A menudo se popularizan comentarios en redes sociales en los que se denuncia la existencia de elementos extraños en alimentos. Siempre queda una duda en el ambiente sobre si, realmente, la historia es como se cuenta pero el caso de Chloe Shaw ha dado la vuelta al mundo.
Esta australiana fue, con total normalidad, a comprar a un supermercado de Melbourne antes de llevarse una desagradable sorpresa al llegar a casa. «Por favor revisen todas sus uvas antes de comerlas, especialmente si se las dan a sus hijos», escribió la mujer, acompañando el comentario con una foto en la que podía verse una aguja dentro de una uva.
Pero el problema parece mucho más serio. La Policía de Queensland ya investiga lo sucedido en colaboración con los responsables del supermercado después de que en los últimos días detuvieran a un hombre de 50 años que escondía agujas en fresas.
Los casos de la inserción de agujas dentro de fresas empezaron a registrarse por todo el país el año pasado y al menos seis productores australianos de la industria de la fresa retiraron su mercancía de la venta como medida de precaución en aquel momento.