Las mujeres han alcanzado diferentes logros a lo largo de la historia pero aún hoy continúan centrando la atención en la importancia de seguir luchando para llegar a la igualdad efectiva. Hoy deciden cómo quieren formar parte de esta sociedad y, aunque aún queda mucho que perfilar, el cambio es cada vez más efectivo.
Para conocer de cerca esta realidad en el cuerpo general de la Policía Canaria, cinco mujeres que se dedican profesionalmente a lo que escogieron, sin trabas sociales por circunstancias de género, relatan su experiencia. Son las agentes Brenda Luis, Esther Blanco, S. González, Claudia Ávila y Encarna Cabrera.
Lo primero que viene al recuerdo de la agente Brenda Luis sobre sus años siendo policía es presenciar la tristeza de las y los vecinos de La Palma afectados por la reciente erupción del volcán de Cumbre Vieja. “En ese momento, ofrecerles seguridad y animarles para que el trago sea menos amargo es lo que te reconforta y te hace sentir que igual estás haciendo un buen trabajo”. Brenda lleva algo más de cuatro años en el cuerpo de la Policía Canaria y considera que “la mujer es fundamental en la policía porque aporta una perspectiva diferente y suma un buen servicio en la protección y servicio a la comunidad”.
Sus inicios estuvieron marcados por la pandemia, por lo que tuvo que pasar varios meses hasta que pudo desempeñar su función actual en la Unidad de Intervención Policial. Su día a día guarda relación con el orden público, por lo que acude a eventos de gran afluencia de personas o asiste a zonas conflictivas de diferentes barrios.
Para Brenda, sus compañeros y compañeras “son auténticos profesionales” y considera que los estereotipos cada vez están menos presentes, ya que “hombres y mujeres pueden llegar a ser lo que quieran”. Asegura que nunca se ha encontrado con ningún tipo de obstáculo por su género y que, poco a poco, “se ha conseguido normalizar el papel de la mujer en esta profesión”. Por ello, recomienda a otras mujeres entrar en el cuerpo “porque es una profesión que puede marcar una gran diferencia en la sociedad”.
Esther Blanco es una agente que lleva desde enero de 2023 en la Unidad de Vigilancia e Inspección Administrativa (UVIA) y, aunque recuerda con cariño la buena acogida que tuvo en Tenerife en sus comienzos, destaca que pudo incorporarse a una base en Gran Canaria, antes de lo previsto, tras concederle una comisión de servicio por conciliación familiar, por lo que asegura que dentro del cuerpo ha encontrado las “mismas oportunidades” que otros compañeros.
Sus jornadas como policía administrativa le llevan cada día a realizar inspecciones en diferentes materias como el turismo activo, el bienestar social, entre otras competencias, en colaboración con las distintas consejerías del Gobierno de Canarias y, entre sus anécdotas, recuerda un operativo en helicóptero, en colaboración con agentes de Medio Ambiente, para el desalojo ilegal de un grupo de turistas acampados en la Reserva Natural Especial de Güigüí de Gran Canaria, por la espectacularidad del servicio.
Esther aconseja a otras mujeres a formar parte de la Policía Canaria porque “es un cuerpo nuevo que se encuentra en expansión y porque hay muchos tipos de unidades para diferentes perfiles”.
“A las personas les cuesta creer que soy policía cuando voy de paisano y en un grupo con otros compañeros hombres”, asegura la agente S. González, quien cumple cuatro años en el cuerpo general de la Policía Canaria. González ha pasado por diferentes unidades, haciendo patrullas en la vía pública o labores de prevención y seguridad sobre estupefacientes y, actualmente, es agente del Grupo de Investigación de la Policía Judicial.
González asegura que sus inicios fueron con “muchísima ilusión” y que cada día aprende algo nuevo, ya sea de sus compañeros, de los ciudadanos o de las situaciones que vive en cada jornada porque “no hay un día igual a otro”. En el Grupo de Investigación, la jornada depende de cada caso y explica que, en ocasiones, se trata de la persecución de delitos contra la salud pública, a través del seguimiento de los movimientos de las personas implicadas.
En este sentido, la agente destaca que su carácter y forma de ser ayuda mucho en las intervenciones porque puede llegar a calmar a los afectados en situaciones de mucha tensión.
La agente Claudia Ávila es una de las nuevas incorporaciones en la Policía Canaria. Comenzó su andadura el pasado abril con las prácticas en funciones en Jefatura y asegura que cada día aprende algo nuevo. Al llevar poco tiempo, asegura que vive con emoción cada primera vez. Sus intervenciones directas con los ciudadanos, la primera vez que habló por la emisora… pequeños gestos que le hacen darse cuenta que el sacrificio y la preparación para formar parte del cuerpo ha valido la pena.
Claudia destaca el buen ambiente que ha vivido hasta el momento y la integración en el equipo, por lo que no duda en recomendar a otras mujeres que se preparen para esta profesión porque “ser policía es un trabajo muy bonito y reconfortante”.
“Las mujeres desempeñan un papel muy importante en el día a día y con eso contribuyen a que el cuerpo esté en igualdad de género. Mejoramos los servicios y ayudamos de manera más eficiente al ciudadano ya que hay servicios, como en los casos de violencia de género, en los que las afectadas se sienten más comprendidas al ser atendidas por una mujer”, habla Claudia desde su experiencia.
A diferencia de sus compañeras, Encarna Cabrera sintió su vocación de policía siendo ya adulta. A sus 36 años y tras una conversación con un amigo que es policía local, se inspiró para prepararse las oposiciones y dedicó mucho esfuerzo para conseguir su plaza.
A día de hoy y como funcionaria en prácticas, dice que aún le cuesta mucho creerse que haya iniciado su etapa como policía pero señala que “cada día me levanto con ganas y con una sonrisa de oreja a oreja porque he conseguido estar donde quiero estar y es la mayor satisfacción que tengo”.
En sus prácticas en la UVIA ha hecho de todo: intervenciones de turismo activo, de medio ambiente, controles de transportes de mercancías, escolar, con materiales peligrosos, etc. Destaca que está encantada con sus compañeros y que diariamente está aprendiendo cosas nuevas.
Por su buena experiencia, recomienda a las mujeres que quieran ser policía que “vayan a por ello”. En ese sentido, dice que “hoy en día se ha demostrado que las mujeres podemos estar en este tipo de trabajo, pero que tenemos que hacer doble esfuerzo: uno por hacer bien el trabajo y dos porque hay gente en la calle que considera que no es trabajo de mujeres, por lo que tenemos que esforzarnos un poco más por demostrar que valemos”.
Pese a ello, Encarna recalca que “estoy ilusionada, contenta… y soy afortunada de estar donde estoy”.