Los avances tecnológicos, el acceso a Internet y la globalización han transformado la realidad de las adicciones. A las clásicas ludopatía y drogodependencias se suman ahora nuevas situaciones difíciles de afrontar por padres y educadores (grooming o acoso sexual online, el ciberacoso, el manejo de contenidos racistas, machistas o xenófobos, el sexting o envío de contenidos sexuales con fines de chantaje y extorsión y pérdida de control en la utilización de las tecnologías). En este contexto, los menores están especialmente desprotegidos frente los riesgos que implica el acceso a contenidos y prácticas inadecuadas para su edad o directamente nocivas y peligrosas.
Por este motivo, la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias trabaja ya para incluir en su próximo plan regional de adicciones las ludopatías y otras adicciones sin sustancia, especialmente aquellas que tienen que ver con las nuevas tecnologías de la comunicación. Todas estas cuestiones se abordarán la próxima semana en unas jornadas que se celebrarán en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). Dicho encuentro servirá además para presentar la denominada Red Click, un consorcio nacional de entidades directamente involucradas en formación, prevención, diagnóstico, tratamiento e investigación en materia de adicciones, que se centrará en el uso problemático -incluso patológico en ocasiones- de las nuevas tecnologías, que supone un reto educativo y sanitario de primer orden porque lo que está en juego es la seguridad de los menores y el equilibrio socioemocional de la futura ciudadanía.
Entre las entidades que participan en este ambicioso proyecto, y auspiciada por la propia Dirección General de Salud Pública, está la Fundación Canaria Yrichen, que lleva más de 26 años trabajando en el ámbito de las adicciones. En todo este tiempo, han atendido a más de 6.000 personas, aunque estiman que actualmente hay en el Archipiélago más de 50.000 personas con algún tipo de adicción sin sustancia. De ellas, al menos la mitad son menores. El fundador de Yrichen, el sacerdote Jorge Hernández, explica al DIARIO que “las tecnologías de la información están generando nuevas adicciones, sin sustancias, que crean conductas disfuncionales”. “Los datos estadísticos que se van dando en Europa y en España son alarmantes, y nos indican que debemos de empezar a actuar sobre este tipo de adicciones, sensibilizando a la población, incidiendo en la prevención y también investigando”, agrega Jorge Hernández, quien asegura que su organización está tratando a muchas personas que necesitan un apoyo específico para poder salir de una relación adictiva con aparatos electrónicos o juegos, que le está provocando cambios en su comportamiento”.
Pero, lejos de demonizar la tecnología, la Red Click aboga por un uso consciente y responsable de esta. Conocedores de sus inmensas potencialidades -tanto en el mundo educativo como para la socialización y el desarrollo personal- la entidad plantea la necesidad de eliminar las barreras que separan actualmente a los millennials (nativos digitales) de sus progenitores y docentes analógicos. ¿Cómo? Ofreciendo a los adultos las herramientas necesarias para intervenir ante el exceso de consumo tecnológico que niños y adolescentes hacen, en la familia y en el aula. Además, las acciones de Red Click se plantean desde una perspectiva de género para evitar la brecha tecnológica existente entre hombres y mujeres en el acceso y consumo de contenidos digitales. También para hacer frente a los nuevos modos de violencia de género que se están dando entre adolescentes, al hilo de las posibilidades que ofrece la tecnología (ciberacoso machista vía redes sociales, control masculino del uso del móvil, etc.).
Las entidades involucradas actualmente en la Red Click son la Asociación Punto Omega, la Universidad de Valencia y la Fundación Canaria Yrichen, que está apoyada por la Dirección General de Salud Pública. Además, participan en ella Singular Factory e Inventiaplus, dos empresas de Gran Canaria afiliadas al proyecto. Juntas persiguen realizar acciones de sensibilización y educación en el uso responsable de las tecnologías de la información en los centros educativos orientadas al alumnado, profesorado y familias.
[su_note note_color=”#d0d3d5″ radius=”2″]La Fundación Yrichen atiende a cerca de 800 personas al año
Yrichen atiende a una media de entre 700 y 800 personas al año. Además, realiza intervenciones en el centro penitenciario de Juan Grande, en colegios, centros de día, pisos y servicios ambulatorios. Ofrecen un trabajo personalizado, donde lo importante es la cercanía y las demandas de cada miembro. “Las adicciones son una enfermedad biopsicosocial y cultural, por lo que la intervención debe ser a todos esos niveles”, expone Jorge Hernández[/su_note]