No hay nada más sagrado que la visita a la Patrona. El CD Tenerife cumplió ayer con esa tradición que le lleva todos los años antes del inicio liguero a rendir pleitesía a la Virgen de Candelaria. Lo hizo bajo un ambiente de cordialidad colectiva y prefestivo en el municipio que se prepara para la gran peregrinación de comienzos de semana. La plantilla llegó en guagua, todos a una, después de haber completado una exigente sesión preparatoria en las instalaciones de El Mundialito. Con puntualidad suiza asomó por la plaza el grupo con José Luis Martí al frente, mientras, en la puerta de la Basílica, esperaban los miembros de la junta directiva con algunos refuerzos especiales, como el de Amid Achi, y con una representación de autoridades de la Villa Mariana, con su alcaldesa, Mari Brito, a la cabeza.
Una vez reunido, el colectivo blanquiazul al completo se situó en los primeros lugares, desde donde escuchó las palabras dedicadas por monseñor Bernardo Álvarez, obispo de la Diócesis Nivariense, que tuvo a bien agradecer a la entidad una nueva visita y le dedicó los mejores deseos al plantel, “para que consigan hacer tan buen papel como el del pasado curso”.
Una vez escuchado el discurso, los capitanes de la plantilla, Suso Santana, Vitolo, Aitor Sanz y Carlos Ruiz, depositaron el ramo de flores junto a la Virgen de Candelaria, antes de seguir completando los tradicionales actos de la visita.
Todos los miembros de la expedición blanquiazul pasaron por el libro de firmas para dejar constancia de su estancia en un día tan especial, sobre todo para los más jóvenes del grupo, que no habían vivido nunca tan solemne acto. Los nuevos también mostraron interés en conocer datos históricos. Fue el caso de Lucas Aveldaño, al que se le vio observar con mucho detenimiento todo lo que ocurría a su alrededor en el día más sagrado de la temporada blanquiazul.
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