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La inteligencia artificial generativa refuerza la seguridad de las empresas

Los riesgos que conlleva una tecnología cada vez más avanzada resultan menores que la capacidad de analizar rápidamente grandes cantidades de datos, identificar patrones y predecir infracciones
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El fraude cibernético ha tenido un gran impacto en las empresas, a menudo alimentado por una combinación de avances tecnológicos y errores humanos. Tal y como se desprende del informe Occupational Fraud 2022, de la Association of Certified Fraud Examiners (ACFE), el coste representa en todo el mundo el 5% de los ingresos anuales. Son miles de millones de euros al año en pérdidas. Aunque están surgiendo nuevos riesgos para la ciberseguridad debido a la proliferación de la inteligencia artificial, estas tecnologías contribuyen a su vez a reforzar las estrategias de ciberdefensa a largo plazo para predecir, detectar y responder a las amenazas.

El último estudio publicado por el Instituto de Investigación de Capgemini revela que la inteligencia artificial generativa introduce tres grandes áreas de riesgo para las organizaciones: ataques más sofisticados con nuevos adversarios, la expansión de la superficie de ciberataques y un aumento de las vulnerabilidades en el ciclo de vida de las soluciones personalizadas. Estos peligros se ven agravados por el uso indebido de la inteligencia artificial por parte de los empleados, lo que abre puertas y ventanas a la filtración de datos.

La capacidad de generar contenidos falsos de gran realismo expone a contingencias adicionales. Casi 6 de cada 10 empresas creen que necesitan aumentar su presupuesto de ciberseguridad. Casi todas las encuestadas (97%) reconocen haber sufrido infracciones o problemas de seguridad relacionados con el uso de la inteligencia artificial generativa en el último año. Al mismo tiempo, tres de cada cinco (61%) consideran que la inteligencia artificial resulta esencial para responder eficazmente a las amenazas, ya que les permite aplicar estrategias de seguridad proactivas contra los cada vez más sofisticados ciberdelincuentes.

Idéntica proporción prevé que la inteligencia artificial generativa afiance las estrategias de defensa proactiva a largo plazo, con una detección más rápida de las amenazas. Más de la mitad entiende que la tecnología permitirá a los analistas de ciberseguridad concentrarse en la estrategia para combatir eventuales ataques complejos.

La inteligencia artificial generativa ofrece instrumentos para una resolutiva detección y prevención del fraude. Frente a la sofistificación de la ciberdelincuencia, se hace preciso adoptar medidas avanzadas, como sistemas de seguridad de correo electrónico para bloquear intentos de estafas, autenticación multifactor para dificultar accesos no autorizados y formación continua para trabajadores sobre tácticas como la ingeniería social.

Realizar auditorías periódicas y utilizar herramientas de gestión de seguridad accesibles permiten identificar vulnerabilidades, optimizar la reacción ante potenciales asaltos y garantizar la protección de la información sensible.

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