Cada vez que movemos el brazo, dependemos de la estabilidad de una articulación fundamental: el hombro. En concreto, debemos poner el foco en la articulación glenohumeral, que conecta la parte superior del brazo (húmero) con el omóplato (escápula) y permite una gran variedad de movimientos, desde levantar el brazo por encima de la cabeza hasta lanzar un balón. Sin embargo, cuando esta articulación pierde su estabilidad, la capacidad de mover el brazo de manera fluida y sin dolor se ve comprometida. De ahí la importancia de no ignorar las lesiones de hombro.
Esta inestabilidad es una afección común en deportistas, trabajadores que realizan movimientos repetitivos y personas con predisposición genética. Se produce cuando la articulación glenohumeral pierde su alineación, lo que puede dar lugar a luxaciones (cuando el hombro se sale completamente de su lugar) o subluxaciones (desplazamientos parciales).
Entre las causas más frecuentes se encuentran traumatismos, como caídas o accidentes, movimientos repetitivos en deportes de contacto como el boxeo o las artes marciales, y la hiperlaxitud ligamentaria, un trastorno que afecta la elasticidad de los ligamentos y puede ser congénito o adquirido. Por ejemplo, un jugador de baloncesto o un nadador puede sufrir este tipo de lesiones debido al esfuerzo constante al mover el brazo de manera repetida y en posiciones extremas.
Para tratar la inestabilidad del hombro, una de las opciones más eficaces es la artroscopia, un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que permite reparar los daños en la articulación con una recuperación más rápida y menos dolorosa. El doctor Juan Carlos Gómez Castilla, traumatólogo de los Hospitales Quirónsalud Costa Adeje y Hospital Quirónsalud Vida, explica cómo esta técnica ha revolucionado el tratamiento de las lesiones de hombro, ofreciendo a los pacientes una solución menos invasiva y con excelentes resultados.
¿Cómo reconocer los síntomas de la inestabilidad del hombro?
Aunque los síntomas de esta afección pueden variar, los más comunes, según el doctor, son:
- Sensación de que el hombro “se sale” o “se va a salir” al realizar ciertos movimientos.
- Episodios recurrentes de luxación o subluxación
- Dolor crónico, especialmente tras la actividad física.
- Pérdida de fuerza y limitación en el rango de movimiento del hombro.
Factores de riesgo para desarrollar inestabilidad del hombro
Varios factores aumentan la probabilidad de padecer esta afección. Algunos de los más destacados son:
- Historial de lesiones previas en el hombro.
- Participación en deportes de contacto, como el boxeo o las artes marciales.
- Hiperlaxitud ligamentaria, que afecta la estabilidad de las articulaciones.
- Deficiencia muscular que no permite una adecuada estabilización del hombro.
¿Cuándo se recomienda cirugía para tratar la inestabilidad del hombro?
El doctor Gómez Castilla ofrece una visión experta sobre cuándo es necesario optar por la cirugía.
Según el especialista, la intervención quirúrgica es aconsejable cuando el paciente experimenta episodios recurrentes de luxación, presenta daño en las estructuras estabilizadoras, como el labrum glenoideo, o cuando las limitaciones funcionales afectan significativamente su vida diaria o desempeño deportivo.
Artroscopia: una solución mínimamente invasiva
Una de las opciones quirúrgicas más recomendadas en estos casos es la artroscopia, una técnica mínimamente invasiva que permite reparar el daño sin necesidad de realizar una cirugía abierta. A través de pequeñas incisiones, se introduce una cámara y los instrumentos necesarios para reparar los tejidos dañados, lo que conlleva varios beneficios, entre ellos:
- Menor riesgo de rigidez articular.
- Menor dolor postoperatorio.
- Recuperación más rápida y menos traumática.
- Cicatrices mínimas y mejores resultados estéticos.
La artroscopia es particularmente útil para pacientes con inestabilidad traumática asociada a lesiones del labrum glenoideo, subluxaciones recurrentes no resueltas con fisioterapia o desprendimientos del labrum glenoideo. También es ideal para pacientes jóvenes con inestabilidad multidireccional y para deportistas que requieren una recuperación rápida y menos invasiva.
¿Cómo se realiza la artroscopia del hombro?
El procedimiento artroscópico sigue varios pasos:
- Se realizan pequeñas incisiones para introducir una cámara y los instrumentos quirúrgicos necesarios.
- Se examina la articulación para identificar las lesiones presentes.
- El labrum glenoideo se repara mediante anclajes y suturas.
- En algunos casos, se refuerzan los ligamentos capsulares para mejorar la estabilidad del hombro.
- Finalmente, se cierran las incisiones y se coloca un inmovilizador para proteger el área intervenida.
Tiempo de recuperación y fases del tratamiento
La recuperación tras una cirugía artroscópica del hombro suele dividirse en varias etapas, las cuales son esenciales para lograr una rehabilitación completa:
- Inmovilización (4 a 6 semanas): Durante esta fase, se utiliza un cabestrillo para mantener el hombro en reposo y protegerlo de movimientos indeseados.
- Rehabilitación temprana (6 a 12 semanas): Comienza con ejercicios de movilidad pasiva, avanzando gradualmente hacia movimientos más activos.
- Fortalecimiento (3 a 6 meses): Se trabaja en la restauración de la fuerza muscular y en la recuperación de la funcionalidad completa.
- Retorno deportivo (después de 6 meses): Dependiendo del deporte, los pacientes pueden retomar la actividad física, aunque en disciplinas de contacto como el boxeo o MMA, el retorno puede demorar hasta seis meses.
Una rehabilitación adecuada
Es crucial seguir las indicaciones del médico y completar la recuperación de manera adecuada, ya que de no hacerlo pueden aparecer complicaciones como pérdida de movilidad, rigidez muscular, falta de fuerza, persistencia de la inestabilidad y un mayor riesgo de re-luxación.
El fortalecimiento del manguito rotador y la evitación de movimientos bruscos o de sobrecarga son medidas preventivas clave. Asimismo, no forzar el hombro después de una lesión y realizar un tratamiento adecuado es fundamental para evitar complicaciones a largo plazo.
El doctor Gómez Castilla resalta que los Hospitales Quirónsalud en Tenerife cuentan con un equipo de profesionales altamente especializados y con tecnología de última generación. Esto garantiza que los pacientes puedan recibir el mejor tratamiento y recuperar rápidamente su calidad de vida, volviendo a sus actividades cotidianas sin dolor ni limitaciones.
Más información acerca del tratamientos de lesiones de hombro en el Hospital Quirónsalud Costa Adeje y Hospital Quirónsalud Vida