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Intelectuales isleños analizan el referéndum catalán

Quedan tan solo dos semanas para el 1 de octubre y la relación entre el Gobierno de España y la Generalitat no hace más que tensarse, tanto que no se ve en el horizonte la posibilidad de un diálogo sereno para resolver la denominada “cuestión catalana”. Como si se tratara de una situación ajena al resto de ciudadanos del territorio nacional. Mientras 700 alcaldes de Barcelona se toman una fotografía para la historia, en la que reivindican la legalidad de su referéndum, en Canarias nos despertamos con un día soleado, como de costumbre, y nuestras propias noticias de actualidad. Pero, ¿cómo nos afectará la consulta?, ¿después del 1 de octubre se avivarán nacionalismos isleños?, ¿qué nos ha traído hasta aquí? Así responden seis intelectuales de las Islas a estas preguntas. Ellos son: Jerónimo Saavedra (político), Juan Cruz (periodista y escritor), Fernando Delgado (periodista y escritor), Emilio Machado (pintor), Juan Manuel García Ramos (escritor y político) y Víctor Ramírez (periodista y escritor).

Para conocer los orígenes del referéndum, DIARIO DE AVISOS ha conversado con Jerónimo Saavedra (Las Palmas de Gran Canaria, 1936). El actual diputado del Común del Parlamento de Canarias vivió muy de cerca la Transición, la redacción de la Constitución de 1978 y, con ella, la división territorial en Autonomías. Fue presidente del Gobierno de Canarias por el PSOE (de 1983 a 1987 y de 1991 a 1993), cuando las Islas se estrenaban como Comunidad Autónoma, tras el Estatuto firmado en 1982. También fue ministro de Administraciones Públicas entre 1993 y 1995, y ministro de Educación y Ciencia entre 1995 y 1996, en el gobierno de Felipe González. En esos años se actualizaron los Segundos Pactos Autonómicos. Fruto de esos acuerdos, en 1995 se dio por cerrado el mapa de las autonomías. “Viví la Transición, entonces tuvimos mucho que negociar para conseguir un buen Estatuto de Autonomía. Ahora dicen que todo el trabajo realizado fue un error. Las nuevas generaciones no quieren escuchar a los mayores, tendrán entonces que asumir sus propios errores”, declara Saavedra, que se muestra contrario a la consulta del 1 de octubre. “Si se hace será solo por el espectáculo, porque desde el punto de vista legal, no tiene ningún fundamento. Sin embargo, lo importante no es la consulta en sí misma, sino lo que venga después. Es entonces cuando podremos valorar la altura de nuestros dirigentes, que sean capaces de buscar una alternativa”, concluye.

Para Juan Cruz (Puerto de la Cruz, 1948), el problema radica en la falta de afectos. “Me gustaría que esto no estuviera pasando”, sentencia. “En todo este tiempo no hemos sabido compartir afectos. Se han producido desastres graves en las relaciones entre el Estado y Cataluña, pero este no es el momento de culparnos, es el de reflexionar. La sociedad y el periodismo siguen teniendo esa manía de excluir a los catalanes del resto de españoles, como si estos fueran bloques monolíticos, sin tener en cuenta las opiniones, respuestas, opciones que hay en ambas partes. Todos los españoles somos diferentes, los que los juntan como unidades absolutas solo quieren que vivamos en la desafección y en la comparación peyorativa”, concluye.

Sobre el tratamiento de los medios de comunicación al referéndum, Fernando Delgado (Santa Cruz de Tenerife, 1947), que fue director de Radio Nacional de España (RNE) entre 1982 y 1986, y 1990 y 1991, es tajante: “Los medios observan la realidad y la cuentan, son un reflejo de una sociedad con opinión diversa”. Sin embargo, tiene una sensación confusa en relación con la consulta catalana. “Muchas veces no son los sentimientos patrióticos los que mandan, sino los sentimientos económicos. Respeto el sentimiento de cada cual respecto a su territorio, pero también comprendo los intereses materiales”, sentencia. Recuerda Delgado los versos del grancanario Nicolás Estévanez: “Mi patria no es el mundo; / mi patria no es Europa; / mi patria es de un almendro/ la dulce, fresca, inolvidable sombra”. En ese sentido, no acierta a ver la razón de ser del referéndum. “No puedo estar ni a favor ni en contra, si fuera catalán no sabría qué votar”, añade. Considera que los partidos no han sabido tener en cuenta y valorar debidamente las características de los catalanes y el respeto a ese pueblo. “La derecha está preocupada ahora por sí misma. Tampoco acabo de entender el sentido patriota de algunos catalanes ahora, después de 500 años integrados en España. Creo que en ambos casos reina la hipocresía”, culmina.

Para Juan Manuel García Ramos (La Laguna, 1949), en estas dos semanas que quedan no dejarán de incrementarse las tensiones. “Coincido con Íñigo Urkullu (presidente de Euskadi) en que el referéndum planteado por el Parlamento catalán no tiene las garantías debidas y abocan al pueblo a un precipicio de inseguridades jurídicas evidentes. Espero que la racionalidad se imponga a través de un diálogo político profundo entre el Estado y las autoridades catalanas”. Teme que, de fracasar la consulta, “el nacionalismo catalán se resentirá, como se resintió el nacionalismo vasco después del fracaso de Plan Ibarretxe”. No obstante, aprueba la consulta y la califica de “un ejercicio democrático sano”.

Desde Barcelona contesta el pintor Emilio Machado (La Palma, 1936), la consulta catalana no es uno de sus temas favoritos. “No obstante, la gente tiene derecho a pedirlo. Más ahora, cuando España funciona tan mal y los partidos que nos representan, no tienen la calidad necesaria. Los políticos han humillado a los catalanes y ya no se sabe lo que pueda pasar”, apostilla. En su opinión, “si se hubiera dado la oportunidad cuando se pidió por primera vez, hubiera ganado el quedarse en España. Ahora solo se dibuja una gran incógnita”.

La sorpresa del referéndum se la llevó Víctor Ramírez (Las Palmas, 1944). “No me esperaba que esto viniera de gente con poder, de la clase política catalana, y no del pueblo”. Recuerda que ya Miguel de Unamuno en una carta a Azorín criticaba el tratamiento de la prensa madrileña a Barcelona. “Y es que el Estado no quiere un país unido, sino sometido”. “Esto es una guerra sin armas, en la que se nota el odio entre ambas partes”. Para él, lo más probable es que ocurra la independencia. Sin embargo, le gustaría que no fuera así. “Yo estoy a favor de una confederación de Estados Sociales que cooperen y que se respeten”, finaliza.

Habrá que esperar al 1 de octubre para conocer las consecuencias del referéndum. Mientras tanto, sigamos disfrutando del día soleado en Canarias.

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