Ya nadie puede discutir la interconexión en la que vivimos, ni la realidad de aquel fenómeno que hasta hace poco llamábamos globalización. Internet, las aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales, lo han terminado de consumar y acelerar.
En segundos, casi a la velocidad del pensamiento, una información, una noticia, real o directamente falsa, se propaga sin distinción por todo el mundo. Y el misterio, o los temas que convergen en el ámbito de lo enigmático e insólito, de lo anómalo, más para mal que para bien, se recienten especialmente de ello.
La última muestra vivida en las islas, concretamente en Tenerife, y para más señas, desde el Valle de La Orotava hasta al menos Icod de los Vinos, es la oleada de extrañas luces nocturnas que nos sobrevuelan. Han sido vistas, fotografiadas y filmadas. Lo hacen de forma recurrente y exhibicionista al menos desde mediados de diciembre pasado, lo que medio en broma, medio en serio, me lleva a pensar que Papa Nöel o sus majestades los Reyes Magos, dejaron muchos cacharros voladores en sus respectivas visitas navideñas.
MILIMÉTRICA FORMACIÓN
Se han presentado como luces sencillas realizando maniobras inusuales o en grupos de número variable interactuando entre ellas, casi siempre manteniendo una milimétrica formación, lo que hace pensar en que forman parte de una estructura.La sospecha generalizada es la de que se trata de drones. Pero vayamos por partes.
Arranqué estas líneas citando la interconexión y globalización, y lo hice al estimar que el fenómeno que vivimos en el norte de Tenerife parece remedar lo que llevan viendo desde hace meses en lugares como EE.UU., Reino Unido, Canadá y algunas ciudades españolas. Para referirnos a este tipo de casos de OVNIS, FANIS o UAP, la comunidad ufológica ha acuñado el término DROVNI, que combina los vocablos “dron” y ovni,” enmarcando ya de entrada lo visto en unas coordenadas muy definidas, la tecnología terrestre.
Quienes contemplamos de forma analítica y con sentido común el fenómeno OVNI, especialmente en estos últimos años, tenemos la impresión de que ni los ufólogos inventaron “drovni”, -seguramente surgió de alguna oficina de ingeniería social del Pentágono- ni sus recurrentes observaciones son tan accidentales como al principio nos hacían pensar.
Estos avistamientos parecen formar parte de algo diseñado, para que la población y los medios de comunicación nos mantengamos hablando y especulando al respecto, distraídos. ¿El motivo de todo ello? No tengo ni idea, la verdad, pero ayudan a gobiernos y agencias gubernamentales a controlar el discurso sobre los OVNIS.
Antes estas observaciones primero se ha dado la negativa por respuesta, el silencio oficial o, como mucho, una lectura ambigua. Eso ha dado pie para hablar tanto de sondas alienígenas como de potencias enemigas espiando aeropuertos, bases militares, centrales de energía, o sobrevolando ciudades. De ahí se ha pasado en EE.UU. a reconocer oficialmente que son reales…y además, que se trata de vuelos autorizados de drones. Jugaron al silencio, a generar debates, y después lanzaron un jarro de agua fría reconociendo que todo es muy terrestre, dando munición a los negacionistas de los OVNIS.
Pero ojo, también dan cartuchos a los conspiracionistas proaliens, que hablan de cortina de humo y excusas para ocultar la verdadera invasión extraterrestre que vivimos. Desde mi punto de vista controlan el relato. Todo esto es algo disparatado, de verdad, y la globalización está muy presente.
LUCES EN LA VILLA
Pero volvamos al Valle de La Orotava. ¿Qué han visto y filmado decenas de personas? Ya lo hemos esbozado. En el último mes y medio diversidad de luces nocturnas que los informantes describen como inusuales. Los testigos aseguran conocer su cielo próximo, la localización de luces ambientales, de las trayectorias de aviones, la ubicación de los astros dominantes, etc. Y aseguran que lo observado es distinto.
El primero episodio que conocemos ocurre poco antes de las 10 de la noche del pasado 13 de diciembre. Nos lo comunica una compañera en el terreno de la comunicación, C.D. Ubicada en la zona de La Perdoma, una joven de su familia contempla y logra filmar una intensa luz verde, parpadeante, que parece formar parte de una estructura. Sea lo que sea está muy alto, y va descendiendo lentamente, mientras parpadea, hasta que deja de verse.
Es posible que la perdida de perspectiva sea la causa, en el caso de que la luz estuviera fijada a la panza o zona baja de algo. No escucha ruido alguno. Lo filma y llama a varias personas, pero para cuando acuden la luz ya no es visible. Duró menos de un minuto. La informante valora la posibilidad de que pueda tratarse de un dron.
El 18 de enero se produce otro caso, también por la noche y también desde La Perdoma. Nos informa del mismo David G. H., quién además nos hace llegar dos vídeos. “Pudimos avistar mis padres y yo, -nos explica- desde nuestra terraza una luz que subía y bajaba en continuas ocasiones a la altura de la montaña de La Corona, en Los Realejos. Desaparecía tras el nivel de la montaña y volvía a aparecer. Lo grabé en varias ocasiones, pero no pude captar ningún momento de cuando se movía. A simple vista parecía una estrella muy brillante, pero aparecía y desaparecía tras la montaña, fue lo q nos llamó la atención” La observación duró 10 minutos, pero ignoran sí ya estaba allí antes de ellos verlo.
EXTRAÑAS “ESTRELLAS”
El tercer caso es del pasado 29 de enero, y es el más mediático, dado que sus protagonistas compartieron uno de sus vídeos en redes sociales. La pareja formada por Leticia y Eduardo contemplan pasadas las 22.30 horas desde su casa en las inmediaciones del mirador de Humboldt, varias luces extrañas simultáneas. Acostumbrados al paisaje nocturno, observan, mirando en dirección a Los Realejos, San Juan de la Rambla y La Palma, unas “estrellas” algo extrañas.
Las filman. Ella haciendo zoom con un móvil se percata que una de esas “estrellas”, a bastante altitud, es realmente un grupo de cinco luces de color morado-rosado. Él está absorto observado otras dos luces, alejadas de la primera en dirección al mar, que pasan de estar en perpendicular, a moverse una de ellas en círculo entorno a la otra. Aquello es visible unos 10 minutos. Descartan todo lo convencional, y ponen en duda que sean drones, por dimensiones, lejanía y altitud. Eduardo, además, se declara conocedor de las trayectorias de aviones, satélites, etc., bastante crítico.
Un cuarto caso, conectado con este último, lo vive Manuel G.B. Pasadas las 20.00 horas del día 29 observada, en este caso desde El Botánico mirando en dirección a Izaña y el monte realejero, una luz roja y otra blanca muy por encima de las montañas. Estaban estáticas y tras un tiempo indeterminado, se apagan. Las filma con escasa calidad. Al día siguiente, el testigo acude al mirador de Humboldt y tiene la fortuna de ver otra luz que sale disparada hacía el cielo desde la zona de La Corona.
¿Drones? ¿Algún vecino o vecina probando un cacharro? ¿Quizá una empresa profesional? En el caso de ser drovnis, ¿se trata de vuelos legales o furtivos? ¿Accidental o buscando crear un viral? Y en el caso de no ser drones, ¿qué diablos son estas extrañas luces? Toca prestarles atención.