educación

Nervios, emoción y lágrimas en la vuelta al cole

157.292 alumnos de Infantil y Primaria protagonizaron ayer el regreso a las aulas, mientras que mañana arrancan las clases para los 115.312 estudiantes de Secundaria y Bachillerato
65.544 alumnos contarán con la ayuda para el pago de los libros. Sergio Méndez
En total, en Canarias, 45.552 estudiantes de Infantil y 111.740 de Primaria empezaron en la mañana de ayer el curso con un horario flexible. Sergio Méndez
En total, en Canarias, 45.552 estudiantes de Infantil y 111.740 de Primaria empezaron en la mañana de ayer el curso con un horario flexible. Sergio Méndez

Nervios, emoción y, sobre todo, muchas lágrimas. La manida escena se ha vuelto a repetir este lunes en las puerta de los centros escolares tinerfeños, que han revivido la maldita para unos y esperada para otros vuelta al cole. Maldita para los muchos escolares que saben que, después de casi tres meses de vacaciones, algunos sin dar palo al agua, ya les toca hincar los codos de nuevo. Y esperada para muchos padres, que bendicen la rutina y se ahorran la obligación de ir colocando a los niños con los abuelos o demás familiares.

65.544 alumnos contarán con la ayuda para el pago de los libros. Sergio Méndez
65.544 alumnos contarán con la ayuda para el pago de los libros. Sergio Méndez

La normalidad fue la nota imperante en el arranque escolar para los alumnos de Infantil y Primaria. En total, en Canarias, 45.552 estudiantes de Infantil y 111.740 de Primaria empezaron en la mañana de ayer el curso con un horario flexible (determinado por cada centro) para favorecer la adaptación, sobre todo, de los más pequeños. Mañana lo harán 87.071 alumnos de Secundaria y 28.241 de Bachillerato. En total, uniendo todas las etapas, serán 272.602 alumnos los que regresen a las aulas. A esta cifra habrá que sumar los estudiantes de Formación Profesional (FP), que aún no han finalizado el plazo de matrícula.

Sin sobresaltos

En los colegios de la zona centro de Santa Cruz de Tenerife, la jornada transcurrió sin incidentes de tráfico, gracias a la significativa presencia policial en la zona que ha estado regulando la circulación. Del mismo modo, la jornada discurrió sin sobresalto en la provincia tinerfeña. Solo en el centro de Valle San Lorenzo, en Arona, las clases no pudieron comenzar con normalidad, según señalaron fuentes de la Consejería de Educación del Gobierno canario. Las obras que se están ejecutando, y que no estarán finalizadas hasta el día 19, han generado este inconveniente para los escolares de esta zona.

En los colegios de la zona centro de Santa Cruz de Tenerife, la jornada transcurrió sin incidentes de tráfico. Sergio Méndez
En los colegios de la zona centro de Santa Cruz de Tenerife, la jornada transcurrió sin incidentes de tráfico. Sergio Méndez

José Luis, uno de los padres que acudió en la mañana de ayer al colegio Pureza de María, de la capital tinerfeña, para llevar a su pequeña, señaló que “le ha costado un poco eso de ponerse el uniforme, pero conforme ha ido pasando el rato se ha ido acostumbrando. Al principio, cuando ha llegado al colegio, al ver tanto alboroto de niños y padres, estaba un poco asustada, pero no ha llorado. Se ha portado muy bien”.

No ha pasado lo mismo con Emma. Su mamá, Mónica, reconoció que “lleva todo el verano muy pegada tanto a su padre como a mí, por lo que cuando se ha visto en la clase sola, ha empezado a llorar. En el campamento de verano pasó lo mismo, pero estoy tranquila porque sé que se le pasará rápido. Además, este es su segundo año y sus compañeros son los mismos. Lo único que cambia es la profesora”.

Otra madre, Marta, apuntó que “Pablo tenía muchas ganas de empezar el colegio. Sus hermanos mayores le habían contado que se lo iba a pasar muy bien y ha llegado muy feliz. A ver que nos cuenta cuando volvamos a recogerlo”. Las principales preocupaciones de todos estos progenitores coinciden. El precio de los libros de texto, el coste total de la ‘vuelta al cole’ sumando uniformes y material escolar, los periodos de adaptación o la difícil conciliación familiar entre los horarios escolares y los laborales son algunos de los quebraderos de cabeza a los que se enfrentan.
Pero a todo esto, que ya le preocupaba a nuestros padres, ahora hay que añadir los ‘pequeños’ inconvenientes que generan las nuevas tecnologías: el regreso de los niños a los colegios también supone la reactivación de los grupos de WhatsApp de padres.

Hay padres que no mandan ni un solo mensaje en todo el curso. Se limitan a acechar en la sombra. Pero en el otro extremo están aquellos padres/madres que atiborran los terminales del resto de componentes del grupo con una incalculable cantidad de información, la mayoría de escaso o nulo interés para el público que está al otro de la pantalla de su móvil. Los hay que llegan a generar un conflicto que luego sufren los propios niños. Esto ha dado pie a que, cada vez en mayor medida, los colegios hayan de tomar carta en estos asuntos, para así evitar que las diferencias entre los mayores no tengan reflejo en las aulas.

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