Arqueólogos en Egipto vuelve a estar en el centro de la atención mundial tras el anuncio de un hallazgo arqueológico que podría reescribir parte de lo que sabemos sobre el Antiguo Egipto. Un equipo de arqueólogos ha descubierto estructuras misteriosas junto a la Gran Pirámide de Guiza, ocultas bajo la arena durante milenios y que podrían revelar información inédita sobre las prácticas funerarias, astronómicas o incluso tecnológicas de la civilización faraónica.
La noticia, difundida por medios internacionales y confirmada por el Ministerio de Antigüedades de Egipto, detalla que el hallazgo se produjo gracias al uso de tecnología de radar de penetración terrestre (GPR), que permitió detectar cavidades y muros enterrados muy cerca de la base sur de la pirámide de Keops. Las primeras interpretaciones sugieren que podrían tratarse de cámaras rituales, almacenes de objetos sagrados o incluso pasadizos sellados que nunca antes habían sido explorados.
El descubrimiento ocurre en uno de los lugares más estudiados del planeta, donde aún siguen emergiendo secretos. La Gran Pirámide de Guiza, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo y la única que sigue en pie, ha sido objeto de teorías, investigaciones científicas y exploraciones durante siglos, y sin embargo sigue guardando enigmas que desconciertan tanto a la ciencia como al público general.
Arqueólogos desconcertados por nuevas estructuras misteriosas junto a la Gran Pirámide de Guiza
El equipo liderado por la egiptóloga Dra. Nour el-Din explicó que las estructuras descubiertas no figuran en ningún plano histórico del complejo y presentan una orientación y simetría que indican planificación intencionada. “No es un accidente geológico ni una mera oquedad en la piedra. Todo apunta a una construcción deliberada, aunque de momento desconocemos su finalidad”, indicó en rueda de prensa.
Los trabajos de excavación de los arqueólogos aún se encuentran en una fase preliminar, pero ya se han recuperado fragmentos de cerámica, restos de herramientas de cobre y rastros de pigmentos orgánicos que podrían ser analizados para datar con precisión el momento en que fueron utilizados.

El hallazgo ha reavivado no solo el interés científico y de los arqueólogos, sino también las teorías alternativas sobre el verdadero propósito de las pirámides. Algunos investigadores independientes ya han planteado la posibilidad de que estas estructuras misteriosas junto a la Gran Pirámide de Guiza formen parte de un sistema subterráneo más amplio, del que solo conocemos una mínima parte.
En paralelo, la comunidad científica internacional y arqueólogos está solicitando transparencia y acceso a los datos recogidos por los equipos de radar. Expertos de universidades europeas y estadounidenses han ofrecido apoyo tecnológico y personal para colaborar en una investigación conjunta, consciente de la relevancia histórica del hallazgo.
Pero no solo los arqueólogos están expectantes. La noticia ha provocado una auténtica avalancha de reacciones en redes sociales, donde las especulaciones van desde la posibilidad de encontrar cámaras funerarias no saqueadas hasta conexiones con conocimientos astronómicos avanzados que los egipcios habrían codificado en sus monumentos.
El Ministerio de Antigüedades ha anunciado que en los próximos meses se ampliarán las excavaciones y se presentará un informe oficial con los primeros resultados del análisis de las estructuras. También se estudia la creación de una réplica en 3D para su futura exposición al público sin necesidad de intervenir físicamente en las zonas más frágiles del monumento.
Este nuevo descubrimiento se suma a los numerosos indicios que en los últimos años han sugerido que el complejo de Guiza es mucho más complejo y extenso de lo que la arqueología tradicional ha documentado. Desde cámaras ocultas detectadas en 2017 hasta alineaciones astronómicas aún no del todo comprendidas, la Gran Pirámide parece resistirse a ser completamente descifrada.
Las estructuras misteriosas junto a la Gran Pirámide de Guiza vuelven a demostrar que la historia aún tiene mucho por revelar, y que bajo la arena del desierto egipcio podrían yacer capítulos enteros de una civilización cuya sofisticación aún asombra al mundo moderno. La cuenta regresiva para desvelar su verdadero propósito acaba de comenzar.