¿Qué pasaría si nos pusiéramos en el lugar de los niños y niñas que compiten en un juego deportivo cada fin de semana? ¿Si sintiéramos lo que ellos sienten cuando, en lugar de aplausos, reciben gritos, insultos y órdenes desde las gradas? ¿Y si fuéramos nosotros quienes tuviéramos que suspender el partido porque el público ha perdido el control?
Estas preguntas son el punto de partida de El Poder de la Grada, una iniciativa de la Fundación DISA que desde 2022 busca transformar los espacios deportivos en Canarias en entornos seguros, positivos y respetuosos. El objetivo es claro: sensibilizar a padres, madres y acompañantes sobre el impacto que su comportamiento tiene en los menores durante competiciones deportivas.
Se consigue con una metodología basada en el juego y en ofrecer herramientas para resolver pacíficamente situaciones conflictivas en el entorno deportivo. No se trata solo de evitar gritos o peleas, sino de construir una cultura de respeto que perdure más allá del partido.
La clave del proyecto reside en una experiencia vivencial. A través de dinámicas participativas, los adultos se colocan en la piel de los más pequeños. Sienten lo que ellos sienten, observan cómo les afecta un entorno hostil y descubren el poder que tienen para cambiarlo. Esta metodología, desarrollada por El Gato Engrifao, se ha implementado en colaboración con federaciones y clubes deportivos de Gran Canaria y Tenerife.
En tres años, El Poder de la Grada de la Fundación DISA ha llegado a más de 50 clubes y ha involucrado a más de 2.000 personas. Padres, madres, familiares y miembros directivos que, tras vivir la experiencia, han decidido formar comités, organizar actividades con equipos rivales y promover valores como el respeto, el compañerismo y la responsabilidad. Han pasado de ser espectadores a ser protagonistas del cambio, construyendo gradas activas y positivas.
Porque el deporte, más allá de la competición, es una escuela de vida. Y las gradas, lejos de ser un lugar pasivo, pueden convertirse en espacios de crecimiento compartido. En ellas, los adultos tienen la oportunidad de dar ejemplo, de mostrar lo mejor de sí mismos y de acompañar a sus hijos desde el respeto y la empatía.
Desde su puesta en marcha, la iniciativa ha despertado el interés de clubes de distintas modalidades deportivas, y en esta nueva edición se expande a Lanzarote y Fuerteventura, sumando cuatro nuevos centros a la red de transformación. La Fundación DISA continúa apostando por esta fórmula que pone en el centro a la infancia y que recuerda a todos los implicados lo que realmente importa: el respeto y el trabajo en equipo.
Porque cuando las gradas se llenan de respeto, el deporte se convierte en lo que siempre debió ser: una celebración de valores, una oportunidad para crecer y aprender juntos. Y ese, sin duda, es el mejor tanto que podemos marcar.
La Fundación DISA impulsa proyectos que mejoran la vida en Canarias, apostando por la educación, la cultura y el bienestar social. Su compromiso con el desarrollo sostenible y la igualdad de oportunidades se refleja en cada iniciativa. Descubre más en www.fundaciondisa.es.










