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La fuente oculta tras los muros

El área de Servicios Municipales de La Laguna se ha puesto el objetivo de recuperar la Fuente de Cañizares como espacio para el municipio
El muro que rodea la fuente suele ser objeto de grafitis. S. M.

La historia de la ciudad de La Laguna, y del municipio en general, está estrechamente ligada al agua, antes y después de la Conquista. Varias son las infraestructuras de la primigenia ciudad relacionadas con el agua que han logrado perdurar hasta hoy en día, como la Fuente de Cañizares, oculta tras un muro, lo que ha hecho que pase desapercibida. Hasta ahora, cuando el área de Servicios Municipales del Ayuntamiento de La Laguna se ha propuesto su rehabilitación y la recuperación de este espacio para el municipio, con las posibilidades turísticas que supone también.

La Fuente de Cañizares se encuentra en el noroeste de la ciudad, en la parte baja de la montaña de San Diego, y originariamente era un manantial que formaba unos charcos que desaguaban a La Laguna, donde acudían ganados y mujeres a lavar. “En 1558, el capitán Fernando de Cañizares, gobernador de Tenerife, dispuso su cerramiento y limpieza, para destinarlo para uso público, aunque el gobernador no llegó a ver la obra, ya que murió al año siguiente”, según recoge el libro Estrategias y usos históricos del agua en Tenerife durante los siglos XVI y XVII, de Miguel Ángel Gómez Gómez.

Reedificada en 1776

La fuente la formaba “un sistema de canalizaciones que recogen el agua de dos manantiales a dos estanques de mampostería. Desde el siglo XVI se utilizaba para el abasto de los vecinos y de los ganados. Todo ello cercado con muros y con puerta a la calle, incorporando además un muladar y abrevadero en la zona trasera. Con frecuencia, en las actas del Cabildo se dictaban instrucciones para el mantenimiento y reparación de la fuente, especialmente para que el ganado no entrara en la zona destinada al lavadero y al pilar donde tomaban los vecinos, como en el caso de 1713”, recoge el texto.

Además, en 1756 la fuente tuvo que ser limpiada de inmundicias y reedificada nuevamente en 1776. De este año data la estructura que se conserva en la actualidad, con la puerta y el muro que cierran la fuente y que, lamentablemente, suele ser objeto de grafitis vandálicos. Según explicaron desde el área de Parques y Jardines del Ayuntamiento, la zona sufrió otra intervención en el siglo XX, cuando el espacio, que había quedado como residual, se decide utilizar como vivero municipal. De este uso quedan aún hoy algunos ejemplares presentes, como la Wigandia caraqueña, el Platanus hispanica, de uso común en climas frescos, la Erythrina caffra, muy usado en jardinería, la Erythrina crista-galli y ejemplares antiguos de boj, entre otros, según explicaron desde Parques y Jardines.

Además, el recinto alberga en estos momentos varios patos que llevan ahí desde hace muchos años, en concreto, desde cuando el Ayuntamiento decidió que el estanque de la plaza de la Catedral albergara estos animales, en torno a 1908, algunos de los cuales, los enfermos o los que criaban, se trasladaron al recinto de la fuente, donde continúan hoy en día y para los cuales se levantaron algunas instalaciones totalmente reversibles.

En la fuente, que se sigue llenando cada invierno con las lluvias, se han realizado algunas tareas de mantenimiento, como la retirada de basuras, restos de chamizos y mesas de trabajo del antiguo vivero y de un árbol que estaba rompiendo el muro perimetral. Sin embargo, el paso que se quiere dar ahora es mucho más ambicioso para lograr su rehabilitación y recuperación como espacio para el municipio. El espacio, que no es Bien de Interés Cultural (BIC), pero está en el catálogo municipal de protección, requiere de algunos trabajos porque hay muros de la fuente que se están cayendo, algunos por la acción de las raíces de los árboles, y por encima pasa un cable de la luz que se deberá quitar, así como plantearse si se quiere mantener o no los patos allí.

Sin embargo, antes de comenzar ningún trabajo, el Ayuntamiento está tratando de conseguir la colaboración de la Consejería de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife para sufragar el coste de las catas arqueológicas previas que se han de realizar para evaluar su valor y descubrir si hay alguna estructura o elemento adicional oculto en el espacio. “Hace un mes invité a la consejera de Patrimonio del Cabildo, Josefa Mesa, a visitarlo, estuvimos hablando y ahora estamos en fase de contacto técnico para ver si el Cabildo quiere echarnos una mano con el proyecto arqueológico y, en caso de que no, el año que viene lo haremos con presupuesto municipal, porque estamos convencidos de que es una pena que esté cerrado. Y si no nos lo subvencionan, por lo menos que nos lo tutoricen desde el área insular de Patrimonio para que se haga correctamente”, explica al respecto la concejal de Servicios Municipales, Mónica Martín.

Para antes de fin del mandato

Una vez realizadas estas catas arqueológicas, añade la edil, “la idea es proceder a la rehabilitación de la fuente, conservando su última remodelación lo más fiel posible a ese contexto histórico”, y, a partir de lo que se derive del informe arqueológico, se estudiará si mantenerla abierta al público, solo en momentos puntuales o dentro de rutas turísticas.

“Vamos a poner todo nuestro empeño para que esté rehabilitado antes de que acabe el mandato. Las cosas hay que hacerlas con calma para hacerlas bien, pero con el convencimiento de recuperar este espacio histórico para el municipio, porque va unido a la historia de La Laguna”, enfatiza Martín.

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