La inglesa Aaleyah Kent de 21 años compró un pegamento por poco más de 1,50 euros en una de las tiendas de Primark, ubicada en Warwickshire (Reino Unido) para colocarse sus uñas postizas. Sin embargo, lo que esta joven jamás imaginó fue que ese mismo adhesivo le provocara gritos agónicos, tal y como recoge este miércoles el diario británico The Sun.
Aaleyah se estaba haciendo la manicura cuando varias gotas del producto cayeron sobre sus medias de algodón ocasionándole quemaduras de segundo y tercer grado en su pierna derecha. «El material de los leggins se derritió inmediatamente; había humo por todas partes», ha declarado la afectada, quien después de seis meses del accidente ocurrido el pasado mes de junio continúa curándose las heridas. «Temo que las marcas me queden de por vida», asegura.
Antes del incidente, la chica había utilizado el producto en otras ocasiones sin problema. «Compré el adhesivo tras regresar de mis vacaciones en España ya que mis uñas se veían atroces», afirma Aaleyah para, posteriormente, relatar cómo sucedió la pesadilla: «Estaba sosteniendo el envase en la mano y, cuando fui a dejarla sobre la mesa, cayó sobre mí». Posteriormente, la inglesa presentó una queja a Primark.
Tras darse a conocer el caso en los medios, un portavoz de la cadena irlandesa de ropa y complementos explicó: «Sentimos mucho saber de su experiencia. Queremos pedirle que se ponga en contacto con nosotros para que podamos investigar su queja. Nos tomamos muy en serio la seguridad de nuestros clientes y la calidad de nuestros productos. Este pegamento para uñas cumple totalmente con los estándares de la Unión Europea por seguridad, calidad y etiquetado de productos. El pegamento está hecho de dos ingredientes que se usan comúnmente en productos similares vendidos por minoristas. Los ingredientes figuran en el paquete del producto junto con las advertencias requeridas sobre el contacto con la piel».