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Pepe empieza una nueva vida en el Puerto de la Cruz

Con una discapacidad del 67% y una pensión de 368 euros, este vecino de Barrio Nuevo se enfrentaba a su segundo desahucio en 5 años; ahora ya reside en el Hogar Santa Rita
Óscar García (i) y José Martín, ayer, a su llegada a la residencia Hogar Santa Rita. / DA

Había pedido un mes para intentar encontrar un nuevo piso de alquiler al que trasladarse tras recibir una orden de desahucio que tenía que ejecutarse el pasado 20 de abril. El Instituto Municipal de Atención Social de Santa Cruz (IMAS) intervino para pedir ese aplazamiento en el juzgado y ayudarlo a encontrar un nuevo alojamiento. Ayer, José Martín Calderón, Pepe, como lo conoce casi todo el mundo en Barrio Nuevo, comenzó, a sus 58 años, una nueva etapa vital. Una plaza en el Hogar de Santa Rita, en Puerto de la Cruz, le va a dar a Pepe la oportunidad de que lo cuiden como merece y de poder tener un entorno en el que desenvolverse libremente. Con un discapacidad del 67% y una pensión de 368 euros, a Pepe se le ha hecho muy cuesta arriba salir adelante, solo, en los últimos años. Tal y como denunció DIARIO DE AVISOS, la del pasado abril era la segunda orden de desahucio que sufría en tan solo cinco años por el impago del alquiler. Intentó conseguir un alquiler por su cuenta pero no fue posible y el IMAS le ofreció la plaza en una residencia que le había prometido. Ayer, el concejal de Asuntos Sociales de Santa Cruz, Óscar García (PP), acompañó a Pepe a su nuevo hogar. “Quedamos en recogerlo por la mañana temprano y eso hicimos. Nos esperaba con una pequeña maleta y algunas cajas con enseres personales”, explicó García a DIARIO DE AVISOS.

Tras recoger a Pepe, se dirigieron al juzgado para entregar las llaves del piso sobre el que pesa la citada orden de desahucio. “Nos concedieron el aplazamiento de un mes y nos indicaron que teníamos que llevar las llaves de la vivienda y dejarlas en depósito en el juzgado y eso hicimos”, detalló el edil. Después, iniciaron el recorrido hasta Puerto de la Cruz. Según García, Pepe iba muy contento y con ganas de empezar de nuevo. “Puede entrar y salir cuando quiera de la residencia Hogar Santa Rita y venir a Santa Cruz a ver a sus amigos o buscar trabajo como él mismo dice”. La discapacidad que padece José Martín le afecta tanto física como psíquicamente por lo que necesitaba de la ayuda que se le ha prestado de manera urgente.

Ahora, como explicó el propio Pepe al edil de Asuntos Sociales, solo falta que su madre, Blanca Calderón, de cuyo caso de abandono en Madrid también se hizo eco DIARIO DE AVISOS, se venga a la Isla y pueda ver a su hijo en su nuevo hogar. “Él mismo la llamó a Madrid para contarle que se mudaba y que esperaba que ella pudiera venir pronto a verlo”, explicó García.

El edil de Asuntos Sociales lamenta que el Cabildo no haya cumplido aún su palabra para con doña Blanca. “Nosotros, en el plazo de un mes, hemos cumplido. Ayudando a Pepe y buscándole una plaza en una residencia con la que tenemos firmado un convenio. Lo mínimo que puede hacer el Cabildo, que lleva casi cinco meses tramitando su traslado, es ser igual de diligente”.

En Santa Rita Pepe tendrá su médico de cabecera que le permitirá llevar un mejor control de su discapacidad del que ha llevado hasta ahora y que le llevó a vivir, en menos de cinco años, esos dos desahucios. Desde el IMAS García insiste que lo que han hecho con Pepe no es un excepción. “Atendemos casos todos los días y los ayudamos en lo que podemos. En el caso de Pepe se ha conocido pero hay muchos otros anónimos con los que trabajamos a diario para que reciban una atención digna y el apoyo que se merecen”.

En el caso de Pepe, si no conseguía el alquiler que buscaba en otra parte de la ciudad, el Ayuntamiento le habría tramitado una ayuda de alquiler, pero, finalmente no fue necesario y Pepe ha acabado aceptando la solución que tanto técnicos como los vecinos más cercanos, consideraron que era la mejor, la de la residencia.
Ayer, Pepe, lo primero que hizo fue pedir cita en la peluquería de la residencia para cortarse el pelo y afeitarse la barba. Está dispuesto a empezar de nuevo, quizá, con la ilusión que le ha faltado todo este tiempo. En esta nueva etapa, lo único que falta es que doña Blanca, a sus 87 años, pueda volver de una vez a Tenerife, si el Cabildo y el Gobierno de Canarias cumplen su promesa.

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