La Laguna Tenerife se impuso al Hiopos Lleida (91-88) en un partido extraño de principio a fin, en el que los ilerdenses vendieron muy cara su derrota, pero en el que existió mucha tensión. Tanta que el encuentro, precioso por momentos, se vio emborronado en la segunda mitad, con la expulsión de Txus Vidorreta.
Más allá de errores ya ciertos del trío arbitral, en ningún momento los colegiados transmitieron la ensación de controlar el duelo, con un Javier Torres como árbitro principal al que el compromiso parecio venirle algo grande.
En medio del descontrol, pase lo que pase, aunque parezca que el mundo se cae a su alrededor, La Laguna Tenerife siempre compite, siempre aprieta los dientes y cuando la pelota quema, los músculos notan la fatiga y el cerebro no piensa tan rápido, aparece Macelinho Huertas para poner las cosas en su sitio para los suyos.
Problemas en uno de los relojes de posesión retrasaron el inicio del partido, pero desde que se solucionó, de manera veloz por parte de los operarios del pabellón, todo cambió.
Arranque vertiginoso de ambos equipos (7-6) siendo fieles a su estilo hasta que apareció Huertas (14-8). Lleida trató de mantener un ritmo anotador alto, pero no pudo con los locales cuando pusieron el 17-8, teniendo que pedir tiempo muerto.
La rección llegó de la mano de un Hiopos LLeida que es atrevido, comparte bien el balón y tiene las ideas muy claras (20-17).
Al final del primer cuarto el 27-25 reflejaba un duelo lleno de intensidad en el que los árbitros comenzaron a meterse, muy pronto, en algún lío, como una falta sobre Walden inexistente.
Txus Vidorreta tuvo que parar muy pronto el duelo en el segundo cuarto (30-32). El ritmo visitante metía en aprietos a un La Laguna Tenerife que en dos minutos de esta manga había perdido dos balones.
La velocidad, en el pase o el arranque del Lleida, provocaba que el Canarias llegara siempre tarde en defensa (34-36), además, en cuatro minutos La Laguna Tenerife ya se encontraba en bonus por faltas.
En un duelo en el que los ataques se imponían a las defensas, daba la sensación de que aquel equipo que no lograra anotar en dos posesiones seguidas podía meterse en un lío, de ahí que, cuando el Canarias logró encadenar dos buenos ataques fuera Encuentra el que parara el partido (44-40).
Esa diferencia se mantuvo hasta el descanso (50-46). Las siete pérdidas castigaban a La Laguna Tenerife.
La zona presionante de Hiopos lLeida se le atragantó a La Laguna Tenerife (55-54) hasta que apareció David Kramer. El alemán, con dos robos y un triple, permitió a los suyos respirar (61-54).
Los catalanes, otra vez, respondieron (61-59) pero con meno anotación La Laguna Tenerife era superior. Dos técnicas llevaron a Vidorreta al vestuario, pero sus jugadores no se descompusieron: 71-64 al final de este cuarto y nuevo golpe para tratar de acabar con la resistencian ilerdense.
Cuando algún equipo entra en un intercambio de canastas con La Laguna Tenerife tiene que tener claro que no puede fallar. Eso sucedió en los cuatro primeros minutos con Lleida, que supo contrarrestar a los locales hasta el 78-73. Encuentra volvió a parar el partido pero sin encontrar solución.
El entrenador catalán tenía claro que no podía dejar que La Laguna Tenerife se escapara, pero los locales, ya con Gatti al mando, volvieron a dar otro arreón (82-74) para que Hiopos apretara las cosas con solo dos minutos por jugarse (84-80).
La intensidad, la presión y la tensión acabó por protagonizar un partido en el que La Laguna Tenerife volvió a ser el mejor en los instantes finales, logrando un triunfo tan importante como extraño por la forma en la que se desarrolló todo (91-88).