conversaciones en los limoneros

“En 2050 sufrirán demencia 150 millones de personas”

Ángel Acebes Vindel (Madrid 1967) es doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Autónoma de Madrid, profesor titular de la Universidad de La Laguna (ULL) y subdirector del Instituto de Tecnologías Biomédicas (ITB) de la ULL
Ángel Acebes Vindel, responsable del área de Envejecimiento Saludable del proyecto europeo STARS EU

Ángel Acebes Vindel (Madrid 1967) es doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Autónoma de Madrid, profesor titular de la Universidad de La Laguna (ULL) y subdirector del Instituto de Tecnologías Biomédicas (ITB) de la ULL. Responsable en la misma universidad del área de Envejecimiento Saludable del proyecto europeo STARS EU. Es investigador principal del grupo Mecanismos Moleculares en Neurodegeneración. Sus líneas de investigación persiguen la restauración temprana de sinapsis y la caracterización de un modelo celular que permita un seguimiento individualizado de la progresión de la enfermedad de Alzheimer en pacientes.

-¿Por qué el Alzheimer ataca más a las mujeres que a los hombres?

“No sabemos exactamente cuáles son todas las razones de por qué las mujeres tienen el doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que los hombres”.

-¿Será, acaso, por la esperanza de vida?

“En un primer momento se consideró eso, que eran las diferencias en la esperanza de vida, que suele ser mayor en las mujeres que en los hombres. No obstante, tanto unos como otros suelen llegar actualmente a edades muy avanzadas. Por lo tanto, otros factores de riesgo para contraer la enfermedad de Alzheimer deben estar detrás de estas diferencias de género”.

-¿Cuáles?

“Pues puedo ponerte varios ejemplos. Existe una relación entre la probabilidad de desarrollar demencia y el haber padecido depresión, siendo las mujeres más propensas a este tipo de trastorno mental que los hombres. En segundo lugar, la menopausia se caracteriza por una acusada disminución de los niveles de estrógenos, una de las principales hormonas sexuales femeninas, que tienen un papel relevante en los procesos cognitivos (los procesos que nos permiten pensar, comprender y memorizar) en el cerebro de las mujeres. Evidencias científicas recientes relacionan el descenso de niveles de estrógeno durante la menopausia como un factor de riesgo asociado al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer”.

-¿Hay más factores?

“Sí, existen factores históricos socioculturales, como la dificultad que han tenido las mujeres para acceder a la educación o para su integración laboral y profesional en el mercado del trabajo que, por fortuna, es menor en nuestros días en países industrializados. Aquí me refiero a que un mayor nivel educativo genera un efecto protector contra la demencia al crear una “reserva cognitiva”, un concepto que merecería por sí solo una extensa entrevista”.

-¿Y factores genéticos?

“También existen, como por ejemplo la presencia en la mayoría de las mujeres de una variante concreta del gen de la metilguanina metil transferasa, una proteína que reconoce y elimina lesiones del ADN, la molécula que contiene la información genética que determina cómo nos desarrollamos y funcionamos los seres vivos. También se han detectado niveles mayores en mujeres de la proteína Tau, directamente implicada en el Alzheimer”.

-Complicado, ¿no?

“No olvidemos los factores de riesgo cardiovascular, como diabetes, colesterol o hipertensión, en mujeres de mediana edad, que están asociados con un posible deterioro cognitivo. En definitiva, los estudios indican que el desencadenante es probablemente una combinación de factores genéticos, biológicos y hormonales que, en su conjunto, aumentan el riesgo. A medida en que se vayan realizando más investigaciones aparecerán más factores”.

-¿Se ha producido un incremento del Alzheimer? ¿Ha mejorado el modo de combatirlo?

“El aumento de la esperanza de la vida en nuestras sociedades aumenta y eso a su vez aumenta la posibilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer u otras demencias”.

-O sea, Ángel, por un lado aumenta la vida y por otro aumenta el riesgo.

“Vamos a los números, que creo que pueden ayudar a comprender lo que quiero decir. En 2024, más de 50 millones de personas en todo el mundo están viviendo con demencia. En España estamos moviéndonos alrededor de las 800.000 personas diagnosticadas en 2024, un 1,5% de la población. Las estimaciones, que tienen en cuenta este aumento de la esperanza de vida, hablan de que este número puede triplicarse en 2050 y esas son 150 millones de personas, a nivel mundial”.

-Esas cifras asustan.

“Imagina la presión sobre los sistemas de salud y de la asistencia social, por no hablar del impacto real, cotidiano y doloroso en las familias que cuidan de estos pacientes”.

-¿Y en cuanto a medios para combatir la demencia?

“Estamos en un momento en el que las aproximaciones científicas y tecnológicas para abordar el estudio de la enfermedad, así como nuestra información sobre ella, han aumentado muchísimo. Todo esto nos ha puesto en la situación de reconocer que la enfermedad de Alzheimer es realmente una patología extremadamente compleja, tanto en su progresión como en su etiología (su causa), que no depende de un único factor sino de cuánto de “sanas” estén nuestras neuronas, de su metabolismo adecuado y de las precisas conexiones entre ellas y otros elementos celulares que permiten el correcto funcionamiento de nuestro cerebro”.

-Supongo que el estado general del organismo es otro elemento a valorar.

“Claro, porque además estas neuronas dependen también de cuánto de sano está nuestro organismo en su conjunto, de cómo le hayamos tratado a lo largo de los años a nivel cardiovascular y metabólico, de cómo henos “nutrido” intelectualmente a nuestro cerebro. Por todo ello, en mi opinión, creo que estamos mejorando nuestro abordaje de la enfermedad de un modo global y no sólo dedicándonos al estudio de marcadores únicos de la enfermedad”.

