el motor

Normativa CAFE 2025: qué implica el límite de emisiones que acelera el fin de los coches de gasolina y diésel

Este año será clave para evaluar si la industria automovilística está lista para adaptarse a un cambio que, aunque necesario, no deja de ser desafiante
Normativa CAFE y límite de emisiones
La entrada en vigor de la normativa CAFE marca un antes y un después en el camino hacia una Europa más sostenible

A partir de este 1 de enero de 2025, entra en vigor en la Unión Europea la normativa CAFE (Corporate Average Fuel Emissions), que busca reducir las emisiones de CO₂ en los vehículos y acelerar la adopción del coche eléctrico. Este cambio es un paso importante en la transición hacia un transporte más sostenible en los 27 países miembros.

¿Qué implica la normativa?

  • Límite de emisiones: Los coches vendidos en la UE no podrán superar una media de 93,6 gramos de CO₂ por kilómetro.
  • Reducción progresiva: Para 2030, este límite se reducirá a 49,5 gramos, y en 2035 se espera la prohibición total de vehículos de gasolina y diésel.
  • Multas por incumplimiento: Los fabricantes que no cumplan con estos objetivos enfrentan sanciones de 95 euros por cada gramo excedido, lo que podría generar multas multimillonarias.

Por qué es importante esta normativa

  1. Impulso a los coches eléctricos: Las marcas están obligadas a vender más vehículos eléctricos para cumplir con los nuevos límites.
  2. Compromiso ambiental: Contribuye al objetivo de la UE de alcanzar la neutralidad climática para 2050.
  3. Impacto en la industria: Las empresas automovilísticas podrían perder hasta 16.000 millones de euros en multas e inversión si no se adaptan a tiempo.

Retos para la industria

La implementación de la normativa no está exenta de desafíos:

  • Infraestructura de carga insuficiente: La red de puntos de recarga debe crecer para facilitar la transición.
  • Altos costes de producción: Las baterías de litio y otros componentes son caros y escasos.
  • Accesibilidad económica: Los coches eléctricos aún no son asequibles para muchos consumidores.

Países que piden cambios

Por su parte, algunos países europeos han intentado sin éxito presionar a Bruselas para retrasar la aplicación de la normativa. Francia intentó crear una coalición de capitales contra el Ejecutivo comunitario de la alemana Úrsula Von der Leyen para evitar la aplicación de sanciones a los fabricantes.

A principios de septiembre, Italia pidió a Bruselas una revisión exhaustiva de la normativa ante el temor de que la medida pueda provocar el “colapso” de la industria automovilística comunitaria.

Al tiempo, Rumanía, donde tiene su sede principal Dacia (grupo Renault), sin coches eléctricos de batería en su catálogo, salvo el Spring importado de China, considera que la hoja de electrificación europea es demasiado agresiva.

La entrada en vigor de la normativa CAFE marca un antes y un después en el camino hacia una Europa más sostenible. Sin embargo, el reto será equilibrar la transición hacia el coche eléctrico con la viabilidad económica de los fabricantes y las necesidades de los consumidores.

Este 2025 será un año clave para evaluar si la industria automovilística está lista para adaptarse a un cambio que, aunque necesario, no deja de ser desafiante.

TE PUEDE INTERESAR