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Los nuevos radares antifrenazo de la DGT: frenar metros antes no te valdrá de nada

Cuando el coche llega al radar de velocidad habitual, el sistema no se limita a medir la velocidad puntual en ese punto, sino que calcula una media entre varias mediciones
Los nuevos radares antifrenazo de la DGT: frenar metros antes no te valdrá de nada

Los radares antifrenazo se perfilan como la nueva herramienta de control de velocidad en las carreteras españolas. A diferencia de los cinemómetros tradicionales, este sistema incorpora un primer detector situado varios metros —o incluso kilómetros— antes del radar principal. Su función es registrar la velocidad real del vehículo antes de que el conductor tenga constancia de que se aproxima a un control.

Cuando el coche llega al radar de velocidad habitual, el sistema no se limita a medir la velocidad puntual en ese punto, sino que calcula una media entre ambas mediciones. De este modo, se evita que el conductor frene bruscamente solo al ver la señal de radar, una práctica cada vez más habitual y que recuerda al funcionamiento de los radares de tramo, pero sin señalización específica.

Aunque frenar no constituye por sí mismo una infracción penal, el Reglamento General de Circulación sí contempla esta maniobra. El artículo 53 advierte que reducir la velocidad sin causa justificada puede disminuir la distancia de seguridad con el vehículo que circula detrás, generando un riesgo evidente. Por ello, la frenada debe ser razonable y segura.

Sanciones por radares antifrenazo

Las sanciones dependen del tipo de vía y del exceso cometido: la multa por superar el límite de velocidad puede alcanzar los 600 euros y conllevar la pérdida de hasta 6 puntos del carné. Además, si se considera que el frenazo ha sido injustificado, se pueden añadir 200 euros de multa y la retirada de 4 puntos adicionales.

El director general de la DGT, Pere Navarro, ha confirmado que está previsto instalar al menos 16 nuevos radares antifrenazo para combatir al llamado “infractor consciente”: aquel conductor que circula a gran velocidad, frena solo ante el aviso de radar y vuelve a acelerar inmediatamente después.

Como ocurre con otras medidas de la DGT, la implantación de estos dispositivos ha generado debate. Entre los argumentos a favor, se destaca la reducción de accidentes causados por frenazos repentinos, una de las causas más frecuentes de colisiones por alcance. También se señala que conocer la existencia de estos radares podría fomentar una conducción más constante y menos agresiva.

No obstante, hay quienes los ven como una herramienta con afán recaudatorio o temen que provoquen frenadas más bruscas al sorprender al conductor, lo que podría generar el efecto contrario al deseado.

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