El público llenó el pasado viernes el auditorio del espacio cultural de la Fundación CajaCanarias en Santa Cruz de Tenerife para ofrecer a la directora y profesora coral Carmen Cruz Simó las mayores muestras de afecto y reconocimiento, confirmando la alta valoración que ha cosechado con su magisterio, labor que mantiene como faro en su horizonte vital.
En el ambiente se pudo apreciar la complicidad que prevalecía entre los muchos coristas asistentes, que respondían a la convocatoria extendida en pretendido secreto, que incluía citas previas para ensayos en el Orfeón La Paz de La Laguna y circulaba en multitud de correos entrelazando vínculos que al paso de los años relacionan a los integrantes de los coros. Ante tan numeroso grupo llegaba Carmen Cruz acompañada por su hijo Tomás y su esposo Emilio López Pinto, tratando de entender la emotiva sorpresa del aplauso y de las afectuosas miradas de agradecimiento a la gran labor que ha desarrollado.
EL TAPIZ DE LA POLIFONÍA
Los coristas, correspondiendo a la amplia representación de las diferentes formaciones que ha dirigido (Coral Universitaria de La Laguna, Polifónico de la ULL, Coro Mixto del Conservatorio Superior de Música de Santa Cruz de Tenerife, Coro Infantil, Coro Femenino, Coro de Cámara de Tenerife, Coro de Ópera de Tenerife), aguardaban el momento de dar rienda suelta a la emoción al confluir sus voces para alcanzar el mágico tapiz de la polifonía.
En el atril se iniciaban las intervenciones con las palabras de la presidenta de la Fundación CajaCanarias, Margarita Ramos, que dio la bienvenida y felicitó tanto a la directora Cruz Simó como a los que habían promovido y organizado el acto.
Javier Medina López, portavoz de sus compañeros, supo dirigir con precisión el encuentro, destacando entre los muchos méritos la atención que Carmen Cruz ha prestado a los repertorios poco explorados, su interacción con maestros y orquestas nacionales y extranjeras, su impronta de cambio y renovación en los métodos y repertorios, situando a Canarias en un indiscutible lugar de excelencia nacional en el ámbito coral.
Carmen Cruz dirigió al coro para cerrar el acto; sus manos aunaron los mejores matices del inolvidable encuentro
Continuaron las intervenciones, intercalando vivencias y méritos de Mari Carmen, Tita, Cruz Simó. Tomaron la palabra el director de orquesta Edmond Colomer, que ha compartido con ella proyectos y encuentros sobresalientes; el músico y compositor, entre otras muchas facetas, fundador de la Parranda Cuasquias y exmiembro de la Coral Universitaria de la ULL, José Manuel Pérez, que en un vídeo le dedico Piénsalo bien, de Agustín Lara; el tenor Agustín Prunell-Friend, que interpretó la canción irlandesa She moved through the fair; Tomás López, Satomi Morimoto y Yukine, con Over the rainbow (Harold Arlen) y All of me (Gerald Marks), y la actuación coral que llenó el escenario para ofrecer, bajo la dirección de Alfonso López Raymond y Juan Ramón Vinagre, Matona mia cara,Teresica hermana, un madrigal, Pajarito que cantas, Sorondongo, Stella y Va, pensiero.
La emoción alcanzó el cenit con las palabras de Tomás al hablar de su madre, Tita, a la que no le hace especial ilusión mencionarla como abuela, pues su vitalidad es indestructible y se consolida con el incondicional apoyo de Emilio, y en especial por la respuesta que al alto nivel de afecto hizo la propia homenajeada, agradeciéndole a cuantos han estado con ella en el ejercicio coral todo el afecto y el apoyo. Carmen Cruz, autoridad indiscutible en el desarrollo de la actividad musical en Canarias, se puso al frente del coro para cerrar el acto y con ello volvió a sonar Pajarito que cantas. Las manos, en precisos gestos, aunaron los mejores matices del inolvidable encuentro.