La cueva que vigila al Drago

Las obras del centro de interpretación del parque se prevén culminar en junio; se trata de una infraestructura por la que se espera desde hace años y que servirá de nuevo reclamo turístico para promocionar Icod de los Vinos

Todo comienza en una plaza, desde donde se inicia un recorrido circular en sentido descendente hasta llegar a la gran sala subterránea. O al fin de la cueva. Porque si algo se siente cuando se recorre el Centro de Interpretación del Drago, en Icod de los Vinos, es estar en una caverna. No solo por el frío y la humedad, sino por la arquitectura singular, que ha aprovechado la roca natural del terreno en las paredes y el suelo para crear una serie de rampas en torno a las cuales se organiza todo el edificio, contando además con iluminación y ventilación natural.

Este último aspecto, contemplado por los arquitectos para poner en valor los elementos de la naturaleza, actualmente no es del todo viable en lo que respecta al suelo porque supone un problema a la hora de circular por el cambio de normativa.

El piso del edificio, ubicado justo enfrente del árbol milenario, es uno de los aspectos que todavía hay que terminar de perfilar. Para ello es indispensable definir los usos que se le quiere dar al inmueble, ya que en estos momentos la única zona aprovechable es la de cemento liso y el espacio resulta muy limitado para el uso que se le quiere dar al centro, concebido como una herramienta importante para promover el turismo en el municipio.

[su_note note_color=”#d0d3d5″ radius=”2″]La idea es que el inmueble acoja las reuniones del comité de conservación, la sede del CIT local y una oficina de promoción turística[/su_note]

Esta fue una de las cuestiones que expuso el alcalde, Francis González, durante la última visita realizada junto con el Comité Técnico de Conservación del Drago y el Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) para conocer la opinión de sus miembros sobre los trabajos, en la que también estuvo presente el arquitecto del Cabildo y director facultativo de la obra, Buenaventura Hernández.

La idea que ha barajado la Corporación insular, y que el Consistorio ve con buenos ojos, es tener una superficie lo más amplia posible para poder hacer actividades diferentes, exposiciones que requieran gran volumen y tamaño, con elementos que se puedan colgar del techo, pasando por espectáculos multimedia, hasta charlas y conferencias.

El acceso principal a la edificación, enclavada en pleno casco histórico, se plantea a través de una plaza, bajo la cual se desarrolla el espacio de mayor relevancia del inmueble. A partir de ahí, se conciben dos tipos de visitas, una grupal y otra individual.

Concebido como un mirador del Drago y hacia el Drago, el edificio, cuyo interior se mostró por primera vez a un medio de comunicación,         pretende ser una plataforma para promocionar icod como producto turístico. | FRAN PALLERO
Concebido como un mirador del Drago y hacia el Drago, el edificio, cuyo interior se mostró por primera vez a un medio de comunicación, pretende ser una plataforma para promocionar icod como producto turístico. | FRAN PALLERO

DIFERENTES VISITAS
En la primera se accede al edificio por detrás y, a través de rampas, se llega al gran espacio expositivo, mientras que en la segunda, lo primero que se encuentra una persona es la zona de información. Desde ese punto decide lo que quiere hacer, si subir a ver la exposición permanente o bajar a la sala subterránea. También contará con una cafetería en la planta alta, servicios y una sala de documentación, donde se podrá consultar toda la información concerniente al viejo arbusto y al paisaje protegido del municipio, parte del cual también se puede contemplar desde sus grandes ventanales acristalados.

Lejos de la enorme mole que parecía en sus comienzos, el inmueble que vigila al Drago, diseñado por los arquitectos Felipe Artengo y José María Rodríguez Pastrana, se ha visto suavizado en su cara exterior con el revestimiento en madera. El proyecto ha supuesto un reto desde sus comienzos, con el desvío de la carretera que atravesaba el espacio ocupado actualmente por el Parque del Drago, una actuación necesaria por el alto volumen de tráfico que registraba la vía y que afectaba la salud del milenario, por las emisiones de gases de los coches y las vibraciones del terreno.

Las obras se iniciaron en 2011 pero se paralizaron hasta 2013, año en el que el Cabildo de Tenerife decidió retomarlas. Según el alcalde, Francis González, las previsiones son que acaben en junio. Con esta actuación se prevé completar el proceso iniciado en el año 1994, que consistió en la restauración del entorno paisajístico del Drago.

DEMANDA HISTÓRICA
De cumplirse este plazo, se dará respuesta a una demanda histórica de Icod, pues el Centro de Visitantes es una infraestructura por la que se lleva esperando muchos años y supondrá un aumento de visitantes para la ciudad, y de la comunidad científica y estudiosos de la botánica. Por eso el mandatario subraya que es el momento idóneo para “darle el empujón final, buscar dinero y decidir los usos”.

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