crisis en venezuela

El viaje de vuelta del Telémaco

Las tensiones políticas y sociales en Venezuela provocan que cada semana lleguen a Canarias más de una veintena de ciudadanos; los pensionistas llevan casi dos años sin cobrar
La comunidad venezolana en el Archipiélago es de las más numerosas que existe en todo el mundo, debido también a los estrechos lazos históricos. Andrés Gutiérrez
La comunidad venezolana en el Archipiélago es de las más numerosas que existe en todo el mundo, debido también a los estrechos lazos históricos. Andrés Gutiérrez
La comunidad venezolana en el Archipiélago es de las más numerosas que existe en todo el mundo, debido también a los estrechos lazos históricos. Andrés Gutiérrez

Corría el año 1950 cuando 171 canarios, procedentes de La Gomera y Tenerife, se embarcaron en el Telémaco, uno de los numerosos barcos de la emigración clandestina que partieron desde Canarias hacia América, principalmente a Venezuela. En aquellos años, fueron miles los isleños que, teniendo en cuenta la situación económica y política del país, no vieron otra solución que dejar atrás su tierra natal y buscar oportunidades en otro continente. Buena parte de esos canarios echaron raíces y los vínculos entre ambos territorios son todavía muy estrechos.

Con el paso de los años, algunos de esos emigrantes decidieron volver a su lugar de origen. Otros, por el contrario, apostaron por permanecer en su país de adopción, al menos en un primer momento. No obstante, en la actualidad cada vez son más los canarios o descendientes de segunda o tercera generación los que se ven abocados a dejar atrás el continente americano y buscar refugio y un nuevo comienzo fuera de las fronteras de la Octava isla.

Esos barcos que continuamente partían de las costas del Archipiélago, como el Telémaco -uno de los más conocidos por la auténtica odisea que pasaron sus pasajeros-, han sido sustituidos en la actualidad por aviones que hacen el recorrido de vuelta. En ellos, cada semana arriban a los aeropuertos españoles cientos de ciudadanos venezolanos, siendo Canarias una de las comunidades con mayor presencia de este colectivo, fruto de ese vínculo de antaño.

Aunque es cierto que a finales del siglo pasado muchas de esas familias canarias decidían regresar a su tierra, en los últimos años la situación política y social de Venezuela ha provocado un auténtico éxodo de ciudadanos, nada comparable al de los primeros momentos. De hecho, se calcula que en las Islas la comunidad procedente de este país latinoamericano -con o sin nacionalidad española- ha crecido en más de 100.000 personas en tres años. Así lo reflejan los números que maneja el partido de la oposición venezolana Voluntad Popular, en Canarias. En declaraciones a este medio, su portavoz, Máximo Díaz-Estébanez, explica que en 2014 se estimaba que la cifra de ciudadanos procedentes de Venezuela en las Islas ascendía a unas 150.000 personas, mientras que ahora el dato ha alcanzado las 250.000.

Las cifras oficiales de población en el Archipiélago, recogidos por el Instituto Canario de Estadística (Istac), también reflejan ese incremento de los últimos años, tanto de la población extranjera procedente de Venezuela como de aquellas personas que han nacido en el mencionado país y residen en las Islas.

Según esta fuente, el pasado año vivían en el Archipiélago 48.682 personas que nacieron en la Octava isla, lo que supone un aumento de cerca de 1.300 ciudadanos con respecto al año anterior. Si se compara con el año 2000, el dato ha crecido en más del doble, pues en esos momentos se cifraba en 22.224 personas. Además, a este número hay que sumar el de todos aquellos que nacieron en Canarias pero emigraron, en su momento, a Venezuela y ahora han retornado, al igual que un porcentaje importante de venezolanos que viven en el Archipiélago pero no están empadronados, según matiza Máximo Díaz-Estébanez. “Por ello, la cifra aproximada de la comunidad puede alcanzar las 250.000 personas”, insiste.

El representante de Voluntad Popular -el partido de Leopoldo López- señala que semanalmente aterrizan en España entre dos y tres vuelos, con alrededor de “300 o 400 compatriotas, de los que buena parte se queda a vivir en el país”. Según los datos que maneja, de ese total, entre 20 y 30 ciudadanos se trasladan a las Islas cada semana, lo que al mes supone unas 120 personas.

Otro de los colectivos que ha apreciado este aumento es la Unión de Emigrantes Retornados Canarios (Uerca). Esta asociación, que cumple en las Islas 25 años, ha registrado en lo que va de año unas 900 peticiones y consultas, de las cuales la gran mayoría, entre 600 y 700, procede de personas que regresan desde Venezuela, indica el presidente de esta entidad, Cándido León. Insiste en que, en el caso de los retornados, la mayor parte se trata de personas mayores, de las cuales un porcentaje significativo tiene problemas para cobrar ayudas o pensiones en las Islas, debido a haber estado en el extranjero trabajando con una nacionalidad distinta a la española. “Muchos, al no poder cobrar, se ven en una situación complicada”, asevera.

Lo cierto es que para una gran parte de los retornados la vuelta a Canarias no ha sido fácil. Es el caso de los miles de pensionistas que llevan ya casi dos años sin percibir las jubilaciones que deben ingresar por los años cotizados en la Octava isla. “El Gobierno de Venezuela lleva desde principios de 2016 sin abonar las pensiones de las personas que se encuentran fuera del país, incluso para los que están dentro también es complicado recibirlas”, destaca Guadalberto Pérez, presidente de la Asociación de Pensionados de Venezuela en Canarias, el colectivo de esta índole más antiguo de España. Esta asociación, que engloba a cerca de 2.000 afectados en las Islas, reconoce que la situación en el país sudamericano ha empeorado en los últimos tiempos, viviéndose un retraso de cerca de 30 años. “La problemática que los pensionados estamos atravesando ahora roza el incumplimiento de los derechos humanos”, puntualiza. Además, se muestra muy preocupado por el rumbo político y social del país, y por que el futuro se asemeje al de Corea del Norte. “Ya en América tenemos el espejo de Cuba; a Venezuela no le conviene tener una Norcorea”, añade.

Soluciones

Este colectivo de jubilados está trabajando ya en buscar fórmulas que les permita desbloquear la situación. De hecho, esta misma semana tiene una cita con la directora nacional de la Seguridad Social. El objetivo de este encuentro, solicitado por la Federación de Asociaciones de Pensionados, es buscar fórmulas burocráticas para que los afectados puedan recibir sus prestaciones correspondientes a una vida de trabajo en Venezuela. Se da la circunstancia, además, de que la mayor parte de estos jubilados, cerca del 60%, son ciudadanos con nacionalidad española, que en su momento emigraron a Venezuela. “Estamos indefensos, queremos buscar alguna fórmula, ya sea vía una pensión no contributiva u otro mecanismo, que nos permita tener ingresos, porque, además, todo ello es bueno para el movimiento de la economía española”, matiza. Por último, Guadalberto Pérez recalca que la acogida de la comunidad venezolana en Canarias ha sido muy buena, tanto por la mayor parte de las administraciones públicas como de los propios ciudadanos, quienes, años atrás, se vieron en una situación muy parecida.

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