Los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar. Nadie es ajeno a esta posibilidad. Pueden ser causados por una variedad de factores, como el mal tiempo, el error humano o la negligencia. Independientemente de la causa, lo que está claro es que sufrir un imprevisto de estas características puede llevar consigo graves pérdidas económicas y personales para la víctima.
Debido a ello, las víctimas de este tipo de incidentes en España tienen derecho a una indemnización por accidente para compensar estas posibles pérdidas. Por ello, es importante que los afectados puedan recibir una adecuada indemnización, de modo que el dinero obtenido sea el justo y necesario, como mínimo, para resarcir tanto los daños personales como los materiales ocasionados.
Y es que cuando se produce una situación traumática de este tipo, los accidentados deben enfrentarse no solo al dolor físico y emocional, sino también a elevados gastos médicos y, en ocasiones, a la pérdida temporal o definitiva de su capacidad para trabajar. Esto puede poner en jaque la estabilidad financiera del individuo y de su familia.
Cuando suceden estos casos, los accidentados deben tener siempre presente que tienen el legítimo derecho, al ser una víctima, de percibir una correcta compensación o indemnización económica acorde al perjuicio sufrido. Para conseguir esta compensación justa, es fundamental llegar a expertos profesionales en la materia que sean capaces de conseguir la máxima indemnización en, por ejemplo, casos relacionados con accidentes de tráfico.
Tipos de indemnizaciones por accidente
Estos profesionales explicarán en todo momento cuáles son las posibilidades de ganar a la hora de conseguir una buena indemnización y les guiarán sobre los diferentes tipos de indemnizaciones que existen. Sobre este punto, España cuenta, grosso modo, con varios tipos en función del origen de los daños que compensan.
Así nos encontramos con la indemnización por daño personal, que es aquella que cubre cualquier lesión, temporal o permanente, resultado del evento. Dentro de esta categoría se incluyen los gastos médicos y de rehabilitación así como secuelas que impliquen una merma en la calidad de vida.
Por su lado, la indemnización por lucro cesante es aquella está dirigida a resarcir la pérdida de ingresos sufrida por la imposibilidad de trabajar durante la baja laboral y posteriores secuelas. Es, por tanto, una tipología fundamental para garantizar la estabilidad financiera del afectado y de su familia tras sufrir un accidente incapacitante.
También existen otros tipos de indemnizaciones como son las que hacen referencia al daño material o patrimonial, y que se conceden por la destrucción o deterioro causado a bienes con valor económico como un vehículo o una vivienda.
El ejemplo de un accidente de tráfico
En el caso de que, por ejemplo, un conductor sufriera un accidente de tráfico y quedara en coma, el afectado podría recibir una indemnización por daños personales, que compensaría las lesiones físicas y psicológicas sufridas por la víctima. El importe se calcularía teniendo en cuenta factores como la gravedad de las lesiones, la duración de la incapacidad y el sufrimiento físico y psicológico. Al ser un accidente que ha dado lugar a un periodo de coma, la indemnización por lucro cesante compensaría la pérdida de ingresos del conductor durante el tiempo que permanezca incapacitado.
Por regla general, la indemnización por lucro cesante suele ser más difícil de reclamar que la indemnización por daños personales, ya que el afectado tiene que demostrar que el accidente ha causado la pérdida de ingresos. De ahí la importancia de estar siempre asesorado por expertos acostumbrados a lidiar con compañías de seguro que tratan de minimizar los costes de este tipo de indemnizaciones.
Una de estas compañías es Reclamamos Tu Indemnización, una firma de abogados expertos en reclamación de indemnizaciones por accidente de tráfico y en el entorno laboral. Esta compañía se ha convertido en un referente en este tipo de casos gracias a sus buenos resultados en los casos y a que, además, sólo cobran una vez haya recibido su indemnización el cliente.
Tal es la especialización de esta empresa que cuenta con una red de clínicas privadas donde sus clientes pueden realizar tu rehabilitación hasta la completa recuperación sin tener que preocuparse de nada, ya que son ellos los que reclamarán el importe a la aseguradora correspondiente.
Tal y como señalan desde esta firma, “esta nutrida red de centros con la que trabajamos trata de defender a sus clientes, ya que las aseguradoras pactan con las clínicas un importe máximo por la rehabilitación del cliente. Cuando el paciente alcanza este importe máximo, la clínica de rehabilitación asociada dará el alta aunque no esté recuperado, ya que dejarás de ser rentable”, aseguran.
Sufrir un accidente es un hándicap que nadie quiere padecer. Sin embargo, estos ocurren. Y cuando pasan hay que intentar minimizar los daños provocados, ya sea desde el punto de vista físico y de salud como desde el punto de vista económico. Para salvaguardarlos, es realmente importante recibir la indemnización justa en caso de accidente.