Fue minutos después de las nueve menos veinte de la mañana de ayer cuando el conductor de una guagua de transporte regular perdió el control de dicho vehículo por causas que ahora investiga la Guardia Civil. Ello condujo a que el mismo se saliera de la vía y cedieran cual hoja de papel las supuestas protecciones que adornan estas carreteras con el fatídico resultado de que una de las pasajeras falleció como consecuencia de las lesiones que sufrió por los brutales golpes recibidos mientras el bus rodaba por la ladera hasta que terminó volcado en un tramo inferior de dicha vía.
Además, otras diez personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad y, en uno de los casos, concretamente un varón, tuvo que ser trasladado de urgencia por vía aérea hasta Tenerife para ser atendido con mejores garantías en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria.
En realidad, todas las personas que viajaban en el vehículo resultaron afectadas de una u otra manera por el accidente que nos ocupa.
Entre las víctimas se encuentra el propio conductor de la guagua, cuyas lesiones en primera instancia fueron consideradas leves.
Como no podía ser de otra manera, desde el primer momento se activó un formidable operativo compuesto por distintos servicios de emergencias que acudieron al lugar de los hechos, donde comprobaron de primera mano que la guagua se despeñó por una ladera para terminar cayendo desde varios metros de altura hasta terminar volcada lateralmente en un tramo inferior de la carretera en cuestión.
Fueron bomberos de Valle Gran Rey quienes liberaron a la mujer fallecida, una catalana de 73 años que residía en La Gomera durante buena parte del año, y la pusieron a disposición del personal del Servicio de Urgencias de Canarias (SUC), del centro de salud de la capital gomera y del propio Hospital Insular, quienes solo pudieron confirmar el óbito de la infortunada.
Los sanitarios aludidos redoblaron esfuerzos para atender a las otras diez personas en un servicio prestado junto a miembros de Protección Civil, Ayuda en Emergencias Anaga (AEA), Policía Local, Transporte Sanitario No Urgente (TSNU), Cecopin La Gomera, Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife, Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) y, claro está, la Guardia Civil, que será quien instruya las oportunas diligencias.
Además de la fallecida de 73 años de edad, los heridos graves son un varón de 69 años que, en el momento inicial de la asistencia, presentó un traumatismo lumbar y cervical de carácter grave que motivó el referido traslado aéreo hasta la Candelaria; una mujer de 63 años, con traumatismo en la cadera y una fractura abierta en miembro superior de carácter grave, y otra mujer más, esta de 67 años, con traumatismo en la pelvis de carácter grave, siendo las dos últimas ingresadas en el Hospital Nuestra Señora de Guadalupe.
Por lo que respecta a los heridos cuyas lesiones son consideradas a priori como de carácter moderado, la reseña incluye a un varón de 29 años de edad que, en el momento inicial de la asistencia, presentó un traumatismo en la cadera de carácter moderado, a resultas de lo cual fue trasladado en una ambulancia de Transporte Sanitario No Urgente al hospital insular.
Asimismo, a otra mujer, de 57 años, en el momento inicial de la asistencia, se le valoró un traumatismo en miembro inferior de carácter moderado, por lo que fue trasladada en una ambulancia medicalizada del SUC al Hospital de Nuestra Señora de Guadalupe.
Igualmente, un varón de 76 años de edad sufrió un traumatismo en la cadera y otro en miembro inferior, también de carácter moderado e igualmente trasladado en una ambulancia medicalizada del SUC al referido centro hospitalario.
El cuarto caso es el de un varón de 20 años que, en el momento inicial de la asistencia, presentó una herida en miembro inferior y crisis de ansiedad de carácter moderado, y al que hubo que llevar en un vehículo del Cecopin de La Gomera al hospital insular.
En cuanto a los heridos de carácter leve, se trata de tres varones, el primero, de 58 años con un traumatismo cervical; otro de 63 años con dolor lumbar y cervical de carácter leve, y, por último, un hombre 30 años de edad que sufrió un traumatismo occipital. En estos tres casos fueron distintos servicios de emergencias los que llevaron a cabo el traslado al hospital insular gomero.
Resta añadir que el Cabildo de La Gomera se implicó desde el primer momento en poner todos los medios disponibles a disposición de los afectados, así como que los principales dirigentes de Canarias (entre ellos el propio presidente, Fernando Clavijo) expresaron su pesar por lo acaecido.
El guardarraíl de madera-metal es tan legal como ineficaz en la práctica
Basta con recurrir a la Wikipedia para saber que “una barrera de metal, defensa metálica quitamiedos, bionda o guardarraíl es un elemento de protección de seguridad vial pasiva, colocado a los lados de la calzada o en la mediana para separar carriles de sentido contrario o en tramos peligrosos” Pero lo importante es para qué sirve, y “sus funciones son tanto absorber el impacto del golpe como impedir que los vehículos se salgan de la vía y se despeñen o choquen con elementos más peligrosos que la misma barrera”.
Viene al caso esta previa para comprender mejor el funesto suceso acaecido ayer en La Gomera, porque es obvio que, si bien el guardarraíl de madera-metal existente en el tramo de la GM-2 cumplió a priori su función al deformase y no quebrarse, de nada sirvió porque sus cimientos cedieron con el funesto resultado de una persona fallecida y los otros diez ocupantes del vehículo sufrieron heridas de distinta consideración.
Revisada la legislación vigente, se comprueba que la autoridad competente, en este caso el Cabildo de La Gomera, ha cumplido con la misma al instalar este tipo de barreras madera-metal, pero los especialistas consultados por DIARIO DE AVISOS explican que el nivel de seguridad dispuesto en la norma es insuficiente para tramos de carreteras que transcurren por orografías tan abruptas como las de dicha Isla, al igual que ocurre en amplias zonas del resto de la provincia tinerfeña.
Es de justicia destacar que divulgadores sobre seguridad en la carretera tan reconocidos como @TenerifeVial llevan años e incluso más de un lustro alertando reiteradamente del riesgo que acarrea la insuficiencia de estas barreras, como se puede comprobar en su cuenta de Twitter (ahora llamada X), y que ayer lamentaba que los hechos le hayan dado la razón.
¿Cómo puede ocurrir esto? El experto nos lo explica: “Un sistema puede cumplir con la normativa, pero no estar diseñado para las exigencias específicas de ciertos vehículos como las guaguas. La clave está en seleccionar el nivel de contención adecuado (…) en función del tipo de vía y del tráfico previsto. Además, la correcta instalación y mantenimiento son esenciales para que el sistema funcione como se espera”.
El clamor en chats de ingenieros especialistas en seguridad vial a los que pudo acceder este periódico (y del que no se dan más detalles por respeto a su privacidad) es claro: “Se veía venir”.