El concurso para la concesión de la Bodega Comarcal y la planta de destilación del noreste de La Palma, ubicada en Puntallana, ha quedado desierto. Es la tercera vez que el Cabildo fracasa en su intento de dotar de actividad a unas instalaciones que están terminadas desde hace ya una década sin que hasta el momento hayan tenido utilidad alguna.
Las empresas que a priori se preveía que podrían estar interesadas en hacerse con la concesión no concurrieron finalmente al concurso. El consejero insular de Agricultura, José Basilio Pérez, indicó que aún no han tomado una decisión definitiva sobre lo que harán con estas instalaciones tras fallar en esta nueva ocasión. Una decisión que adoptará en breve.
Sobre la posibilidad de que el Cabildo pueda vender la maquinaria y mantener el inmueble para otros fines, como el de almacén, el consejero no descarta que se baraje como una de las posibilidades, si bien “sería la última de las opciones”, matiza.
El concurso estaba pensado para que la empresa que se hiciera con la explotación de estas instalaciones empleara preferentemente materia prima local (uva, manzana, cereales, frutas tropicales…) para producir vinos, licores, orujos, alcoholes, aceites, vinagres, cervezas y productos similares. La instalación, ubicada en la parte trasera del edificio del Mercadillo del Agricultor de Puntallana, dispone de un equipo destilador con una capacidad de trabajo de hasta 700 litros por cada unidad de proceso.
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