El Cabildo ya tiene en sus manos el proyecto para convertir el antiguo vertedero de Mendo, en El Paso, en un centro ambiental, que además de promover la educación en la naturaleza, fomentará el turismo de las estrellas, con la creación de un observatorio semiprofesional y un planetario. También servirá de día como plataforma para el despegue de parapentes. Todo un complejo ligado a la naturaleza, al ocio activo y la astronomía, que revertirá la esencia de estas antiguas instalaciones donde se quemaban los residuos de La Palma en un horno incinerador, clausurado en 2007 y posteriormente sellado.
La consejera insular de Turismo, Alicia Vanoostende, señaló que el proyecto ahora mismo se encuentra en fase de estudio de impacto ambiental, requisito indispensable al encontrarse en el Paisaje Protegido de Tamanca, próximo al Parque Natural de Cumbre Vieja, y estar incluido en la Red Natura 2000, además de ser reconocido como LIC. En este enclave, detalló la consejera, también habrá espacio para que se instalen las empresas relacionadas con el turismo activo que operan en La Palma. El coste aproximado de la ejecución del proyecto ronda los cuatro millones de euros y prevén comenzarlo una vez cuenten con los permisos ambientales.
El proyecto, realizado por el arquitecto José Miguel Fuentes Marante, trata de reutilizar al máximo la estructura del antiguo vertedero y horno incinerador, que son las zonas más degradadas medioambientalmente, a la vez que los elementos de nueva edificación trata de integrarlos en el entorno, de manera que sea mínimo el impacto en un lugar protegido por sus valores naturales.
Así, por ejemplo, los telescopios, están previsto que se instalen bajo tierra, sobresaliendo exclusivamente las cúpulas, que serán como “esculturas en un jardín”, explica Fuentes Marante. Este espacio para la observación nocturna estará aislado por un muro para que la luz de los vehículos del aparcamiento no produzcan contaminación lumínica. El planetario también estará integrado en el entorno.
El arquitecto destaca que el sellado del antiguo vertedero se hizo “dejando resuelta una excelente plataforma de despegue de parapentes”, para lo que solo será necesario “estabilizar los niveles superiores con vegetación, que permita compatibilizar su integración paisajística con la práctica de este deporte”.
El Centro de Apoyo Ambiental, como se denomina este complejo, está estratificado en los tres niveles que disponía el antiguo basurero. En la parte superior, que correspondería a la plataforma desde donde los camiones tiraban la basura, estaría ubicado el acceso al nuevo complejo.
El antiguo foso se convertiría en el “protagonista principal”. Manteniendo la “misma textura con la que fue construido”, será una sala de exposición permanente, en la que se proyectará sobre los muros imágenes de residuos, como narrativa de la historia del lugar. En este nivel intermedio hay una explanada, donde se encontraba maquinaria de la antigua incineradora de residuos, que se transformará en una plaza, que además de punto de encuentro, sirva como espacio para el desarrollo de talleres al aire libre, que complete las actividades previstas en las aulas de la naturaleza y las estrellas.
El tercer nivel corresponde al antiguo edificio del horno incinerador, cuya estructura se mantendrá intacta. Gracias a su forma abierta, de herradura, permite una visión hacia el antiguo depósito de residuos, desde donde se puede contemplar la estratificación del proceso de sellado del vertedero.
Por último, en el pinar próximo a estas instalaciones se creará un área de recreo, dotada de mesas, bancos y puntos de agua potable, así como una zona de juegos infantiles.
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