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Después de la Refinería, ¿se irá la cementera?

El puerto de Granadilla se perfila como nuevo destino de la fábrica de cemento de Cueva Bermeja, que ha causado continuas quejas vecinales
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Los vecinos de Cueva Bermeja son unos de los principales afectados por la actividad de la cementera, pero también por la del puerto, que está a escasos metros de sus casas. Fran Pallero

El anuncio de que una gran industria como la Refinería se va de Santa Cruz, al menos dentro de 10 años, ha hecho que algunos vecinos, pero también administraciones públicas, pongan la vista en otra de las grandes industrias de la ciudad, la de cemento. Esta fábrica, sita en Cueva Bermeja, es, según apuntan desde la Autoridad Portuaria, la próxima que podría salir de la capital. Así lo afirmó su presidente, Ricardo Melchior, quien, en una entrevista con DIARIO DE AVISOS, señaló que lo lógico es que se acabe trasladando a las inmediaciones del puerto de Granadilla, donde ya están otras cementeras. El motivo: “La cementera se alimenta de clinker, que viene en graneles y la descarga ahora se está haciendo en Granadilla. Ya hay dos cementeras abajo. A ellos les interesa, así que se irán por voluntad propia, imagino”.

Sin embargo, la propia empresa, consultada por DIARIO DE AVISOS, aunque admite que es una posibilidad a explorar el traslado a Granadilla, recuerda que tiene concesión administrativa hasta 2027, tiempo más que suficiente para estudiar posibles alternativas a Santa Cruz.

En cuanto a los vecinos, algunos no verían mal que esta industria, que tantos quebraderos de cabeza les ha dado, abandonara la zona. “Aquí nos hemos acostumbrado incluso a hablar alto dentro de las casas por el nivel de ruido”, explica una vecina de la zona. También añade que, aparte del ruido, quizá el polvo que genera la actividad es más molesto si cabe. De la salida de la cementera lo único malo, admite esta vecina del barrio de Cueva Bermeja, son los puestos de trabajo.

La Asociación de Vecinos Virgen de Loreto, también de Cueva Bermeja, es de la misma opinión en cuanto a los empleos, ya que, recuerda su presidente, Gabriel Franquis, “son numerosos los vecinos de Cueva Bermeja que trabajan en la fábrica de cementos”. Aunque reconoce que durante más de 20 años han sido muchas las molestias que la fábrica ha provocado al pueblo, “hoy en día está todo mucho más controlado, tanto los ruidos como el polvo”.

Con respecto a que finalmente se vaya la cementera, Franquis llama la atención sobre la posibilidad de que salga esta industria y se instale otra. “Si tiene que salir que salga, pero lo que no queremos los vecinos es que los tanques que Cepsa deje de tener en Cabo Llanos acaben ocupando el espacio de la cementera, junto a nuestras casas. Ya tenemos algunos de estos tanques y, como se suele decir, más vale malo conocido que bueno por conocer”. Que se pudiera hacer un acuerdo de regeneración en la zona de Cueva Bermeja, como el que se ha hecho con Cepsa, es una alternativa sobre la que los vecinos estarían encantados de hablar con el Ayuntamiento.

Respecto a las molestias de esta industria, los mapas del ruido elaborados por el Ayuntamiento para cumplir las directrices europeas sobre ese ámbito reseñan específicamente que, si bien el ruido generado por el tráfico viario de calles y carreteras es la principal fuente de ruido ambiental en la aglomeración de Santa Cruz, se ha detectado afección por ruido industrial en el barrio de Cueva Bermeja, núcleo que no está afectado por ruido de tráfico. La suma de la actividad del puerto, más la cementera, y ahora también las plataformas, hacen especialmente complicado el descanso en el barrio.

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