(Por acortar, hablamos de envejecimiento saludable. Es compleja la respuesta. “Se debe hablar” –dice el profesor Acebes— “de envejecimiento saludable. Se deben potenciar buenos hábitos alimenticios, actividades sociales y lúdicas, crear entornos de desarrollo humano en esta etapa de vida llamada vejez, denostada en muchas ocasiones porque uno se hace viejo, pierde capacidades y piensa que molesta a sus familiares y ya no sirve a la sociedad”. Y añade:)

“El mundo, especialmente Europa, está envejeciendo. Invito a los lectores a buscar la pirámide española. Y a cuidarnos (hipertensión, diabetes, tabaquismo, optimizar la atención médica y la prevención e invertir en investigación). Y otro comentario al respecto: La vejez engloba un sustrato de la población que guarda y, sobre todo, transmite la memoria y la experiencia vital de una generación. Si algo sufrimos con la reciente pandemia de covid-19 fue la pérdida de numerosos miembros de esta población a la que me refiero. Una pérdida incalculable”.

-Lamento tener que resumir. ¿Qué situaciones o herencias genéticas originan las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer?

“Existen dos tipos de Alzheimer, el familiar, un 5% de los casos generalmente de inicio precoz (antes de los 60 años) y cuyos genes conocemos bien, sin descartar que aparezcan otros nuevos. Y la enfermedad de Alzheimer esporádica, el 95% de los casos restantes, que depende de factores genéticos y ambientales y en la que la presencia de un factor genético no implica desarrollar la enfermedad en el futuro, sino que es un factor de riesgo más que contribuye a su desarrollo. Esta es la variante más compleja y la que es objeto de intensa investigación desde hace muchos años”.

-¿Eres optimista en cuanto a un medicamento que prolongue la vida de los enfermos?

“Debo serlo. Mi mayor interés como científico es colaborar en el trabajo de mi grupo al fin último de la curación de esta devastadora enfermedad. Pero también debo ser muy cauto a la hora de trasmitir los hallazgos científicos para no crear falsas expectativas. Hay que informar verazmente a los enfermos de los hallazgos obtenidos y conseguir, en mi opinión, el cóctel de medicamentos que permitan una vejez sin Alzheimer en un futuro lo más cercano posible”.

-¿Es cierto que están ustedes caracterizando un modelo celular que permite realizar un seguimiento individualizado de la progresión de la enfermedad en determinados pacientes de Alzheimer?

“Estamos en ello. Gracias a nuestra colaboración internacional con el equipo de la doctora Benítez-King, en México, y con el neurólogo doctor Norberto Rodríguez, en el Hospital Universitario de La Candelaria, estamos obteniendo y caracterizando precursores neuronales olfativos procedentes de una cohorte de pacientes diagnosticados de Alzheimer en distintas etapas de la enfermedad. Estas células provenientes de pacientes son de gran valor para estudiar las características del microambiente patológico individual que presenta cada paciente con el fin último de poder desarrollar una terapia personalizada”.

(En el ITB de la ULL existen hoy tres programas: enfermedades de base genéticas y raras, enfermedades crónicas del envejecimiento y neurobiología y enfermedades del sistema nervioso, al que pertenece el profesor Acebes. Son grupos interdisciplinares, enfocados en biomedicina básica, química medicinal e investigación clínica, con grandes profesionales y colaboraciones externas incluidas. Investigan también la atrofia muscular espinal (AME). Cita mi interlocutor a la doctora Olga Tapia, que acaba de organizar en la ULL una importante reunión científica, uniendo a profesionales de diversos ámbitos y a familiares).

-Siempre me quejo del espacio. ¿Existe un medicamento moderno, eficaz, determinante en la curación de las enfermedades neurodegenerativas?

“Las enfermedades neurodegenerativas son un grupo heterogéneo de patologías y aunque todas comprenden la pérdida de sinapsis y la muerte neuronal, los mecanismos implicados en esa pérdida no son comunes. No hay ningún medicamento curativo en el caso del Alzheimer. Recientemente se han desarrollado fármacos específicos que eliminan los acúmulos de un péptido (una pequeña proteína) llamado beta amiloide, directamente implicado en la enfermedad. En España no se dispone aún de estos fármacos. La UE ha autorizado recientemente la comercialización del Lecanemab, bajo un estricto control de seguridad ya que puede causar efectos adversos potencialmente graves. Pero es muy eficaz limpiando los depósitos de este péptido en el cerebro, aunque funciona solo en sus fases iniciales y presenta efectos clínicos modestos”.

-He oído que existe relación entre el virus del herpes y el Alzheimer.

“Existen evidencias científicas entre el virus del herpes zóster y el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, aunque se desconoce si es una causa directa o indirecta. Un estudio publicado en Nature en 2025, empleando registros de salud de adultos en torno a los 80 años de edad, en Gales, demostró que los que recibieron la vacuna contra el herpes zóster tenían un 20% menos de probabilidades de desarrollar Alzheimer en los siguientes años, comparados con los que no fueron vacunados. Son datos ilusionantes pero hasta los autores reconocen que necesitan de más estudios para confirmarlos”.

-Tengo que terminar, Ángel. Defiendes que las personas que saben deben tener mejor voz que las que no saben.

“Vivimos en unos tiempos en los que nos llega una gran cantidad de noticias no contrastadas, infundadas o incluso directamente falsas. Necesitamos retomar la capacidad de confiar en profesionales que sean verdaderos especialistas en su campo. Hablo del problema de la seudociencia, pero me temo que con el uso de las redes sociales como medio de transmisión por parte de ciertos interlocutores, puede hacer mucho daño a otros ámbitos”.

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