santa cruz

Seis pisos para personas sin hogar ya están habitados en la capital

Santa Cruz, junto a Arona, son los dos únicos municipios canarios en los que se ha puesto en marcha la iniciativa conocida como ‘Housing First’, consistente en garantizar un techo
Óscar García (izq.), Fernando Rodríguez y Zaida González, ayer, durante la visita al piso que se ubica en Santa María del Mar. Fran Pallero
Óscar García (izq.), Fernando Rodríguez y Zaida González, ayer, durante la visita al piso que se ubica en Santa María del Mar. Fran Pallero
Óscar García (izq.), Fernando Rodríguez y Zaida González, ayer, durante la visita al piso que se ubica en Santa María del Mar. Fran Pallero

Casi 20 años viviendo en una cueva en Los Pocitos, Añaza. Acompañado de su perra y de sus hurones y pájaros. Con 59 años, Manuel desde hace dos meses sabe lo que es vivir bajo el techo de una casa, tener una cocina, una cama, un baño en condiciones. Y lo hace como cualquier otro vecino de Santa María del Mar, donde reside actualmente. Manuel es una de las 10 personas a la que el proyecto Housing First, puesto en marcha por el Ayuntamiento de Santa Cruz de la mano de las ONG Provivienda y la Fundación Rice, le ha dado un techo. En la misma situación que Manuel, es decir, personas sin hogar de larga duración, con algún tipo de discapacidad y/o adicción, se encuentran ya otras seis (ayer mismo se entregó el sexto piso de los 10 arrendados).

Manuel permitió ayer que políticos y medios de comunicación visitaran su piso de 60 metros cuadrados, en el que, como no podía ser de otra forma, vive acompañado de sus animales. Padre de cuatro hijos, ha podido retomar el contacto con ellos, y como él mismo reconoció, aunque a veces echa de menos algunas cosas de su anterior vida, ahora está infinitamente mejor y muy contento. Parco en palabras, este inquilino dejó que los concejales y técnicos hablaran por él.

La primera teniente de alcalde de Santa Cruz, Zaida González, detalló que “con este programa se busca normalizar la vida de estas personas, que se caracterizan por tener una larga estancia en la calle, como es el caso de Manuel”. Desde Provivienda, su responsable en Canarias, Fernando Rodríguez, explicó esos objetivos, como la mejora en salud de los inquilinos, el autocuidado y la vuelta a una normalidad con asistencia al médico, la tramitación de las ayudas que necesiten, etcétera. “También conseguimos que se produzcan reagrupamientos familiares, como en el caso de Manuel, que ha retomado el contacto con sus hijos. En su caso se ha producido un cambio radical, aunque aún nos queda mucho trabajo”, añadió Rodríguez.

El concejal de Asuntos Sociales, Óscar García, resaltó el esfuerzo de Santa Cruz por incorporarse a este tipo de convenios, como ya ha hecho Arona, siendo los dos municipios los únicos de Canarias en sumarse. “Ahora mismo nosotros ya disponemos de 25 viviendas con Provivienda para usuarios del IMAS en riesgo de exclusión social y estos 10 pisos para personas sin hogar. Por eso invitamos a otros municipios a que se sumen a esta iniciativa”. García recordó que se han destinado 700.000 euros para cuatro años. La primera teniente de alcalde defendió que “Santa Cruz no puede ser el único municipio que atienda a las personas sin hogar, por eso invitamos al resto a que se sumen, porque no podemos sostenerlos solos”.

En estos momentos existen 80 personas que no se acogen a ningún recurso alojativo y viven en las calles de Santa Cruz, ya sea durmiendo en un parque, en una cueva o en una infravivienda. Provivienda reconoce que la actual situación del mercado de alquiler ha dificultado encontrar pisos con precios asequibles. “En los últimos dos años el mercado ha dado un vuelco. Lo que antes conseguíamos en pocos meses, ahora hemos tardado más de seis”, explicó Rodríguez. El alquiler de Manuel es de 400 euros.

Los otros Manuel

Provivienda y Fundación Raice son los encargados de buscar la vivienda y de seleccionar a los candidatos, respectivamente. Lo hacen de manera independiente: “El IMAS no sabe el nombre de los seleccionados hasta el día antes de entrar en el piso”, explica García. Ahora mismo hay un grupo de control de 30 personas con estas mismas características, que servirá para medir la eficacia de esta iniciativa pionera en Canarias, pero ya de mucho recorrido en Europa. De ese grupo de control han salido las 10 personas, por sorteo, que se han beneficiado de los pisos.

Avelino de 61 años, se pasó 30 años en el asentamiento de Santa Ana, y el pasado 22 de marzo accedió a uno de los pisos. Antonia, de 41, y cuatro años en el Pancho Camurria, hizo lo propio el 15 de marzo. Rosario, de 54 años, pernoctó siete en las calles capitalinas, hasta que el 6 de marzo accedió a una vivienda. El penúltimo, Gabriel, de 47, vivió durante cuatro años en una cueva en Barranco Grande y el 9 de abril la abandonó.

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