‘Los 100 quintos de Zapadores’. Así se llama el restaurante de ambientación militar que esta semana protagoniza una nueva entrega de Pesadilla en la cocina. Pero el programa de Alberto Chicote, que trata de rescatar negocios en apuros con los consejos del cocinero y la reforma que paga el programa a los participantes, parece haber vuelto a fracasar en esta ocasión.
El restaurante se encuentra cerrado solo siete meses después de que pasara el cocinero, antes siquiera del estreno de su capítulo. No es la primera vez que esto le ocurre al programa. La lista de restaurantes fallidos tras la visita de Chicote es muy extensa.
El negocio, ubicado en Valencia, aparece en Google como «cerrado permanentemente», y el teléfono móvil que aparece en la reseña tiene «restringidas las llamadas entrantes». Los vecinos del entorno confirman este extremo.
«Abrió solo unos 15 días después de la reforma, después cerró y no ha vuelto a abrir», explican en un negocio cercano. «Ya solían hacer cosas muy raras, abrir y cerrar según les parecía», comentan en otro establecimiento.
Según relata laSexta en el cebo del programa, este «estrambótico restaurante», regentado por José y Silvia, abrió sus puertas para, según su propietario, homenajear a quienes hicieron el servicio militar. Sin embargo, «el local tiene un serio problema estético, combinando un mural de Don Quijote con una pecera con la piña de Bob Esponja y decenas de artículos militares».
Pero ese no es el único contratiempo del local, según la cadena: «A la cuestión estética se le suma un equipo desmotivado y las críticas de Silvia, pareja de José, que cuestiona al propietario por su falta de disciplina y de conocimientos del negocio hostelero y que no solo está poniendo a prueba la situación del restaurante, sino también su relación como pareja».
Con ese panorama, Alberto Chicote se enfrenta en el capítulo a una carta que carece de muchos platos, a retrasos de hasta una hora para servir las paellas o a la escasez de un recurso básico como el agua embotellada.
«Sin olvidar la pésima relación de Silvia con una de las camareras o la falta de luz en mitad de un servicio. Una conjunción de facturas que camina hacia el descontrol absoluto», anticipa el programa.
«Para resolver esta situación, Chicote se arma de paciencia y recurrir a tácticas extremas para hacer entrar en razón a José, sin la certeza de que vayan a funcionar», agrega. En efecto, no parece que hayan resultado, puesto que el restaurante se encuentra cerrado. Como invitado de la velada, el programa ha llevado a una figura de la noche, el DJ Chimo Bayo.