Los centros de enseñanza públicos de Canarias han perdido más de 5.000 alumnos entre los niveles de Infantil y Bachillerato en los últimos cuatro cursos, hasta situar en 272.602 la cifra de los matriculados para el nuevo año académico, que el Gobierno regional encara como “de consolidación de sus proyectos” en ese sector.
Ya que el 2018-2019 será el último curso de la legislatura y, por tanto, debe ir acompañado de un balance, la consejera regional del área, Soledad Monzón (CC) aseguró que en este periodo “han mejorado todos los aspectos de la educación en Canarias”. Como prueba de ello, apuntó que el nuevo curso se inicia con 700 profesores más de los que había en el 2015-2016, “aún habiendo descenso de alumnos” en esa etapa, debido a que “el Ejecutivo ha apostado por aumentar su número no solo para reforzar la docencia tradicional en las clases, sino también para dotar de docentes de apoyo a determinados servicios o centros específicos donde hay estudiantes con necesidades o carencias especiales”.
No obstante, Monzón apostilló que, con todo, la ampliación de la plantilla de docentes ha posibilitado, al tiempo, reducir el número de alumnos por grupo o ratio existente en todos los grados que van de Infantil a Bachillerato, situándola por debajo de los máximos establecidos por ley en España en cada uno de esos niveles.
Así, en Infantil hay, de media, 18,6 niños por clase, cuando el máximo es 20; en Primaria hay 20,6, cuando el máximo es 25, y en Secundaria es de 25,9, cuando el máximo es 30, detalló la consejera de Educación del Gobierno de Canarias.
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