Los alimentos congelados importados, especialmente las carnes y los pescados, están siendo la principal vía de rebrote del virus en China, una vez que los contagios locales han sido prácticamente controlados en el país, que llegó a estar casi dos meses con su marcador a cero.
Continúa habiendo un goteo de casos desde fuera –cerca de una decena al día– debido a los residentes que regresan, pero éstos son sometidos a rigurosos controles por lo que se antoja difícil que el virus vuelva a entrar con fuerza en el país por esa vía.
Sin embargo, los congelados que llegan de otros lugares del planeta, sometidos a frecuentes manipulaciones en su empaquetado y transporte, sí están causando problemas al gigante asiático, donde en noviembre ha sido el raro el día en que no se detectaran rastros del virus, sobre todo en los embalajes de estos productos.
LOS CASOS SE MULTIPLICAN CON LA LLEGADA DEL FRÍO AL HEMISFERIO NORTE
Aunque desde el pasado julio China empezó a detectar varios casos del virus en alimentos congelados, no fue hasta el mes pasado en que la frecuencia se convirtió casi en diaria, en paralelo al agravamiento de la pandemia en los países del hemisferio norte del planeta a los que llegaba el frío.
En julio, seis lotes de estos productos dieron positivo en los análisis, cinco en agosto, dos en septiembre y cuatro en octubre, según los datos publicados por la prensa estatal.
Pero en noviembre los casos llegaron al menos a 25, elevando el total detectado a más de 40, en 16 provincias diferentes del país.
Ecuador, con siete, y Argentina, con cuatro, han sido los países de procedencia del mayor número de congelados que han dado positivo en sus envasados.
Pero la procedencia es muy diversa: también han arrojado positivos productos de países europeos como Alemania, Francia, Holanda -todos con uno- o Rusia (3), además de India (3), Brasil (3), Chile (1), Vietnam (1), Arabia Saudí (1), Indonesia (1) y otros 13 lotes procedentes de regiones desconocidas.
La provincia nororiental de Shandong, en el Mar Amarillo, ha sido, con ocho casos, la que ha descubierto más congelados contaminados.
Y en ella está precisamente la ciudad portuaria de Qingdao, donde en octubre se produjo un brote de 13 casos, que llevó a practicar pruebas de coronavirus a toda su población, de más de nueve millones.
Ese brote puso punto final el 12 de octubre a los 57 días consecutivos sin contagios locales que llevaba China y, según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC), tuvo su origen en dos estibadores del puerto de la ciudad que tocaron un cargamento de bacalao congelado, de origen no precisado, en cuyo embalaje exterior se detectó el virus.
Los dos estibadores, que fueron diagnosticados como positivos asintomáticos el 24 de septiembre, fueron trasladados al Hospital de Dolencias Pectorales de Qingdao, dedicado a tratar los casos importados, que, de acuerdo con la investigación, no desinfectó sus equipos adecuadamente, lo que hizo que el virus se transmitiese a otros pacientes antes de que se detectasen los contagios.
Los lotes de congelados que más veces han dado positivo en los test, principalmente en sus envoltorios, han sido las gambas, el pescado y las carnes de ternera y de cerdo.
A principios de noviembre se registraron también casos en las paredes externas e internas de contenedores de congelados, tanto por vía marítima como aérea, al resultar contagiados más estibadores.
DESINFECCIÓN DE EMBALAJES, CONTENEDORES Y BARCOS
El Gobierno chino aprobó el 9 de noviembre un «plan de desinfección integral de los alimentos importados de la cadena de frío» que se aplicó hasta finales de ese mes a más de 1,6 millones de productos con un peso cercano a 30.000 toneladas.
La desinfección incluye el embalaje exterior, los contenedores, el aire en el interior de los mismos, los camiones de transporte y los barcos.
Según una última ordenanza emitida este jueves, los productos congelados no se podrán vender en China sin «un certificado de inspección y cuarentena, un test de ácido nucleico de coronavirus o un informe de rastreo» sobre su origen y su cadena logística.
«La actual situación de prevención y control de la epidemia es aún compleja y estricta. El riesgo de que la enfermedad entre a través de la cadena de frío está creciendo continuamente, al tiempo que el intercambio internacional de personas y productos aumenta», advirtió el jueves la Administración Estatal para la Regulación del Mercado.
También señaló que todos los lugares de almacenamiento en frío deben estar registrados a finales de este año y tanto productores como intermediarios han de transportar los congelados a través de canales designados y almacenarlos y venderlos en áreas que cuenten con el visto bueno oficial.
«Una vez que se detecta contaminación ambiental o que alguien está infectado, se puede hallar a tiempo el virus y cortar de raíz la epidemia lo antes posible», destacó el jefe epidemiólogo del CDC chino, Wu Zunyou.
El refuerzo de las medidas de protección –guantes, mascarillas, gafas, trajes protectores– y la observación permanente de la salud de los operarios de todos los eslabones de la cadena de frío es otra de las herramientas empleadas por China, junto al control de las empresas de comida a domicilio y los puntos de venta.
NINGÚN CONTAGIO POR CONSUMO DE CONGELADOS
El primer caso en congelados que se detectó en el país a principios de julio fue en el empaquetado de unas gambas blancas de Ecuador, lo que llevó a suspender todas las importaciones de ese producto del país latinoamericano.
Desde entonces, Ecuador y China han cooperado estrechamente para controlar más a fondo estas importaciones y reforzar su seguimiento
«China pidió hace pocos días intensificar estas medidas de trazabilidad que es lo que hemos hecho con el camarón. Se puede detectar toda la cadena a través de un código QR. Lo vamos a aplicar a otros productos, pero el camarón es el más importante porque es nuestra mayor exportación», explicó a Efe el embajador de Ecuador en China, Carlos Larrea.
Los siete casos detectados estos meses en productos ecuatorianos han sido en los embalajes, uno o dos en las paredes internas y el resto en las externas, el último en un lote de palometa, que ha llevado a interrumpir los procesos aduaneros de su exportador durante una semana.
«China va actualizando los requisitos. Tenemos un plan de control sobre la manipulación del producto que se actualizó en octubre, si se detecta algo es la propia autoridad ecuatoriana la que está sancionando», indica Larrea.
Aún así, la balanza comercial fue positiva en agosto para Ecuador por primera vez en 20 años y en octubre el país exportó a China un 21 por ciento más de gambas que el año pasado.
«Evidentemente nadie puede garantizar el control durante toda la cadena del proceso. La manipulación puede haber ocurrido en cualquier parte del mismo y no solamente en Ecuador», apunta el embajador.
La propagación del virus desde los congelados ha sido causada hasta ahora por su manipulación pero China no ha detectado ninguna infección por el consumo de estos alimentos.
Los expertos chinos recalcan que el peligro está en los embalajes, tanto en sus partes exteriores como interiores, por lo que recomiendan a los consumidores desinfectar a fondo los paquetes.
También aconsejan evitar salpicaduras al manipularlos, lavarse y desinfectar después las manos y los utensilios, además de cocinar bien los alimentos.
«El riesgo para el consumo es muy bajo», asegura el jefe de desinfección del CDC, Zhang Liubo, aunque su manipulación entrañe el mayor peligro que afronta ahora China en su afán por contener la pandemia.