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Elfidio Alonso: “Las puertas siguen abiertas para los que se fueron”

A punto de cumplir 90 años, el fundador de Los Sabandeños y figura clave de la cultura canaria habla del enigma de la vida
Elfidio Alonso en 'Minuto 33' de Atlántico Televisión junto a Carmelo Rivero. DA

A punto de cumplir 90 años, Elfidio Alonso Quintero -periodista, escritor, político, compositor y fundador de Los Sabandeños y figura clave de la cultura canaria- repasa su vida con serenidad, gratitud y una lucidez admirable. En esta conversación con Carmelo Rivero, en el programa Minuto 33 de Atlántico Televisión, habla del enigma de la vida, de su amor por el cine y de cómo se ve el mundo desde la cima de la longevidad.

– Cantautor, compositor, periodista, político… pero, sobre todo, un hombre de la música, ¿podemos empezar diciendo ‘gracias a la vida’?

“En mi caso, desde luego. Porque no solo se trata de una canción que hizo muy famosa Mercedes Sosa…”

– Que compuso Violeta Parra, la gran Violeta.

“En efecto, la célebre chilena. Pero Gracias a la vida es más que una canción: es una obligación. Hay que darle gracias a un enigma como es la vida, ¿no?”

– Un enigma, sí. Y ya que hablamos del tiempo, estás a punto de llegar a los 90 años. Recuerdo a tu padre, Elfidio Alonso Rodríguez… Ustedes son de familia longeva.

“Sí, mi padre murió a los 96.”

– ¿Y María Rosa Alonso, tu tía?

“101”.

– ¿Cómo se ve la vida siendo nonagenario?

“Con optimismo, porque el catastrofismo no sirve para nada. Y el optimismo te da alas para continuar teniendo una perspectiva algo esperanzadora del cotarro, ¿no?”

– Hay que ser optimista y positivo, coincido contigo. Yo te recuerdo, Elfidio, cuando empezabas como periodista en ‘El Día’. Ya estabas en Los Sabandeños, pero poca gente sabe que desde muy niño escribías poesía y hacías cine. ¿Por qué te interesó tanto el cine al principio?

“Pues no había otra cosa. Estaba estudiando en La Laguna y solo pasé un invierno en El Hierro con la familia de mi madre. Me aficioné al cine porque no había otra cosa. Iba al Leal, al Parque Victoria…”

– ¿Y la gracia no consistía solo en ir al cine, ¿verdad?

“No, también todo lo que lo rodeaba: las revistas, Fotogramas, Cine Mundo… Eran muy asequibles, salían todas las semanas y eran baratas. Ahí te enterabas de cosas frívolas, como la vida de los artistas. No te venía una crítica o una enseñanza, pero te abría una ventana a otro mundo.”

– ¿Echas de menos el periodismo, Elfidio?

“Sí, sí, porque el periodismo te contamina. Sabes que te conviertes en algo útil para la sociedad, que desvelas misterios, que deshaces entuertos, que apoyas causas que merecen la pena apoyar. Hay una cantidad de facetas que enriquecen a la persona que ejerce esa profesión.”

– Recuerdo mucho aquella época en ‘El Día’, con Ernesto Salcedo. Tenías una columna que era un recuadro, una integrada, donde abordabas tanto política nacional como internacional. Era una delicia leerte, estabas muy impuesto. Y ahora te tengo delante, Elfidio, con casi 90 años y una vida riquísima llena de vivencias. ¿Cómo ves el mundo hoy?

“El mundo está complicado, como siempre. Pero quizás ahora más desbordado, más ruidoso. Hay una sobreinformación que no siempre se traduce en conocimiento. Echo de menos aquel periodismo que te obligaba a pensar, a contrastar, a escribir con rigor. Porque el periodismo, cuando lo vives de verdad, como digo, te contamina… Es una profesión que te obliga a mirar el mundo con ojos críticos, pero también con compromiso. Y eso, en estos tiempos, es más necesario que nunca. Hoy seguimos tropezando con las mismas piedras: guerras, desigualdades, intolerancia… Pero también hay esperanza. La juventud tiene herramientas que nosotros no tuvimos. Lo importante es que las usen con conciencia, con criterio. Porque el mundo necesita menos ruido y más pensamiento.”

– ¿Qué es lo que más temes, Elfidio? ¿Una guerra mundial? Tú que has visto las orejas al lobo de un conflicto global, ¿existe ese riesgo ahora?

