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Antonio Martinón: “Ahora sí se podrá hablar y precisar en qué condiciones sería el traslado al Cristo”

El rector de la ULL hace un balance de sus cuatro años al frente de la institución y habla del cambio de cultura que se ha llevado a cabo en cuanto a la investigación
Antonio Martinón. / SERGIO MÉNDEZ
Antonio Martinón. / SERGIO MÉNDEZ
Antonio Martinón. / SERGIO MÉNDEZ

El rector de la Universidad de La Laguna (ULL), Antonio Martinón, hace un balance de sus cuatro años al frente de la ULL y habla del cambio de cultura que se ha llevado a cabo en cuanto a la investigación. Ante la vieja aspiración de trasladar la Facultad de Educación al Cuartel del Cristo, asegura que tras su compra por parte del Cabildo “ya se puede abrir la negociación”, aunque deberá ser el nuevo equipo de gobierno quien lleve la voz cantante.

-¿Cómo afronta estos últimos meses en el cargo?
“Intentando cerrar una serie de asuntos y dejando las cosas preparadas para que el nuevo equipo se encuentre con un camino avanzado. Siempre hay una continuidad en los proyectos, habrá cosas que no se acabarán y otras mejorarán, lo importante es dejar la obra hecha. No hemos tenido las limitaciones económicas de la etapa de Eduardo Domenech, aunque estamos muy lejos todavía de volver a la situación anterior a la crisis, en la que disminuyó 25 millones al año nuestra financiación. Ahora hay más holgura económica, pero seguimos mal. Las menores limitaciones nos han permitido contratar profesores. Si tuviera que destacar un proyecto de los que hemos hecho, sería el apoyo a los jóvenes para que realicen investigación y se incorporen a la Universidad, pues ahí está la perspectiva de garantía, continuidad y el relevo generacional del profesorado”.

-¿Cómo valora su mandato al frente de la institución?
“Estoy satisfecho con lo que se ha hecho. Han sido cuatro años de trabajo muy intenso, pero también muy satisfactorio. Hemos avanzado en el ámbito de la investigación, sobre todo porque hemos marcado unas ideas claras. En primer lugar, apoyando la investigación en toda la Universidad, no solo concentrándonos en dos o tres áreas de excelencia, para quedar bien en los rankings internacionales, sino en todas las áreas. Además, no olvidemos la docencia. Tenemos más de 20.000 estudiantes y estamos en un proceso de acreditación de nuestros títulos, donde se nos examina para ver si los estamos impartiendo bien, lo que tenemos que corregir y las novedades que debemos introducir. Destaco el alto nivel de implicación del profesorado en modernizarse y adaptarse a las nuevas tecnologías de la enseñanza. Y también hago hincapié en la transferencia del conocimiento, pues hemos realizado un gran esfuerzo por acercarnos a la sociedad. Cuando entramos había unos seis ayuntamientos con los que teníamos convenios, ahora hay acuerdos con más de 25 administraciones públicas canarias”.

-Otro paso destacado ha sido el salto a nivel internacional
“Sí, muy en relación con la política de que Canarias sea un foro de encuentro de los tres continentes. En ese sentido potenciamos los Campus África y América, y mantendremos una colaboración científica sólida con esas universidades participantes. También hemos dado un salto muy grande al estar presentes en el comité ejecutivo de la Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado. Hemos avanzado en el establecimiento de una relación estable con universidades estadounidenses, a través de varios programas, como el Fulbright, por el que han llegado dos profesores durante medio año a nuestra institución, o el acuerdo con organizaciones de jóvenes investigadores españoles en Estados Unidos para que atiendan y tutelen a nuestros estudiantes de máster o doctorado. Por supuesto, nuestros estudiantes se enriquecen en Europa a través del programa Erasmus, viven otras experiencias y practican otras lenguas. Ahora tenemos una visión más amplia de lo que es la Universidad de La Laguna, una institución universal, abierta al conocimiento y a nuevas experiencias”.

