Nueva jornada en la Liga Endesa y nueva final para un Iberostar Tenerife que está acostumbrado a jugar partidos en el filo de la navaja. Es una final, sí. Si no hay triunfo se alejará el objetivo de alcanzar las eliminatorias, por lo que el partido, al igual que el de la semana pasada en Gran Canaria, vuelve a ser trascendental.
Juega el Iberostar Tenerife ante un rival en buena dinámica. La irregularidad de su juego y de sus resultados no empaña la buena campaña realizada hasta el momento por un Movistar Estudiantes que mantiene sus opciones de jugar los play-off. Buena parte de la culpa la tiene el francotirador Sylven Landesberg, el hombre que asombró al país haciendo 48 puntos en el Palau Blaugrana y que hoy es la amenaza de los aurinegros.
Cerrar la principal fuente de anotación local es una de las misiones que tendrá el grupo de Fotis Katsikaris en su camino para sumar un triunfo que le deje a las puertas de la post temporada. Pero no será la única clave. “Aquí hicimos un trabajo espectacular sobre Landesberg, encontramos la llave para limitarle mucho, pero cada partido es diferente”, señalaba en la previa el entrenador griego que advertía también sobre la posibilidad de cambiar el ritmo de partido frenando las prestaciones de Omar Cook.
Después de muchas semanas de contratiempos, en principio, el grupo aurinegro estará a tope, incluso Mateusz Ponitka, que ha estado lastrado por el último contratiempo físico que sufrió en uno de sus tobillos. Si Landesberg es Supermán, el polaco será la kriptonita. El escolta estudiantil ya sufrió la defensa de Ponitka en el Santiago Martín “e incluso tuvo problemas para frenar a Mateusz en defensa”, como dijo Katsikaris. Hoy reanudarán su duelo.
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