“Hombre, escuchando las manifestaciones y los pensamientos que expone, sin tapujos, el señor Trump, por ejemplo…, pues uno se queda un poco inquieto. Donald Trump no es un personaje cualquiera. Cuando alguien con tanto poder dice que puede “terminar con un país entero” y cosas por el estilo, pues te da que pensar. Son momentos difíciles, raros, y hay que afrontarlos con comprensión, con “entendederas”, como diría el mago. Porque si no entendemos lo que está pasando, si no lo miramos con calma y con memoria, corremos el riesgo de repetir errores que ya nos costaron demasiado caro”.

– ¿Sigues soñando con que Los Sabandeños actúen en la ONU?

“Sí, yo creo que ese ha sido siempre uno de nuestros sueños. Cuando estuvimos en Nueva York nos quedó mucha pena de no poder ir a la ONU. Y mira que lo intentamos: hablamos con representantes, movimos contactos…, pero fue difícil. Claro, si la ONU dejara actuar a todo el mundo allí, sería un desfile interminable.”

– Pues ahora tenemos manga los canarios. Habría que volver a intentarlo, aprovechando que un paisano, Héctor Gómez es el embajador. En el Parlamento Europeo sí lo consiguieron, ¿verdad?

“Sí, sí. En el Parlamento Europeo actuamos. Fue una experiencia muy especial. Cantar allí, en un espacio donde se toman decisiones que afectan a millones de personas, fue como llevar la voz de Canarias a un escenario universal.”

– Acaba de fallecer Manuel Hermoso, que fue quien los llevó a Estrasburgo.

“Una persona para nosotros decisiva. Nos ayudó mucho, nos respaldaba, se ocupaba de nosotros. Y además era un caballero, un político magnífico.”

– Irrepetible, quizá.

“Irrepetible. No solo como político, también como ideólogo del nacionalismo, fue muy novedoso.”

– Tú estabas muy cerca de él, incluso antes de ser alcalde, antes de estar en el primer plano político con Coalición Canaria.

“Sí, sí. Fue una etapa de construcción, de ideas, de identidad. Manuel Hermoso fue el gran arquitecto del nacionalismo canario moderno. Y con personas como Juan Manuel García Ramos, con quien compartí muchas reflexiones, se fue tejiendo ese pensamiento que hoy sigue marcando a una parte importante de Canarias”.

– Un día me contaste que casi te matas. Hemos hablado otras veces de que Los Sabandeños son fruto de la casualidad, del azar, de la buena suerte. A pesar de las crisis del grupo, han podido sobrevivir 60 años. Y me dijiste que en una de esas idas y venidas, en una curva, casi pierdes la vida. Ibas con Juan Oliva…

“Exacto. Y, fíjate, en esa misma curva han puesto ahora el monumento a Los Sabandeños. Estuve al borde de un precipicio, fue grave.”

– Hace 50 años, ustedes estrenaban en el Teatro Guimerá la ‘Cantata del Mencey Loco’. ¡Vaya acontecimiento! Inolvidable.

“Ah, sí. Inolvidable. Nunca había visto un público tan enfervorecido, tan despierto. Cuando se empiezan a entender todos los conceptos de la cantata -lo que representa un mencey para el pueblo canario, sus tradiciones, su leyenda- y se ve todo eso expresado en música y recitado, con el público entregado… fue algo tan emocionante que nunca lo he podido olvidar.”

– Y el enfado del gobernador civil…

“Se levantó y se fue.”

– Claro, era un momento crítico: el año de la muerte de Franco. Y los guanches estaban mal vistos.

“Sí, tenían muy mala prensa. Pero gracias a Los Sabandeños, se les devolvió la dignidad.”

– Tú me dijiste que pusieron al guanche en el palco, y es una buena metáfora. Era un pueblo maldito… para la dictadura.

“Ahora está normalizado, aceptado. Y en toda nuestra discografía siempre hemos recordado al guanche. Es una cultura que nos da orgullo, como la inca o la maya. Hicimos el tema Llamarme Guanche, de Carlos Pinto Grote. Viendo el repertorio que tenemos ahora con Mestisay, recordé que hemos musicalizado a Pedro García Cabrera…, a cada poeta le hemos hecho una canción. No solo a los poetas cultos.”

-También a ‘El Salinero’, Víctor Fernández Gopar, el poeta popular.

“Sí, analfabeto, pero un gran poeta. Y uno de los mejores discos que hemos hecho, el de Las seguidillas del Salinero.

– ¿Cuántos discos han grabado, Elfidio?

“Yo calculo que unos 200, entre grandes y pequeños. Si le preguntas a Julio Iglesias o a Joaquín Sabina, te dirán que tienen 60 o 70 discos. Nosotros tenemos más del doble.”

– Y tú solo has compuesto más de 300 canciones.