-Habrá proyectos que no podrá culminar. ¿Le decepciona?
“Sin duda que hay muchos que no podré finalizar. Las ideas que postulé en el programa electoral eran para 15 o 20 años. Cuatro años es un plazo corto para poder sacar proyectos nuevos adelante, pero, al final en la Universidad, lo más importante es crear una cultura. Hemos visto un cambio espectacular en cómo debe ser la docencia, hemos pasado del profesor que explicaba su materia a que ahora debe preocuparse además de que los estudiantes aprendan. Intentamos crear la cultura de que un profesor universitario tiene que investigar, comunicar y publicar el resultado de su investigación. Además, la Universidad no debe estar aislada y tenemos que ser capaces de transmitir lo que sabemos, de convencer de que lo que hacemos es bueno y necesario y buscar soluciones a los problemas de la sociedad. También le doy mucha importancia a la mejora de la convivencia entre los 22.500 miembros de la comunidad, aceptando con naturalidad que no todos pensamos igual y encauzando las discrepancias”.

-Ha demandado al Gobierno de Canarias el incremento de la financiación en la investigación, y que precise el papel de las dos universidades públicas en el desarrollo económico, social y cultural. ¿Lo ha conseguido?
“El Gobierno no nos financia como nos gustaría, sobre todo en investigación, pues estamos en una región donde el sector privado tiene una baja implicación en esa materia. Lo que Canarias dedica a I+D+i es menos del 0,5% del PIB, cuando la media española está en el 1,2%. Por eso hace falta un mayor esfuerzo por parte de las administraciones públicas, pues creo que la investigación, el conocimiento y la capacidad de innovación es el instrumento más importante que tiene Canarias para cambiar su estructura económica actual, basada en la prestación de servicios, y hacerla acorde a los nuevos tiempos”.

-Ha planteado al Servicio Canario de la Salud (SCS) que sus estudiantes tengan prioridad en las prácticas en los hospitales.
“Recientemente hemos firmado un convenio con el SCS en el que hemos conseguido que aparezca la figura del profesor contratado doctor vinculado a un hospital, de modo que un profesor de la ULL al mismo tiempo presta un servicio asistencial en el hospital. Sin embargo, el convenio se abre a la posibilidad de que los centros públicos puedan ser utilizados para las prácticas de los estudiantes de las universidades privadas, lo que choca con el planteamiento de las dos universidades públicas, pues creemos que afecta a la enseñanza y el aprendizaje de nuestros alumnos. Quieren más enfermeros, pero no debe ser a costa de nuestra enseñanza”.

-La Universidad afronta cambios profundos cambios para adaptarse a los nuevos tiempos: títulos, másteres, nuevas herramientas para impartir las materias, como aulas virtuales o la enseñanza online. ¿Cómo vislumbra el futuro?
“Hacemos un esfuerzo constante de adaptación. Para los más jóvenes ha sido más fácil, pero los profesores de más edad hemos tenido que hacer una adaptación permanente y valoro el esfuerzo de los colegas ante una realidad muy distinta a la que vivimos anteriormente. Estamos ante una revolución donde las máquinas nos van a sustituir en labores de esfuerzo físico y probablemente en aspectos del ámbito intelectual. Es indiscutible que hay que modernizar la forma de la educación, aunque siempre será fundamental e insustituible el papel del profesor cercano al estudiante. Tenemos que utilizar los nuevos instrumentos y técnicas a nuestra disposición para ello. Llevamos años con las aulas virtuales, y se abren nuevas perspectivas con la enseñanza online. También hay que cambiar la idea de que la universidad es solo para las personas de 18 a 23 años, pues, ante este conocimiento cambiante, hay que reciclarse y seguir en continua formación”.

