El Gobierno de República Checa ha prohibido este viernes la entrada de cualquier extranjero al país, así como los viajes de sus nacionales a otros países, durante un plazo de 90 días, en el marco de las medidas adoptadas para evitar el contagio del coronavirus.
El ministro de Interior, Jam Hamcek, ha explicado que la medida, que entrará en vigor la noche del domingo al lunes, no se aplicará a los trabajadores transfronterizos que se encuentren en un radio de 50 kilómetros en ambas direcciones de la línea limítrofe.
Las autoridades checas ya habían restringido la entrada al país de las personas procedentes de quince países considerados de riesgo, entre ellos España, y los viajes a los mismos, según informa Radio Praga.
El Ejecutivo de Andrej Babis ha avanzado además que en los próximas días se prohibirán las reuniones masivas, incluidos los eventos deportivos, y las visitas a las cárceles y se cerrarán los centros de día para la tercera edad.
Babis ha pedido a los checos que no pierdan la calma, solicitando expresamente que cesen las comprar compulsivas de productos de primera necesidad y asegurando en este sentido que no hay desabastecimiento.
Según el balance de las autoridades checas, ya hay 117 casos confirmados y 1.200 personas en cuarentena. El cómputo global deja más de 128.000 personas contagiadas y más de 4.700 víctimas mortales, aunque también hay más de 69.000 pacientes recuperados.