El Hospital Universitario de Canarias (HUC) lideró una investigación con el objetivo de tener en cuenta los factores genéticos de las pacientes para limitar los efectos adversos debido a la toxicidad del tratamiento de un determinado cáncer de mama mejorando su efectividad y seguridad. El ajuste de las dosis del fármaco hospitalario en esas pacientes doblará su supervivencia, permitirá mejorar su calidad de vida y reducirá los costes del sistema sanitario.
El doctor Fernando Gutiérrez, jefe de la Unidad de Investigación del HUC, destacó que con este estudio “hemos puesto de manifiesto la importancia de conocer las mutaciones germinales que afectan a la farmacología de los tratamientos y que en muchas ocasiones han sido olvidadas, e insistió en la individualización de los tratamientos”.
Promovido por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria en el estudio de seguridad del tratamiento del cáncer de mama triple negativo y genotipado del gen UGT1A1 han participaron más de veinte hospitales del país. La presencia de ciertas mutaciones en dicho gen, que afectan al 10% de estas pacientes aproximadamente, “predisponen a una mayor toxicidad del fármaco tanto que muchas abandonan el tratamiento”.
El cáncer de mama triple negativo es el subtipo más agresivo, representa entre el 10% y el 15% de todos los cánceres de seno, y es el que suele aparecer en pacientes más jóvenes por diversas circunstancias. “Los tumores se expresan con una serie de receptores y tenemos terapias que podemos dirigirlas a ellos y ser más eficaces. Sin embargo, el triple negativo no tiene ninguno de estos marcadores, con lo cual durante muchos años hemos carecido de terapias dirigidas que hoy en día son las que han permitido mejorar enormemente la supervivencia de esas pacientes”, señaló el investigador principal del HUC.
Al principio de 2023 apareció un nuevo fármaco, Sacituzumab govitecán, y además en el estadio metastásico, que es el más avanzado. Se ha progresado en el tratamiento de las pacientes de este tumor de mayor gravedad, siendo el primer fármaco de acción dirigida para este tipo y que logró mejorar la supervivencia de estas pacientes.
Este es un fármaco que no está exento de toxicidades al ser una combinación entre un anticuerpo, lo que permite dirigirlo a la ubicación de las células cancerosas, y que lleva pegada la quimioterapia con lo cual podemos atacar esas células. Esa quimioterapia, el irinotecan, es un fármaco históricamente utilizado en oncología para tratar cánceres de colon y de recto, pero es tóxico. “Sabemos que los pacientes que están mutados en la enzima UGT1A1 metabolizan mal ese fármaco de quimioterapia con lo cual se acumula y produce unas toxicidades elevadas”, sobre todo causa diarrea y neutropenia (caída de los neutrófilos, un tipo de glóbulos blancos en la sangre) disminuyendo las defensas y aumentando el riesgo de infecciones.
Conociendo irinotecan y como se va a comportar, el HUC promovió un estudio con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria y del Instituto de Investigación Sanitaria de Canarias (FIISC) del que Fernando Gutiérrez es director científico en el que se incluyó a 20 hospitales que incluyeron los resultados de sus pacientes y además enviában en un papel una gota de sangre para analizar el genotipo o los genes de las pacientes.
De las 250 pacientes iniciales estimadas, al llegar casi a la mitad (122 analizadas) se cerró el estudio “porque los resultados fueron tan potentes que no es necesario llegar a la estimación”.
Los investigadores certificaron la sospecha de que a las pacientes que se les reducía la dosis de irinotecan vivían más, probablemente porque toleraban mejor el fármaco. “Las pacientes con este subtipo de cáncer de mama y que tenían esta mutación les redujimos la dosis de Sacituzumab govitecán de inicio, y lo sorprendente fue que no solo aumentamos su supervivencia, la duplicamos”.
Asimismo, “no solo ha conseguido que a todas las pacientes no se les administre ese exceso de medicación sino que además no se les prescriban otros fármacos adicionales para reducir esta toxicidad”.
Además, de la salud de las pacientes, otro beneficio es para el sistema sanitario público, pues son fármacos bastante caros y de alto impacto presupuestario.
Estos resultados son tan relevantes que todos los hospitales en España que participaron en el estudio “ya ajustaron las dosis desde el inicio” y tras contactar con el laboratorio farmacéutico fabricante “se está escalado esta información a nivel internacional” y complementará los estudios realizados por el creador.
Los investigadores del HUC también comunicaron los resultados a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) “para que toda esta información se incorpore en la ficha técnica de este fármaco hospitalario, que es el documento legal qué dice cómo se tiene que manejar” (el prospecto de cualquier fármaco es un resumen de ese documento legal).
El jefe de la Unidad de Investigación del Hospital Universitario de Canarias (HUC), Fernando Gutiérrez, destacó la importancia de personalizar un tratamiento, “no a la enfermedad ni a la patología, sino al paciente. Si se analiza la información genética del paciente se predice cómo se van a comportar o qué grado de toxicidad tendrá el fármaco y así se podrá ajustar la dosis y, lo más importante, sin castigar la eficacia y en este caso además se duplica”, recalcó el experto.