-¿Lo que están proponiendo al alumnado es lo que realmente necesita en un futuro?
“Nadie sabe qué empleo habrá dentro de 10 años, y lo que intentamos es dar una formación básica y versátil, preparando y ofreciendo una formación e instrumentos para que los alumnos puedan optar por la profesión, el empleo o el oficio que deseen. Luego están los másteres para ahondar en conocimientos más específicos y que permiten acceder a materias determinadas. Tenemos más de 1.000 empresas que reciben alumnos de la ULL en prácticas y están muy satisfechas con nuestros estudiantes. Además, en el programa Cataliza, donde insertamos laboralmente a alumnos titulados en las empresas, el 60% se quedan trabajando, lo que es un indicador de que las cosas se están haciendo bien”.

-Hablando de las prácticas. ¿Se reconducirá el pago de las cuotas de la Seguridad Social?
“Habrá una nueva reunión de la Conferencia de Rectores con los ministerios implicados antes del desarrollo normativo. El Gobierno aseguró que este curso académico no entrará en vigor, pero habrá que ver qué pasará en el próximo. He hablado con las empresas e instituciones que están recibiendo a nuestros alumnos y hay cierta preocupación, al igual que por nuestra parte, pues nos surge un grave problema administrativo a la hora de dar de alta a los 4.000 alumnos en la Seguridad Social. Es bueno que estén dados de alta, pero trae una complicación que todavía no estamos preparados para asumir”.

-Han reducido el déficit de profesorado, pero en menos de seis años se jubilará el 20% de la plantilla. ¿Cómo se plantea el cambio generacional?
“Hay dos formas de entrar como profesores en la Universidad, la primera, por la necesidad de un departamento para atender la docencia, y eso sucede a través de la figura del profesor ayudante doctor. A través de esa figura hemos sacado a concurso más de 100 plazas, que cubren las necesidades docentes que van surgiendo por varias causas, entre ellas por la jubilación prevista. Otra forma de entrar en la Universidad es por la excelencia en la investigación, que son los contratos Ramón y Cajal, Viera y Clavijo, Juan de la Cierva, Marie Curie, etc. Personas muy talentosas a las que daremos una plaza de profesor cuando acabe ese período de contrato. Además, sacamos plazas de profesores ayudantes para las prácticas”.

-¿Tienen claro dónde y qué facultad podría trasladarse en un futuro a Santa Cruz?
“El Ayuntamiento de Santa Cruz nos ofreció varios edificios para instalar en su municipio una facultad, y una opción era la sede central de CajaCanarias, ahora La Caixa, pero finalmente no pudo ser. Seguimos abiertos a diferentes propuestas del Ayuntamiento, pero todavía no acabamos de ver un edificio adecuado para trasladarnos”.

-El Cabildo ha llegado a un acuerdo con Defensa para adquirir el cuartel del Cristo. ¿Está más cerca la reubicación de la Facultad de Educación en esa zona?
“Siempre se ha hablado de la posibilidad de que Educación estuviera en la plaza del Cristo, pero en la Universidad muchos no lo tienen claro, pues sería alejar la Facultad del Campus Central. Educación es la facultad más dispersa, pues tiene el edificio en Heraclio Sánchez, además de aulas en el edificio central y en la Torre Agustín Arévalo (Químicas). Es un tema importante y muy complejo que no debería ser abordado en los pocos meses que me quedan como rector, sino que tiene que estudiarlo el nuevo equipo y, por su puesto, la propia Facultad. Ellos son los primeros que deben valorar si organizativamente es preferible dar el salto a la plaza del Cristo. Y también hablaríamos de modificar aspectos importantes en la propia ciudad, como es el hecho de trasladar 3.000 personas a ese lugar, con los consiguientes problemas que se generarían. Sin duda que es un espacio que tiene multitud de posibilidades, con sus ventajas e inconvenientes. Creo que, por primera vez, ahora sí que se podrá a empezar a hablar y precisar en qué condiciones sería el traslado, con la seguridad de que los terrenos ya son insulares”.

“Debemos mejorar la situación de nuestros alumnos de La Palma”

En relación a la problemática de los estudios de Enfermería en La Palma, Martinón reconoció que “aunque se ha realizado un esfuerzo para mejorar su situación, debemos hacerlo aún más. Hemos mejorado la plantilla, el principal problema que teníamos”.

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