El Consejo de Gobierno de Canarias acordó ayer, a propuesta del consejero de Transición Ecológica y Energía, Mariano Hernández Zapata (PP), aprobar un gasto de 900.000 euros para el control y erradicación de la especie exótica invasora Reticulitermes flavipes, que se suma a los 100.000 euros ya aportados por la consejería, haciendo un total de un millón de euros para este 2024.
Un tipo de termita subterránea detectada hace más de una década en la Isla, y que desde 2019 ha ocasionado importantes daños tanto en el interior de viviendas como en cultivos y en el medio natural. En la actualidad, se localiza en puntos de Tacoronte, Valle de Guerra (La Laguna) y de Adeje.
Desde la consejería recordaron ayer que la partida da continuidad a las subvenciones ya otorgadas en anteriores años y gracias a las que se trabaja para la definición y coordinación de políticas, planes, programas y actuaciones destinadas a su control y erradicación.
Entre las principales acciones desarrolladas, la consejería de Transición ha participado en todas las Mesas Técnicas semestrales convocadas por el Cabildo, contribuyendo en la toma de decisiones y estrategias de control. Asimismo, en los primeros años del programa, se ha colaborado estrechamente en la detección e identificación de la especie, y en actividades informativas dirigidas a los vecinos de las áreas afectadas.
Con esta suma de esfuerzos y recursos, el Gobierno reafirma su compromiso con la protección de los ecosistemas canarios, destacando que el seguimiento y apoyo técnico continuarán como elementos clave en la lucha contra esta especie invasora.
La termita invasora
Reticulitermes flavipes, más conocida como termita subterránea invasora, es una especie que ya se encuentra catalogada como especie exótica invasora en el catálogo español. Asimismo, a nivel mundial, está considerada como una especie con potencial invasor, que puede causar graves daños económicos y medioambientales.
Esta especie es originaria de América y fue detectada e identificada en Tenerife alrededor del año 2010, por la invasión en un grupo de viviendas en el municipio de Tacoronte. En Canarias, esta especie forma colonias mucho más numerosas y extensas que en otros lugares, siendo además capaces de alimentarse de la vegetación autóctona. Durante los últimos 14 años, se han intensificado los esfuerzos para erradicar esta plaga.