Taiwan, Singapur, Corea del Sur, Japón… Casi todas islas, como Canarias, y referentes tecnológicos, aunque seguro que sobre esto último no hacemos la ligazón con el Archipiélago atlántico. Sin embargo, hay catedráticos y equipos tratando de que eso cambie y el mejor ejemplo es el de José Manuel Rodríguez Ramos (catedrático de Ingeniería Industrial en la ULL) y su proyecto empresarial Wooptix sobre semiconductores para chips, en el que invierten multinacionales, ha aportado ya 4 millones el Gobierno de España y pueda superar los 30 en unos años. Aunque la charla se centra en este apasionante campo, lo que dice de la Inteligencia Artificial, a la que no teme, es como para detenerse y pensar.
-¿Esperaban esta subvención estatal, les costó, le sorprendió…?
“Más que subvención, es una inversión. El Gobierno entra a través de la sociedad SETT en Wooptix, que es una spin-off (empresa extensión de otra) de la ULL y que desde el principio hemos tenido a Intel Capital, Bullnet, que es un capital riesgo madrileño, y a Caixa Capital Risc, el banco valenciano. En una segunda ronda celebrada hace dos años, ganamos un Accelerator europeo, competición muy importante entre las pymes y cuyo tanto por ciento de acierto es muy bajo, pues sólo el 2 o 3% lo consiguen. Logramos de Europa 2,5 millones de subvención y la UE también es socio de la empresa. Y tenemos al Gobierno (de España) a través del CDTI, el organismo de financiación de la investigación, y de un programa llamado Invierte que machea lo que logran otros inversores de capital riesgo, como Bullnet, Caixa y Clave, el del grupo Mondragón, los vascos que entraron en la última ronda junto a Tokyo Electron, un gigante de la fabricación de máquinas para hacer chips. Lo que propone Wooptix es metrología de las obleas de silicio. Es decir, por culpa de la Inteligencia Artificial, se necesita ahora muchos más chips y más energía de la que hay en el plantea, y eso hace que el sistema de fabricación de chips debe cambiar de bidimensional a tridimensional”.
-¿Y urge: qué plazos manejan?
“Claro, urge, pues hay que ahorrar energía y crear chips creciendo tridimensionalmente, aunque la energía es la misma. Para eso, tenemos una metrología de precisión subnanométrica instantánea, pues hacemos los cálculos muy rápidos con los algoritmos. Por tanto, estamos en el lugar y momento apropiados. Ya éramos interesantes antes de la IA, pues empezamos hace 8 años, pero ahora, además, somos necesarios. Por eso se une el Gobierno con el SETT, empresa pública destinada a inversión que maneja 20.000 millones en digitalización y somos su primera inversión”.
-¿Le consta una aportación similar en investigación aquí?
“Que yo sepa, no, aunque prefiero no hablar de cantidades, sino de apuestas. De hecho, ellos querían poner mucho más y lo harán en un año y medio…”
-¿Más de 10 millones en total?
“En esta primera ronda, hemos reunido ya esa cantidad. Ahora, el Gobierno pone 4, pero entra también una multinacional muy grande que no puedo anunciar todavía y contribuyen todos los que estaban dentro…”
-En dos años, ¿20, 25 millones?
“Bastante más…”
-¿40…?
“No hablaré de cifras…”
–Entiendo que hay riesgos de que esto se tuerza por el camino…
“A ver, siempre es posible que surja la competencia y tengamos un problema, pero, en principio, llevamos 8 años desarrollando esta tecnología y tenemos ventaja sobre cualquiera que aparezca. El siguiente desafío es fabricar y la intención es hacerlo en Tenerife”.
–Para el público en general, ¿cómo resumiría lo que hacen y su contribución a escala global?
