José Naranjo: “A los canarios nos toca elegir entre ser valla o puente para África”

El periodista afirma que los canarios no pueden olvidar que un día emigraron, ante la tragedia de los que huyen de la guerra o la pobreza
José Naranjo, Premio Canarias de Comunicación 2016, durante su discurso en el acto de entrega del galardón. / DA
José Naranjo, Premio Canarias de Comunicación 2016, durante su discurso en el acto de entrega del galardón. / DA

El periodista nunca es el protagonista de la noticia, reza el código del oficio. Pero a veces no queda más remedio, y merecidamente. Ayer, José Naranjo recibió el Premio Canarias de Comunicación por su labor sobre la cruda realidad de países africanos cuya población huye de la guerra y la pobreza y toca a las puertas de Europa. De ahí que su voz, anoche, en el Auditorio Alfredo Kraus durante el acto institucional del Día de Canarias, retumbara en las conciencias: “Nos toca elegir si ser valla o puente; seguir reaccionando atrapados en el miedo o recuperar una mirada más amplia de lo que somos, de lo que fuimos un día [emigrantes y destino de miles de jóvenes africanos en pateras] y de lo que nos queremos convertir. Viajamos en el mismo barco que nuestros vecinos del continente africano; sus cuitas son también las nuestras. Ya no hay compartimentos estancos”.

Tachó de “vergonzoso que los refugiados sirios o afganos, cargando con sus niños en brazos, sean recibidos en Europa a golpe de valla, policía y gases lacrimógenos”, una reacción “tan irracional que acabará por destruirnos a todos”. Y, como si pudiera dirigirse a todo el Viejo Continente a la vez, apeló: “Querida Europa, no hay concha suficientemente gruesa en el mundo en la que te puedas esconder de tu propio fracaso”.

Alertó el nuevo Premio Canarias de un fenómeno “inquietante”: que la “extrema derecha se suba a las barbas del sistema en países como Francia, Austria o Alemania”. Y recordó “aquellos años oscuros” en que decenas de miles de jóvenes africanos llegaron en pateras a Canarias, y hubo “titulares de prensa que hablaban de invasión, los políticos se tiraban las pateras a la cabeza, y aquellas manifestaciones xenófobas”.

Como todo buen periodista, Naranjo pone rostro humano a las estadísticas. Así, relató cómo hacia menos de dos semanas estaba en un pueblo de Guinea Conakry, en medio de la inmensa selva, y allí conoció a una niña de ocho años, Tonhon Bolamou, superviviente del ébola, que se ha cobrado 10.000 vidas. Aunque ya está curada, y no puede contagiar a nadie, los habitantes del lugar no se le acercan demasiado. “Porque el miedo te atrapa, te paraliza, te convierte en un ser irracional”, contó, con la certeza de que vale la pena perderlo y hacer de este un mundo mejor. “Seamos claros, nos toca elegir”, proclamó. “Estamos aún en un tiempo en que la corrupción sacude los cimientos, en que los recortes a nuestros derechos han condenado a decenas de miles de personas al frío extremo de la pobreza; los grandes poderes económicos, aliados con políticos pacatos e irresponsables, nos han traído hasta aquí; pero estamos a tiempo si vencemos nuestros propios temores”, apuntó.

De otro de los galardonados en la modalidad de Internacional, Luis Mateo López, contó cómo ha dirigido un programa de formación en Mozambique donde se han podido licenciar 60 médicos, gracias a 45 profesores voluntarios desplazados en cuatro años hasta ese país africano. Un proyecto fundamental para la región de Tete, donde la esperanza de vida es de 42 años, solo hay un médico por cada 50.000 habitantes y apenas un cirujano para dos millones de habitantes, “los mismos que Canarias”, observó con ironía.

Y, por último, de la Asociación Pequeño Valiente, Premio Canarias de Acciones Altruistas y Solidarias, destacó que dedica sus esfuerzos a dar amor y cobijo a niños enfermos de cáncer, presidida por José Pérez, y que ahora “sueña” con poner en marcha un centro multidisciplinar en el que dar respuesta a las secuelas que sufren estos menores.

“Me duele ver lo que está pasando en los medios de comunicación”

Naranjo tuvo palabras para sus colegas. Por un lado, se confesó “orgulloso” de haber trabajado con grandes periodistas y del “papel clave de los medios en la denuncia de las derivas del sistema”. Pero afirmó que le duelen los ERE, las “condiciones de miseria” de periodistas que son “la mejor materia prima con que cuenta este oficio” n

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