Fuencaliente está indignado. Lo está el alcalde, Luis Torres, los comerciantes, y las gentes del sector servicios que viven del turismo que llega a la localidad para alojarse y disfrutar de las instalaciones del Hotel La Palma Princess, que goza de una alta ocupación con una planta alojativa de algo más de 1.200 plazas.
Indignados están también en esa instalación hotelera y en la patronal turística insular. El lamentable estado de la carretera del sur, tanto a la entrada de Fuencaliente por Montes de Luna, como a la salida del municipio en dirección a Los Llanos de Aridane es penosa. Baches, desvios, balizas. Ese es el panorama diario para los trabajadores del hotel, para los vecinos y como no, para los turistas, muchos de los cuales se asombran del mal estado de las vías, llegando a destacarlo en los cuestionarios sobre la calidad del destino que se les ofrece en la instalación.
El alcalde de Fuencaliente, que días atrás se reunión con los responsables de la dirección técnica de la obra para conocer el avance de los trabajos y pedir explicaciones sobre lo que está ocurriendo, se pregunta si “es este el modo en el que esta isla está fidelizando a los turistas que nos visitan; estamos dando una imagen muy mala y no se hace nada para corregirlo”.
El director del Hotel La Palma Princess, Javier Bellido, admite que “los clientes se quejan del estado de la carretera. Nos interesa que conozcan la Isla porque si la descubren vuelven, pero eso se complica mucho sino tenemos unas buenas carreteras”. Reconoce que “las comunicaciones por carretera en la Isla están bastante deterioradas y eso afectada al hotel, afecta a los turistas y afecta a los trabajadores”.
Un retraso tras otro
Los cambios que se están llevando a cabo en la Consejería de Obras Públicas, con el nombramiento de un nuevo responsable político, además de la sustitución de los cargos de confianza en ese departamento – ocupado por Ornela Chacón hasta su destitución por parte de Fernando Clavijo el pasado 23 de diciembre – no han hecho sino crear más incertidumbre porque “a nivel político todo está en ebullición pero nosotros aquí necesitamos soluciones ya”.
Así lo afirma Luis Torres, el regidor local, consciente de que los nombramientos son necesarios pero también de que “un pueblo entero, un sector turístico y la econo´mía local no pueden estar pendientes de carteras ni despachos, sino de que se cumplan los plazos de esta carretera, que lleva un retraso sobre otro retraso y parece que podemos seguir así”.
Mientras el nuevo consejero nacionalista de Obras Públicas del G0bierno de Canarias, Pablo Rodríguez, toma el relevo de la socialista cesada, Ornela Chacón, en el pueblo de Fuencaliente crece el malestar ante una situación de pasividad administrativa y de falta de resolución que también conocen bien los vecinos de Barlovento, donde aún esperan que se corrijan los fallos de una obra por la que los contribuyentes pagaron 22 millones de euros más de lo inicialemente previsto y que pese a todo, tal y como han reconocido desde el propio Cabildo y desde el Gobierno de Canarias, es el ejemplo de lo que no debe hacerse en una obra pública.
En el caso de Fuencaliente las similitudes empiezan a ser inquietantes. Las obras entre San Siomón y Tajuya deberían estar terminadas en noviembre de este año 2017, cuando se cumplirán los cuatro años de plazo previstos en la adjudicación, pero lo cierto es que no está ejecutada ni en un 50% y los ritmos son tan lentos que no hay avances definitivos. La obra afecta a los municipios de Mazo, donde el estado de uno de los tramos en Montes de Luna es muy accidentado, Fuencaliente, donde también “se trabaja a un ritmo muy bajo”, según el alcalde, y en Las Machas, entre el municipio de Los Llanos de Aridane y El Paso.
Por otro lado la UTE Tajuya, concesionaria de su ejecución, ya advirtió a la Consejería de Obras Públicas el pasado mes de noviembre de las incertidumbres que planean sobre la obra ante la orden de precinto (incumplida) que pesa sobre la única planta de asfalto de la Isla, también ubicada en Fuencaliente pese a las denuncias y el reciente acuerdo plenario del Ayuntamiento rechazando su permanencia en la localidad después de 30 años.
La Consejería de Obras Públicas, ya sea en manos de los socialistas hasta el 23 de diciembre, o después de esa fecha en manos de los nacionalistas, tiene un mismo discurso. Esta carretera tendrá una longitud de 33 kilómetros, permitirá potenciar el carácter paisajístico y panorámico y mejorará sustancialmente las comunicaciones de la isla de La Palma. Confían en el conformismo de los vecinos y, una vez más, toca esperar.
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