció después Saúl a la prensa acerca de la falta de fuelle que les hizo perder el oro, pero ganar un bronce que les sabe a mucho. Agotado hasta el extremo, Craviotto se retorció en el muelle al bajar de la embarcación y antes de saludar a un graderío en el que el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, fue testigo de su gesta.
También el ex presidente de la Federación Internacional y exmiembro del COI José Perurena, quien fue a felicitar al presidente de la española, el exolímpico Javier Hernanz, anfitrión del político socialista en las celebraciones. “Todos queríamos el oro, pero es una ‘chapa'”, le dijo exultante a Perurena.