Nuevas etiquetas para los alimentos

Una normativa europea obliga desde ya a los industriales a informar sobre el valor energético, las grasas, hidratos de carbono, azúcar, proteínas y sal de los productos envasados

Desde el pasado 13 de diciembre, todos los alimentos a la venta en establecimientos de Canarias deben contener obligatoriamente la nueva etiqueta con la información nutricional de los mismos, en cumplimiento del reglamento europeo 1169/2011. El objetivo de esta nueva normativa es proteger la salud de los consumidores y, sobre todo, ayudarles a decidir con más conocimiento sobre el alimento que compran.

Todavía es posible encontrar en los centros de distribución productos con las etiquetas antiguas, ya que está previsto que se mantengan hasta que no se agoten las existencias del alimento que se haya etiquetado antes del 13 de diciembre. No obstante, el reglamento europeo fue aprobado en 2011 y se aplica ya desde el año 2014 por lo que es cierto que gran parte de la industria, conocedora de este normativa, ya se ha ido adaptando. Por eso es posible que los ciudadanos no perciban esta medida hasta que no se acostumbren al nuevo etiquetado, pero sí tendrá incidencia en el trabajo de la inspección que realiza la Consejería de Economía, Industria y Comercio, que es la que se encarga de velar porque esta norma se cumpla.

Pero, ¿cuáles son las principales modificaciones? Pues, por ejemplo, la indicación de la energía, grasas totales y saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal. Esta información deberá darse por 100 gramos o 100 mililitros y, adicionalmente, por porción o unidad de consumo. Además, la información deberá ofrecerse con “claridad y legibilidad” en el etiquetado. De hecho, se recogen nuevos requisitos de tamaño de letra (1,2 milímetros de altura para los envases de más de 80 centímetros cuadrados y de 0,9 milímetros para los de inferior tamaño) y sobre el lugar de ubicación de la información (en la parte frontal del envase).

Asimismo, debe indicarse la presencia de alérgenos, que deberá aparecer en la lista de ingredientes, y el dato de país de origen o lugar de procedencia en determinados productos, como las carnes de ovino, porcino y caprino o cuando su omisión pudiera inducir a error al consumidor. En cuanto a algún tipo de ingredientes, como los aceites o grasas de origen vegetal se regula el cómo pueden aparecer en el etiquetado. Asimismo, se introduce la definición de “nanomaterial artificial” y se obliga a indicar claramente su presencia en la lista de ingredientes.

Por otro lado, las empresas, si lo desean, también pueden incluir en las etiquetas la información nutricional referente a los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, polialcoholes, almidón, fibra alimentaria, vitaminas o mineral y se les permite expresar los valores por porción o unidad de consumo, aunque en ese caso debe indicar la cantidad que supone cada porción o unidad, y el número total de porciones o unidades que contiene el envase.

Los exentos

No obstante, hay productos que estarán exentos de presentar esta información. Se trata de los alimentos sin transformar y los productos curados que incluyen un solo ingrediente. En esta lista figuran igualmente el agua, la sal, las especias, el té, los vinagres, los aditivos alimentarios, las bebidas con grado alcohólico superior a 1,2% y los alimentos en envases cuya principal superficie ocupe un espacio inferior a 25 centímeros cuadrados (como las mini mermeladas y mini mantequillas, de uso habitual en la hostelería), entre otros. Los alimentos no envasados también están exentos, pero puede darse de forma voluntaria limitándose al valor energético, o bien al valor energético y cantidad de grasas, grasas saturadas, azúcares y sal, y expresarse sólo por porciones o por unidades de consumo.

Sanciones

Las sanciones que puede imponer la Dirección General de Comercio y Consumo por no cumplir con el reglamento comunitario, alcanza hasta los 3.000 euros, a lo que podrían sumarse, en caso de sanción, las que corresponden a Agricultura y Sanidad. Por eso es imprescindible que las industrias se adapten cuanto antes, las que no lo hayan hecho ya, a la normativa.

El etiquetado es el principal medio de comunicación entre los productores y el consumidor, y nos permite conocer el alimento, su origen, su modo de conservación, los ingredientes que lo componen o los nutrientes que aportan a nuestra dieta. Por eso es muy importante esta norma, que nos asegura acceder a la información, de forma sencilla y clara toda sobre los alimentos que consumimos.

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