“Por lo menos. Y hemos vendido más de dos millones de discos, seguro. Tenemos un diploma de la Academia del Disco que lo certifica.”

– Creo que están cerca de los tres millones. Y han recibido todos los premios: el Taburiente de la Fundación DIARIO DE AVISOS, el Premio Canarias, la Medalla de Oro de Canarias…

“No nos han dado el Premio Princesa de Asturias. Pero hemos estado muy cerca.”

-Esa sigue siendo una injusticia. Son el mejor grupo hispanohablante de la historia, no solo de Canarias. Pero en Madrid han perdido la memoria. Aunque aún estamos a tiempo.

“Lo más importante ha sido la continuidad. A pesar de las crisis del grupo, seguimos. Muchos pensaron que cuando se fueron miembros fundamentales, el grupo se acabaría. Pero no fue así. Y para mí ha sido muy gratificante. No solo he cumplido mis aficiones y mi ideología de hombre de las ocho islas, sin fanatismos. Hoy, el director general de Los Sabandeños es mi hijo. Toca la guitarra, el laúd, la bandurria… Lee música. Y mi nieto Octavio ya ha actuado en varios recitales. Toca bandurria y también lee música. Es un forofo del grupo. Y tengo preparado a mi bisnieto Diego, que va a cumplir once años. También es un apasionado.”

– Cuatro generaciones… ¡Cómo no vas a decir ‘gracias a la vida’!

“Claro. Todo lo que he hecho ha tenido sentido. Hay conexiones que uno no se explica, como la cantata del Mencey Loco, o ver a mis nietos seguir el camino.”

– ¿Cómo surgió la idea de usar la manta esperancera?

“Fue idea de Quique, Enrique Martín. A él le encantaban los disfraces y los trajes tradicionales. Al principio, salíamos con el traje de mago del chicharro, pero sentíamos que faltaba algo. Entonces, Quique propuso incorporar la manta, y fue un acierto total. Se convirtió en un símbolo. Ahora he visto a Manuel Hermoso en televisión con la manta esperancera puesta.”

– También se la pusieron ustedes al rey Felipe en el Teide. Y le cantaron el himno a la Lucha Canaria. ¿Captó la doble intención de la letra?

“Seguro que sí. Esa canción marcó un hito, no solo para Los Sabandeños, sino por el momento histórico en que se interpretó. También hemos rescatado a figuras como Secundino Delgado.

– Ahora están preparando un disco homenaje dedicado a ti con canciones tuyas. Y me han dicho que harán un espectáculo en agosto, en Candelaria.

“Sí, me tiene sin dormir. Estoy muy emocionado. Me ha servido para reafirmar mi fe en mis compañeros y en el proyecto. Siempre he creído que la cultura y el folclore canario son tan ricos y únicos que merecen todo el esfuerzo que hemos hecho durante estos 60 años. Ha sido una dedicación generosa. Ha habido entrega y generosidad, y eso no es fácil de encontrar. Recuerdo cuando actuamos por primera vez en la romería de La Orotava. Totoyo Millares estaba allí, viéndonos desde la calle. Ese fue el inicio de Los Gofiones.”

– ¿Crees en Dios o no eres creyente?

“No me considero muy creyente, pero siempre he tenido respeto por las religiones, especialmente por la católica. No soy un forofo de la religión, aunque he tenido una relación muy cercana con personas como el padre Adán o don Bernardo, el obispo. Los invitaba a casa y mi mujer les preparaba un buen potaje. Esas cosas tan entrañables de la canariedad no hay que perderlas. Son parte de lo que somos.”

– ¿Alguna vez has sentido la necesidad de decir algo a tu gente que has tenido en la punta de la lengua y nunca les hayas dicho?

“Sí. A los que se fueron de Los Sabandeños. Quiero que sepan que las puertas siguen abiertas. Son parte de esta familia. A veces se ha dicho que yo era autoritario, pero siempre he procurado ser lo contrario: estar al servicio de mis compañeros, ayudarles, escribirles una carta si hacía falta. He intentado ser participativo y voluntarista.”

– ¿Y al público, a tu pueblo?

“Que apoyen lo nuestro. Que vale la pena luchar por nuestras tradiciones, por nuestra cultura. Que no olvidemos las lecciones que, de forma simbólica, nos dejó el guanche. Yo me considero un canario de las ocho islas y he intentado predicar con el ejemplo, no solo participando, sino también impulsando proyectos. Por ejemplo, cuando Valentina la de Sabinosa vino a vernos por primera vez, le hice una entrevista y escribí los comentarios de su disco. Compartimos disco con ella, con Sebastián Ramos, con Manuel Hernández… con los grandes cantantes de entonces.”

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