El Cabildo, en colaboración con los ayuntamientos de Buenavista y Santiago del Teide, pondrá en marcha, a partir del próximo día 18 (viernes santo), un servicio de guaguas lanzaderas con carácter obligatorio para todos los que quieran acceder al barranco de Masca, como medida para intentar reducir el número de vehículos particulares en la zona y mejorar así la movilidad en el entorno. Para ello, se habilitará un aparcamiento disuasorio en el casco de Santiago del Teide, donde los particulares podrán dejar sus coches y desde allí partirán en estas guaguas lanzaderas. Así lo anunció ayer la presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, en rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno, junto con el vicepresidente insular, Lope Afonso.
Los vecinos de Masca pedían hace pocos días a las administraciones soluciones para un caserío que, denunciaron, sufre de colapsos diarios en su tráfico e inseguridad ciudadana con infraestructuras inadecuadas, mientras el espacio se convierte en un “parque temático” del turismo.
Dávila explicó que la nueva medida acompañará a la ecotasa ya implantada, a la que se sumará el pago por este servicio de guaguas. En concreto, estos tickets se venderán exclusivamente a través de la página oficial caminobarrancodemasca.com y el precio del transporte se añadirá al coste del billete de entrada al barranco.
Según detallaron desde el Cabildo en una nota posterior, este servicio de guaguas (con capacidad para 18 personas cada una) operará los viernes, sábados y domingos (únicos días en los que se puede visitar el barranco) de 07.00 a 14.00 horas, con salidas cada 20 minutos desde el punto de recogida en Santiago del Teide, en concreto, en la parada de Titsa que hay junto al ayuntamiento, que ha habilitado un aparcamiento en el entorno del cementerio para dejar los coches particulares.
Precios
Según informaron, los precios varían según la residencia del visitante. Así, los adultos y niños residentes tinerfeños no tendrán que pagar nada por la bajada al barranco de Masca y por el uso del transporte obligatorio. Los residentes canarios adultos tendrán que abonar 3 euros de la entrada más 4 euros de la guagua y los niños 1,5 y 2 euros, respectivamente.
En cuanto a los adultos no residentes en Canarias, tendrán que abonar 28 euros de la entrada, más 10 euros del transporte, mientras que los niños pagarán 14 euros, más 5 euros del billete de la guagua. Si los usuarios que llegan a Masca no lo hacen en la guagua puesta en servicio, no podrán hacer el recorrido por el barranco, enfatizaron desde el Cabildo.
“Todo el mundo que quiera bajar el barranco de Masca va a tener que llevar sellado en el ticket que ha hecho ese trayecto en guagua”, insistió la presidenta insular, que recordó que este espacio natural tiene un límite de 275 personas para cada uno de los tres días que se puede visitar. “El barranco de Masca en años anteriores había sido transitado por unas 100.000 personas. Con estas medidas que hemos adoptado de restricción, ya estamos por debajo de las 50.000 al año”, apuntó.
Además, Dávila estimó que con este servicio de guaguas lanzaderas, “vamos a conseguir aliviar en torno a una media de entre 100-120 vehículos diarios que ya no van a estar aparcados en el caserío de Masca, sino que van a utilizar obligatoriamente el transporte discrecional”.
“Este plan de ordenación es el primero de su tipo en Tenerife y será el modelo a seguir en otros espacios como Anaga o el Parque Nacional del Teide, cuando se formalice su traspaso. Estamos actuando con responsabilidad, paso a paso, y con una hoja de ruta clara: proteger el territorio, mejorar la vida de quienes lo habitan y ofrecer un turismo sostenible”, indicó.
Por otra parte, anunció que también se trabaja con la Dirección General de Tráfico (DGT) para instaurar un sistema de sentido único para todas las guaguas que entran y salen del caserío, y que así no haya atascos al encontrarse dos de frente, con lo que la entrada sería por la carretera de Buenavista hacia Masca y la salida hacia Santiago del Teide. “Un planteamiento que nace de la interlocución con los ayuntamientos y los vecinos”, indicó Dávila, y que se suma a la reducción del tamaño de las guaguas turísticas. Una vez se obtenga la autorización formal de la DGT se podrá avanzar en nuevas decisiones sobre tasas, parkings disuasorios y servicios regulados.
También se ha solicitado a la DGT que haya vigilancia policial, sobre todo en puntos críticos como los miradores y aparcamientos. De igual forma, se está estudiando la mejora y rehabilitación del firme de la TF-28, y en cuanto a los apartaderos se hace necesario un estudio en profundidad porque la vía no los permite y habría que hacer expropiaciones, indicaron desde el Cabildo.
Consultada sobre si se plantean otras medidas como limitar el acceso de vehículos de alquiler al caserío de Masca, Rosa Dávila respondió que “vamos a intentar aliviar el colapso con las medidas que estamos adoptando y vamos a ir valorándolas si son suficientes o hay que poner otro tipo de restricciones”, por lo que ahora “no está sobre la mesa”, y si llega a plantearse “se hará de la mano de los vecinos y del sector”, indicó.
Por otra parte, el Consejo de Gobierno aprobó ayer la creación de la Oficina del Sector Público para mejorar la prestación de servicios a la ciudadanía. Mientras, Lope Afonso informó de que también se dio luz verde al convenio con el Ayuntamiento de San Miguel de Abona para las obras de mejora de la oficina de información turística del casco.
Balsas
Asimismo, Afonso informó de que las últimas lluvias han permitido que las balsas estén en un porcentaje “que ronda ya el 65% de su capacidad”. “Y particularmente satisfactorio es comprobar como la vertiente que más había acusado en estos últimos meses la sequía, la norte, ha recuperado sensiblemente su capacidad de caudal, lo que hace que podamos afrontar el verano con una capacidad de riesgo suficiente para atender al sector primario”, apuntó, aunque recordó que “seguimos en el contexto de la emergencia hídrica”.