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La fiscal en el homicidio de un ciudadano ruso en Adeje señala que el crimen se realizó con alevosía

Los hechos ocurrieron en noviembre de 2014 cuando, según la fiscalía, el acusado, tras haber "acechado" a Andrey en los días previos, consiguió interceptarlo en las inmediaciones de su domicilio

Isabel Silva, la fiscal en el juicio con jurado por el homicidio del ciudadano ruso Andrey Timofeev, de 52 años, ocurrido en 2014 y del que está acusado Eugeniu Berezenko, un taxista moldavo en la localidad de Adeje, ha asegurado hoy que los hechos se realizaron con alevosía.

La víctima era el marido de la exmujer del presunto asesino y la acusación pide para Eugeniu Berezenko 17 años de cárcel y una indemnización de 120.000 euros para los herederos de la víctima.

La fiscal ha defendido que no se trata de un homicidio básico, sino que los hechos fueron alevosos y que hubo un “abuso de superioridad” por parte del acusado.

Por su parte, el abogado defensor, Álvaro Rodríguez, solicita 12 años y 6 meses de prisión por homicidio y 60.000 euros en concepto de responsabilidad civil para los herederos.

Tanto el escrito de la acusación como el escrito de la defensa reconocen el homicidio, aunque la defensa del acusado mantiene que no hubo indefensión o alevosía y que el fallecido tuvo margen de reacción y defensa.

Rodríguez sí admitió que existía un “cierto desequilibrio o desventaja” entre los dos implicados, “pero solo física”.

“Es como si se produjera una pelea entre un peso pesado y un peso medio, pero lo que de ningún modo acepta la defensa es que esa persona no pudiera defenderse”, aseveró Rodríguez.

Los hechos ocurrieron el 27 de noviembre de 2014 cuando, según la fiscalía, el acusado, de 21 años de edad y 1,91 metros de estatura, tras haber “acechado” a Andrey en los días previos, consiguió interceptarlo en las inmediaciones de su domicilio.

Eugeniu se bajó de su vehículo y comenzó a discutir con Andrey, que estaba solo, y ante la negativa del fallecido de dejar a su mujer, Irina, el acusado lo golpeó fuertemente hasta dejarlo inconsciente en el suelo.

Acto seguido, argumentó la fiscalía, el acusado introdujo el cuerpo de Andrey en el maletero de su vehículo, y condujo ese mismo turismo durante varias horas hasta que entre la noche del 27 de noviembre y la madrugada del 28 lo aparcó en un lugar “lo suficientemente apartado y solitario” como para evitar cualquier posibilidad de huida de la víctima.

Eugeniu comenzó entonces a golpearlo reiteradamente, “haciendo ineficaz” cualquier tipo de defensa por parte de este último, que se encontraba en estado de semiinconsciencia.

Finalmente el acusado apretó “fuertemente” el cuello de Andrey hasta causarle la muerte por asfixia mecánica por compresión de cuello.

En su declaración, Eugeniu afirmó que el encuentro entre ambos fue casual, y que en ningún momento trató de acabar con la vida de Andrey.

Asimismo, señaló que Andrey ya estaba muerto cuando introdujo su cuerpo en el vehículo y que tardó más de un día en deshacerse del cuerpo porque “no sabía qué hacer” con él. “Estaba lleno de horror, estaba bloqueado y no sabía cómo reaccionar. Me dio miedo que alguien lo hubiese visto y llamara a la policía”.

El acusado también aseguró que Andrey sí se defendió, y que incluso lo arañó y golpeó mientras el acusado le comprimía el cuello.

El cadáver fue hallado el 29 de noviembre semienterrado en un paraje de Águilas del Teide, en el municipio de Arona.

El acusado permaneció desaparecido 42 días, pero la detención en San Isidro de dos cómplices que le habían ayudado provocó que se entregara el 10 de enero de 2015.

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