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El legado que nos deja el Mundial de Baloncesto Femenino

Un retorno inicial de 30 millones de euros, unas instalaciones deportivas renovadas y un prestigio internacional incalculable son algunos de los beneficios de la Copa del Mundo

La XVIII Copa Mundial de Baloncesto Femenino acabó con una merecidísima medalla de bronce para la selección de España y otra de oro para la Isla que la acogió. Tenerife se ha encargado de poner el listón muy alto para las futuras sedes que deseen acoger una cita deportiva de este enorme nivel. Pero aparte del prestigio internacional adquirido, este Mundial deja un legado de incalculable valor.

O quizás sí que sea posible calcularlo. Ayer Carlos Alonso aseguró que aporta un retorno económico cercano a los 30 millones de euros. Sin embargo, este dato es provisional, ya que falta que la FIBA haga el balance final y se aclaren mejor los números definitivos. No parece mal negocio el que ha hecho la Isla atendiendo a la cantidad comentada por el presidente del Cabildo de Tenerife, quien receló inicialmente de que la Copa del Mundo se jugase aquí. El domingo, tras la gran final, la oposición se encargó de recordarle un tuit suyo en el que reflexionaba el 10 de julio acerca del coste del mundial para las administraciones canarias. Lo cuantificaba en 6.500.000 euros.

Sin embargo, el mayor legado que deja este gran encuentro deportivo es la profunda remodelación que sufrió una instalación señera y de cabecera para la capital: el Pabellón Quico Cabrera. Tuvo que llegar el Mundial para que el viejo pabellón municipal de deportes chicharrero se despojase de sus viejos harapos y se vistiera de modernidad y funcionalidad.

Las obras de remodelación de esta instalación ascendieron a 1,3 millones de euros. Los trabajos permitieron adecuar el pabellón a los requisitos exigidos por la FIBA para la celebración de la cita, incluyendo la adaptación de todo el edificio a las normas de accesibilidad, inclusive un ascenso para minusválidos, además del pintado de todo el interior y la reforma de la iluminación, sistemas eléctricos, contraincedios y telecomunicaciones, entre otros trabajos. También se colocó un nuevo parqué en la cancha principal, nuevas canastas y butacas en todas las gradas, y también se habilitó una zona destinada al control antidopaje.

El alcalde de la capital, José Manuel Bermúdez, reconoció que la idea de acondicionar el pabellón con motivo de la Copa del Mundo también “fue la excusa perfecta para remodelar unas instalaciones que necesitaban arreglo. Teniendo en cuenta que tiene cerca de 50 años, para nosotros era muy importante realizar unas obras que se hacen con motivo del campeonato, pero que van a quedar para nuestros clubes y usuarios”.

Mientras tanto, su hermano mayor lagunero se llevó una inversión de 339.000 euros en mejoras relacionadas con la iluminación, el saneamiento del parqué y mejoras en materia de seguridad.

Pero hay más. La imagen y la notoriedad adquiridos por Tenerife ha sido extraordinaria. Más de 300 periodistas acreditados cubrieron al acontecimiento, que fue seguido en cerca de 150 países a través de las televisiones. Según Carlos Alonso, “hemos exportado la imagen de Tenerife como un destino de vanguardia, moderno y preparado, que es capaz de albergar grandes eventos de índole mundial”.

Este prestigio puede conducir a Tenerife a acoger otros campeonatos internacionales. Por ejemplo, ya se está hablando de que la Isla pueda ser subsede del Eurobasket 2023. El presidente del Cabildo ya ha dicho que no descarta esta posibilidad y, tal y como adelantó DIARIO DE AVISOS, para la FIBA, Tenerife está ya en un lugar preferente a la hora de celebrar campeonatos.

Paralelamente a la propia disputa del Mundial, Tenerife ha acogido un buen número de actividades relacionadas con el mismo. Actividades complementarias con el objetivo de dejar una huella en el deporte y en el baloncesto local. Esas acciones incluyen partidos oficiales de la selección masculina. Asimismo, Tenerife acogerá los partidos oficiales de clasificación para la Copa del Mundo 2019 el próximo mes de diciembre y en febrero de 2019.

Todo esto es el legado que nos deja el mejor Mundial de baloncesto femenino celebrado en la historia.

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