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La Virgen de El Socorro ya duerme en San Pedro

Espectacular recibimiento a la imagen en Güímar después de casi seis horas de caminata, con presencia masiva de jóvenes en carretas y botellones hasta la madrugada
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Espectacular recibimiento a la imagen en Güímar después de casi seis horas de caminata. / FRAN PALLERO

Tal y como se preveía, al ser sábado, la Subida de la Virgen de El Socorro se convirtió ayer en la más participativa de los últimos años, con miles de devotos acompañando desde las seis de la tarde hasta la medianoche a la imagen a su morada de San Pedro, pero también con una gran marea de jóvenes que cerraban, junto a una docena de carretas, la comitiva.

Como otros años, pero este más si cabe, ayer se vieron tres subidas: la primera, la de la devoción y fé; la segunda, la del pueblo con sus parrandas y la última, la de la juventud, con música más de Carnaval que de una romería, la considerada más antigua de Canarias con sus 375 años a sus espaldas.

Y es que muchos güimareros afirman que la Subida es mucho más auténtica que la Bajada, quizás por ser más familiar, más recogida, más religiosa o por mantener tradiciones como la de los pares o nones y el emotivo descanso a mitad de camino, en La Tahona, donde una vecina, en este caso Juana Pérez Delgado, tuvo el honor de limpiarle el rostro a la Virgen.

Ayer volvió a vivirse en toda plenitud esa devoción,con mucha menos participación que la Bajada, algo ya tradicional, porque el regreso no tiene el significado de romería que se le da a la víspera, festivo en Güímar.

No obstante, desde primera hora de la mañana, el caserío de El Socorro se mantuvo en fiestas, con hasta tres concelebraciones religiosas, la última de las cuáles, de acción de gracias, despidió a la Virgen que inició a las seis de la tarde, con el sol pegando de frente, la tradicional Subida.

Tras el descanso en La Tahona, donde se redoblaron los servicios de seguridad, se llegó hasta La Asomada en donde comenzó la solemne procesión que le trasladó a la ermita de El Calvario y posteriormente a la plaza de San Pedro, donde fue recibida pasadas las once de la noche a ritmo de pausado tajaraste de la Danza de Cintas, de San Pedro Arriba al ser año par.

Tras el regreso de la Virgen junto a San Pedro, una lluvia de fuegos artificiales ponía fin a los actos religiosos, al menos hasta noviembre, cuando se vuelve a realizar la Bajada Lustral hasta la cueva de Chinguaro, donde los guanches la llevaron tras la aparición ocurrida en torno al año 1400, según los historiadores. Si embargo, todavía proseguiría la fiesta con una gran verbena que estaba previsto concluyera a las cinco de la mañana, y que estuvo blindada de seguridad ante la presencia de una gran masa juvenil que ya venía contenta de la caminata de la Subida. El viernes, en el caserío, después de la Bajada hubo 40 intervenciones de los equipos de seguridad por caídas, borracheras y alguna pelea,sin que hubiera detenidos.

Durante el camino se regresó al pasado con el juego de pares o nones, que consiste en coger unas almendras en la mano y, manteniendo el puño cerrado, preguntar a la persona del otro sexo que se encuentre la siguiente frase: “¿Pares o nones?”. Si la persona interpelada acierta, hay que darle todas las almendras ocultas en la mano. Con este juego se cerraron muchos matrimonios en Güímar. La sequía y la desaparición de almendros en el municipio hizo que este año las almendras llegaran casi todas de Arguayo, en Santiago del Teide.

Ofrenda Atlética

Mientras unos preparaban la Subida, a primera hora de la mañana medio millar de personas partían desde San Pedro hasta la ermita de El Socorro en la séptima edición de la Ofrenda Atlética, que organiza la dinámica Nena Jorge para llevar flores a la virgen y kilos de alimentos para los más necesitados del municipio. Cada inscrito en la marcha tenía que aportar un kilo de alimentos.

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