Y Dios salvó a la reina

Queen componía himnos. Dios salve a la reina fue capaz de reproducirlos y demostrarnos que aún los 80 pueden ganar la batalla
FOTOS: ANDRÉS GUTIÉRREZ
FOTOS: ANDRÉS GUTIÉRREZ

Lo de ayer en el pabellón Santiago Martín fue una auténtica batalla. Sobre el escenario Dios salve a la reina (God save the Queen) defendía el espíritu de los 80: la misma puesta en escena que un día usó la banda británica Queen, el mismo juego de luces, el humo, el sonido, los movimientos. Los chicos de Rosario (Argentina) copiaron a la perfección el montaje de hace tres décadas. Abajo, en el foso y en las gradas, el espíritu de este 2016: decenas de pantallas de móviles filmaban y fotografiaban el momento; en las redes sociales circulaban instantáneas y comentarios del concierto. Mayores, adolescentes y niños caminaban por el pabellón con sus camisetas de Queen.

Este ha sido un concierto tributo de récord. Dios salve a la reina, con su espectáculo Queen forever, desbancó a Joe Cocker, que fijó el mayor número de  entradas vendidas. Los argentinos despacharon unas 5.200 entradas, incluso en una zona con visibilidad reducida.

El concierto dio comienzo con 30 minutos de retraso. Fue justamente a las 21.30 horas cuando se apagaron las luces y en el pabellón estalló un grito mientras sonaban en el escenario las primeras notas de Hammer to fall.  Pablo Padin (voz) clavó a Freddie Mercury. Llevaba su actitud sobre el escenario haciendo florecer cualquier sentimiento de nostalgia. Ezequiel Tibaldo (bajo), Francisco Calgaro (guitarra, coros y teclado) y Matías Albornoz (batería) marcaron los ritmos. Estos dos últimos se robaron el protagonismo con sendos solos que finalizaron con una muy merecida ovación.

Dios salve a la reina interpretó los temas más conocidos de la banda: Love of my life, We will rock you, Bohemian Rhapsody, Under pressure,… pero también otros no tan conocidos, incluso algunos de la carrera de Mercury en solitario, tal y como habían prometido Padin y Tibaldo en una entrevista concedida a DIARIO DE AVISOS. El público no dejó de animar a los músicos.  El recital finalizó a las 23.30 horas, después de Don’t stop me now.

Queen componía himnos. Dios salve a la reina fue capaz de reproducirlos y demostrarnos que aún los 80 pueden ganar la batalla.

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