Candelaria hace mucho que dejó de ser un pueblo marinero para convertirse en ciudad dormitorio del área metropolitana además de un reclamo turístico y comercial por la presencia en en su seno de la Patrona de Canarias.
La población de Candelaria ha crecido casi el triple en los últimos veinte años (de 12.000 a 29.000 habitantes) y lo ha hecho tanto en el casco y el litoral, con el indiscutible empuje de la rambla de Los Menceyes, como en las medianías con la autoconstrucción que regresa ahora tras el estancamiento por una década de crisis económica.
Sin embargo, ese empuje de la población no se ha correspondido en igual medida con el aumento de los servicios -recogida de basura, sin ir más lejos- y si tuviéramos que quedarnos con un ejemplo de abandono ese sería el de la costa. Apenas ha habido avance y actuaciones en los cuatro kilómetros de frente marítimo de los que dispone el municipio.
Y no será porque no se hayan presentados macroproyectos o iniciativas para adecentar el litoral desde Bajo la Cuesta hasta Playa la Viuda. Se diría que lo único que se ha hecho es el paseo de Cho Vito, tras el traumático derribo de aquel poblado marinero. Ni ha desaparecido la central térmica de Las Caletillas -prevista inicialmente para 2015- ni por supuesto se ha culminado la gran playa de Punta Larga, cartel electoral de los socialistas en 2007, como lo fue en este mandato la piscina cubierta envuelta en un proceso judicial que la retrasará no se sabe cuánto. No hay proyecto en Candelaria que no tenga aristas con la Justicia.
Pero no solo con la Justicia ha topado el Gobierno municipal, sino también con Costas, ese ente que pone más el foco en combatir lo público que lo privado, a tenor de lo que se puede ver a lo largo del litoral candelariero. Costas no tuvo piedad de Cho Vito y amenaza con no tenerla con Bajo la Cuesta, pero sin embargo mira para otro lado con otras construcciones particulares que impiden el tránsito para terminar de realizar un paseo que una un lado y otro de la costa de Candelaria.
Como ejemplos de abandono podemos fijarnos en la piscina natural debajo del hotel Punta del Rey, al que no le renovaron la concesión y hoy está abandonada a su suerte como pasa con la piscina del viejo hotel Tenerife Tour, cuya concesión fue ofrecida al Ayuntamiento tras el cierre del hotel por 60.000 euro. La descartó al no incluir el restaurante y los aseos, al estar en suelo privado. Ahora, tras años de abandono, el Ayuntamiento dispone de un borrador de proyecto, pendiente de Costas, para realizar en ese suelo de dominio público la continuidad de la avenida Marítima con una terraza mirador, con una fuente en lugar de la piscina.
Tenerife Tour, para alquiler vacacional
Por otra parte, Simón Rueda, propietario del Tenerife Tour, ha adelantado la idea de rehabilitar el inmueble con apartamentos destinados al alquiler vacacional, gracias al impulso económico de empresarios chinos.
El Ayuntamiento de Candelaria si tiene ya aprobado una actuación, según se recoge en el Presupuesto de 2018, por importe de 53.498,58 euros, para espacios de sombra y bancos en el frente de Las Caletillas, separata del proyecto Tenerife y el Mar que ya tiene aprobado el Cabildo y que consta del condicionamiento del paseo de Graciliano Ruíz Rodríguez y calle Semidán (867.753,95 euros) y remodelación del borde costero de la playa de Las Caletillas (1.079.121,75 euros).