“La tecnología de Wooptix es muy profunda, muy beep, y tiene muchas aplicaciones. La primera que hemos encontrado como rentable es la metrología en silicio (semiconductor), pues el silicio es el mejor negocio del planeta. Lo que esperamos es poder suministrar máquinas rápidas, automáticas y de gran precisión a las nuevas fábricas de chips que se monten e, incluso, a algunas actuales. Tenemos varios productos y una solución, nuestra máquina (el estalanón), muy rápida y de uso común, pero también hay clientes que quieren soluciones en sus máquinas y las estamos buscando. Tenemos un montón de aplicaciones y opciones en productos nuestros y embebidos en máquinas existentes, lo que amplía el mercado por garantizado. En este caso, acompañaremos a grandes multinacionales. Además, tenemos otras aplicaciones pues la investigación es tan fundamental, que resulta disruptiva a escala mundial…
-Revolucionaria…
“Sí, absolutamente. De hecho, tenemos el mejor sensor de fase de frente de onda en el planeta. Yo hice la tesis sobre eso hace 30 años y ahora, por fin, se tiene un dato por pixel, lo que nunca hubo. Para que la gente lo entienda: la luz es una onda y lo que siempre hemos registrado en vídeo y foto es la intensidad, pero la onda se compone de amplitud o intensidad y fase, que es la forma, que hasta ahora sólo se registraba en pocos píxeles: 40 por 40, 80 por 80… Nosotros lo registramos en la resolución del detector: si es full HD, en full HD; si es 4K, 4K; si es 8K, 8K… Es decir, damos millones de puntos, con lo que es la primera vez que se puede registrar, por ejemplo, la holografía de una muestra transparente. Lo que hacemos es, por ejemplo, ver la atmósfera a través del cielo, y la atmósfera es transparente: la vemos con más resolución que nadie. ¿Dónde hay más? Pues en el glóbulo ocular humano, y tenemos dos prototipos tomando imágenes y diagnosticando automáticamente distrofia de Fuchs, queratocono, cirugía post Lasik… Somos los primeros en ver la cicatriz que genera el láser… Es a ritmo de vídeos y podemos ver efectos secundarios. Esta aplicación también se puede usar en microscopía para estudiar tejidos cerebrales o biológicos que suelen ser transparentes. No le ponemos ningún marcador ni química para que, por fluorescencia, decir que estamos viendo esto o lo otro, sino que la muestra la dejamos de manera natural, viva, se puede mover y detectamos lo que está pasando. No sesgamos previendo lo que queremos ver; vemos todo”.
-¿Tiene aplicaciones en la astrofísica y hasta qué punto?
“Sí, porque esto se usa, habitualmente, en óptica adaptativa para ver la estrella a través de la atmósfera, que cada 10 milisegundos cambia y te destroza la imagen. Si tú averiguas cómo está y comandas un espejo deformable, ves bien la estrella. No obstante, no es la mejor aplicación, pues es muy mal negocio, ya que se hacen muy pocos telescopios en el mundo y, además, la deformación de la atmósfera es muy suave y se puede llevar a cabo con menos resolución. Lo que sí podemos hacer es ver mucho mejor la óptica que se fabrica, como las lentes intraoculares en los humanos, de las que vemos todos sus defectos, o la que se compra para los departamentos de Ingeniería Óptica y Física en universidades y centros de fabricación de óptica, pues vemos pulidos del orden de pocos nanómetros y si está bien pulida. Podemos ayudar en muchos campos…”
-Para Canarias, ¿esto supondrá un salto: servir de referente?
“Sinceramente, podemos ser un proyecto tractor. Por ejemplo, si analizamos, en el campo de los chips y semiconductores, dónde se ha desarrollado en poco tiempo para estar al primer nivel son islas: Taiwan, Singapur, Corea del Sur, que prácticamente es una isla porque Corea del Norte no tiene nada, Japón… Es decir, nada impide que Canarias pueda desarrollarse como polo importante. Las máquinas cuestan millones de euros cada una y trasladarlas, 10.000 euros a Japón, con lo que el transporte es ridículo, aparte de que está subvencionado a Cádiz por barco o a Madrid por avión”.
-¿Ventajas fiscales como la ZEC o RIC pueden atraer más?
“Esperamos que sí, pero, y nosotros somos empresa ZEC, la gente no se lo cree mucho…”
-No se creen lo del 4%, parece un paraíso fiscal legal…
“Sí… No se lo creen. Cuando empezamos, tuve que ir a buscar dinero a Silicon Valley y el primero que invirtió fue Intel Capital, es decir, donde realmente hay dinero… Por supuesto que costó, porque en Canarias no hay dinero ni diversificación económica…”
-Por mucho que se hable de eso desde hace décadas…
“Sí. Ahora, en la Península ya se está cambiando y Madrid, País Vasco, Cataluña, Valencia o Málaga confían más en el capital riesgo. La intención que tenemos, y estoy en contacto con el Gobierno canario, es que esto cambie aquí, pero, para eso, necesitamos que la gente con dinero, los empresarios del turismo, la construcción, alimentación… se decidan a diversificar. Que haya un éxito puede ser una ventaja para los que vengan. De hecho, como director de la Oficina de Transferencia de la ULL lanzamos el programa Tekne para nuevas spin-off, esperábamos que se apuntasen 6, 8… y aparecieron 30”.
