puerto de la cruz

La ciudad presume de tacones

La alocada carrera 'Mascarita Ponte Tacón' sortea este año con éxito su nuevo obstáculo: el cambio de recorrido, pero no consigue superar los participantes de 2017
'Mascarita ponte tacón'. / Sergio Méndez
'Mascarita ponte tacón'. / Sergio Méndez
‘Mascarita ponte tacón’. / Sergio Méndez

Este año tenía un reto, el cambio de recorrido, y lo superó con creces, porque no hay obstáculo que no puedan sortear los participantes del Mascarita Ponte Tacón, la carrera masculina más alocada y divertida y sin duda, el “plato fuerte” del Carnaval portuense que hoy celebra a partir de las 18.00 horas su Coso Apoteosis.

El acto más esperado por los vecinos y visitantes del municipio congregó ayer en su XXIV edición a 30.000 personas, según la Policía Local, que abarrotaron desde la tarde las calles de la ciudad turística, desde la plaza de los Reyes Católicos, donde se inició la medición, pasadas las 20.00 horas. Allí esperaban cientos de participantes que se preparaban mientras el presentador de la fiesta, Juan Pedro Labrador, conocido por todos como Lupita, los anunciaba.

En esta edición hubo 441 inscritos contra los 445 del año anterior, con lo cual el récord de participación seguirá pendiente para el próximo año.

La carrera comenzó a la hora prevista (22.00 horas) dado que la organización previó dos salidas para evitar demoras, y transcurrió por el Paseo San Telmo, la calle Santo Domingo y la plaza del Charco, final del trayecto.

Las mascaritas lucieron sus mejores galas para la ocasión y no escatimaron en ningún complemento: sombreros, collares y pelucas de colores fueron la combinación perfecta para los diminutos y apretados vestidos que lucieron subidos a enormes plataformas que debían de tener un altura mínima de ocho centímetros, el requisito para poder participar. La imaginación fue la principal protagonista, con una variedad de originales fantasías que reclamaban la construcción del muelle deportivo y pesquero, o hacían alusión a la independencia de Cataluña.

Los alocados competidores sortearon como pudieron los obstáculos que se habían puesto en el trayecto, desde vallas hasta elásticos a diferentes alturas que algunos no se atrevieron a saltar con sus enormes tacones y no estuvieron exentas de golpes y caídas que provocaron las risas y los aplausos de los espectadores que las inmortalizaron con sus móviles y cámaras de fotos.

Llegar primero es el último de los objetivos ya que lo importante es divertirse y disfrutar el momento. Un propósito que no solo alcanzaron los participantes sino también el público, que un año más demostró ser fiel a una cita ineludible que confirma que el Puerto de la Cruz puede, perfectamente, presumir de tacones.

TE PUEDE INTERESAR