-Algo está cambiando…
“Sí, estamos siendo atractivos y la idea es sacar esos 30 para adelante. Hay ideas muy buenas, debe montarse una estructura para que tengan capital semilla, que vayan luego a un Neotec en el CDTI y, después, a la financiación nacional e internacional. Hemos seguido todos estos pasos, me he dado golpes con todos y espero dejárselo a los siguientes…”
-¿Todo esto tiene patente?
“Por supuesto, tenemos once familias de patentes. La clave es cambiar el pensamiento típico español del que inventen otros…”
-¿Eso sigue aún muy asentado tras casi 50 años de democracia?
“No, las cosas están cambiando; ahora se patenta y protege mucho más, y el investigador sabe que puede sacarle partido a modo de trasferencia y que, si sólo publica, regala la economía que puede surgir de su invento. Lo que pasa es que los baremos para la carrera académica están totalmente equivocados y se premia mucho más la publicación que la transferencia. Así, lo que hace todo investigador en España, ya sea del CSIF, los OPI o universidades, es ir donde dan el certificado antes: a publicar. Ese es el gran error; hay que cambiar las leyes”.
-¿Qué le dice a un ciudadano medio sobre la IA y sus miedos con esos niños con móvil, tablet… ¿Cómo lo ve en 10, 20, 30 años…?
“Como científico, tengo mi teoría sobre cómo se debe usar la IA. Me baso siempre en algoritmos convencionales y les superpongo IA para mejorarlos un 20 o 30%. ¿Por qué no puedo basarme sólo en IA? Porque, por ejemplo, tengo aplicaciones médicas y lo que hace la IA es reproducir lo que tú le has entrenado. Si nunca le enseñaste un tumor tipo, jamás lo mostrará. Esos algoritmos nos permiten ahorrar o acertar más en los diagnósticos y somos los únicos que tenemos las imágenes de la distrofia de Fuch o que podemos entrenar redes neuronales y, si hacemos cribados con la IA para detectar estos problemas, ayudamos al sistema, al Gobierno y a los oftalmólogos, ya que nunca habrá suficientes para la población, que envejece en Europa y necesita cada vez más especialistas. De hecho, tardan en formarse y cada vez hay menos nacimientos, pero un cribado automático que seleccione casos peligros y estos visiten al oftalmólogo le permitirá optimizar su trabajo y recibir sólo los necesarios y no hacer las típicas revisiones anuales a mamá, papá, niños… para nada”.
-Pero, ¿y el plano ético? ¿Hacia dónde va la humanidad con la IA?
“Van a cambiar las profesiones”.
-¿Destruyendo empleo…?
“Creando otros, pero tendremos que evolucionar y ser inteligentes. En el mismo periodismo…”
-Ya hay programas que redactan solos… y gente que los usa creyendo que nadie los detecta…
“Se detecta… Los mismos que trabajan una herramienta hacen la otra. Hay una de Intel para detectar lo que viene de IA, sólo que ésta será cada vez más avanzada y se acercar a nuestra forma de pensar. Llegará un momento, en 30 o 40 años, en que el cerebro se descargará y quede esa red neuronal en ordenadores…”
-Como pasar fotos a un ‘pen’…
“En efecto… Todo el cerebro…”
-¿Con una lectura ocular?
“Con los aparatos que hacen ahora los mapas del cerebro, que cada vez logran más resolución con tomografía computarizada. Se trata de entender cómo va el cerebro y hay gran competencia entre EE.UU. y Europa”.
-Pero, tiene miedo a la IA o no?
“No…”
-El mal uso seguirá dependiendo del ser humano…
“El humano tendrá que reciclarse rápidamente y los trabajos tontos dejarán de existir, serán trabajos que sirvan de herramientas, pero a aplicar a cosas nuevas. Seguiremos necesitando la interacción humana, aunque habrá unos que sepan usar mejor la IA”.
-La metáfora de Terminator no la ve: ¿ser suplidos o superados?
“Ya se hacen ejércitos de drones y robots; la guerra ya cambió totalmente. Y las reglas que puso Isaac Asimov sobre cómo debe ser un robot claramente nos las vamos a saltar. Siempre lo hemos hecho y tenemos bombas atómicas, químicas… Hemos hecho todo lo malo que se podía hacer y con la IA pasará también, pero, igual que está la vertiente mala, está la buena. ¿Cuál se impondrá? Me da que seguiremos en el equilibrio en el que estamos…”
-En Groelandia, Ucrania y otros sitios no se puede decir eso…
“No, particularmente no, pero el planeta ha seguido existiendo”.